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No sos vos, soy yo

El protagonista de la muy recomendable película hispano-argentina "No sos vos, soy yo" , consume su vida de fracaso en fracaso, asumiendo una actitud victimista que convierte a los demás en los responsables de todas sus desgracias. En esta línea, el Gobierno argentino ha decidido buscar un culpable a la mala situación del sector energético que vive el país, que ha visto como se disparaban las importaciones de energía por la caída de la producción interna y el fuerte aumento de la demanda. Para el Gobierno de Cristina Fernández el culpable es Repsol, y la solución la confiscación de las acciones a un precio que, en el mejor de los casos, será la mitad de lo que hubiera ofrecido un inversor privado.

La retransmisión del acto (merece la pena verse si no lo han hecho ya) en el que se hizo el anuncio de la expropiación es un claro reflejo del estilo populista del Gobierno. El lenguaje que utiliza se sitúa en un plano emocional de forma que los argumentos supuestamente económicos, se supeditan a los sentimientos nacionalistas de victimización frente al enemigo exterior, culpable de nuestros problemas. Visto desde fuera el juego de manipulación resulta evidente, pero está claro que funciona al ver la reacción enardecida de los presentes en la Casa Rosada.

En principio la existencia de empresas estatales en un sector como el energético es relativamente frecuente en muchos países. Argentina podría haber planteado claramente su voluntad de crear una compañía pública y comprar los activos necesarios para ello en condiciones justas de mercado. La forma que ha elegido para hacerlo, confiscando las acciones bajo acusaciones vejatorias a la gestión de Repsol, refleja el desprecio por las reglas de mercado y hace sospechar sobre la forma en que van a gestionar la compañía en el futuro. En el gráfico siguiente podemos ver la evolución del número de pozos en explotación en Brasil y Argentina desde 1995. El derrumbe del sector fue absoluto en los años previos a la privatización de YPF en 1999, lo que es una primera pista de la "eficiencia" del sector público en Argentina. La situación mejoró a raiz de la privatización y la entrada de otros operadores privados, hasta que en los años recientes ha vuelto a declinar. Las medidas intervencionistas del Gobierno limitando los precios interiores, y por tanto la rentabilidad de las inversiones, explican perfectamente esta caída. ¿Alguien tiene la más mínima esperanza en que tras esta intervención la inversión en el sector vaya a reactivarse? En contraste, Brasil, donde hay una gran compañía pública pero que compite en igualdad de condiciones con las operadoras privadas, vive una fuerte expansión en el sector.




Pero los problemas de Argentina no se limitan a la actual coyuntura del sector energético a juzgar por el desempeño de su economía en el largo plazo. Aunque es cierto que el país registra un período de fuerte crecimiento desde 2003, lo cierto es que ese período se inscribe dentro de una tendencia relativa muy negativa en el largo plazo. Desde 1980, por ejemplo, el PIB per cápita de Argentina en dólares corrientes ha crecido un 50%, mientras que el de España lo ha hecho en un 500% o el de Brasil un 1.000%, como se refleja en el gráfico siguiente.





La comparación no mejora si ampliamos el foco a un plazo más largo. Desde 1908, cuando la economía argentina estaba en el "top 5" mundial, el PIB per cápita, medido en dólares constantes corregidos por el poder adquisitivo, ha pasado de ser el 80% del de EEUU al 35% en 2008. En ese mismo período el de España ha pasado del 40% al 75% del de EEUU.



Tal vez ha llegado el momento en que el Gobierno argentino deje de mirar hacia otro lado y, como el protagonista de la película, reconozca que el problema "no sos vos, soy yo". La visión de la economía que parecen tener los dirigentes argentinos sigue anclada en el paternalismo del Peronismo, escenificado en la foto de Evita Duarte que presidía el salón de la Casa Rosada mientras Cristina Fernandez anunciaba en tono melodramático la confiscación de Repsol.

Una muestra clara de esa visión de la economía se desprende de una declaración reciente del Viceministro de economía y nuevo responsble de YPF Axel Kicilof : "A partir de ahora YPF no va ser una compañía centrada en la obtención del máximo beneficio, sino en suministrar energía barata a las familias y empresas argentinas".

Me gustaria mucho conocer sus opiniones sobre lo que les suguiere esta declaración de intenciones. Por su parte, la primera reacción del mercado ha sido contundente y ayer YPF cayó más de un 30% en Nueva York.


NICOLAS LOPEZ MEDINA DIRECTOR DE M&G VALORES AV