El perfil crediticio de España ha sufrido un significativo deterioro desde 2011, según apunta la agencia de calificación Fitch, que considera que, la revisión de la cifra de déficit correspondiente al año pasado, hasta el 8,5% frente al objetivo del 6%, además de dañar la credibilidad fiscal del país, implica una reducción más lenta del desequilibrio, por lo que parece poco realista el objetivo del 3% para 2013.