El grupo Dexia anotó una pérdida neta de 11.600 millones de euros en 2011 con motivo del rescate y reestructuración de la entidad que quedó dividida en tres secciones en Bélgica, Francia y Luxemburgo. Las pérdidas se debieron principalmente al proceso de nacionalización de la rama belga, que costó 4.000 millones de euros, y al impacto de la exposición a la deuda soberana helena que restó 3.400 millones de euros.