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La interna republicana, una pulseada de la derecha estadounidense

Los precandidatos republicanos están librando una batalla campal, con una lluvia de acusaciones y denuncias, para ganar las internas de mañana en Carolina del Sur, claves en la carrera por la nominación para las elecciones presidenciales estadounidenses de noviembre.Ubicados entre la derecha y la extrema derecha, los aspirantes, a sabiendas de que disputan un electorado sumamente conservador y con muchos emigrantes, se han convertido en unos apasionados defensores de los hispanos y la religión.El combate de fondo está previsto entre el por ahora favorito, Mitt Romney, ex gobernador de Massachusetts y representante del establishment partidario, y el ex presidente de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich, uno de los hombres de mayor confianza del ex presidente Ronald Reagan.Gingrich, un paladín de la desregulación económica que considera a sus rivales demócratas como una avanzada del comunismo en Estados Unidos, ha manifestado su compromiso con los hispanos, en particular con los cubanos contrarios a Fidel Castro.En diferentes anuncios transmitidos en castellano a partir de ayer, se asegura que Gingrich es un candidato "comprometido con el pueblo hispano, un republicano al estilo de Ronald Regan, con experiencia", según pudo verse en las cadenas de televisión CNN y Fox.A diferencia de Mitt Romney, subraya el texto del anuncio, “que anda usando frases castristas”, Gingrich “luchó en contra del régimen” para aprobar la Ley Helms-Burton, que castiga a las empresas extranjeras que montan sus negocios con propiedades confiscadas a estadounidenses por el gobierno de Cuba.Pero el mismo día que Gingrich prometía llevar ante los tribunales a los hermanos Fidel y Raúl Castro, su ex esposa Marianne Gingrich le tiró un balde de agua fría a su campaña al revelar que su ex marido le había propuesto un “matrimonio abierto”, que incluyera una esposa y una amante.Marianne explicó que su marido le pidió "compartirlo" con la amante, Callista Bisek, su asistente del Congreso. "Vino y me dijo que quería seguir casado conmigo y seguir manteniendo una relación con Callista", confesó en una entrevista televisiva la mujer con la que estuvo casado 18 años.Por su lado, Romney, considerado el “progre” de los precandidatos, prefirió centrarse en el que en teoría sería el principal enemigo de todos ellos, el presidente Barack Obama, quien aspira a quedarse otros cuatro años en la Casa Blanca."Tenemos que reemplazar al presidente. Está proponiendo un sistema de seguridad social equivocado y su sistema de impuestos también es equivocado", afirmó Romney.El tercer candidato en la disputa, el ex senador Rick Santorum, atacó indistintamente, en un debate celebrado anoche entre los aspirantes republicanos, a Romney y Gingrich, a quienes lisa y llanamente los acusó de haber mostrado la hilacha izquierdista con sus planteos sobre la ampliación de la cobertura de los servicios de salud.El debate, que se realizó en la ciudad de Charleston, comenzó pocas horas después de que Romney fue despojado de su victoria en las asambleas partidarias de Iowa, la primera de las dos primarias llevadas a cabo, y se dejaron en suspenso los resultados definitivos.El ex gobernador de Massachusetts sufrió además un segundo tropiezo cuando el gobernador de Texas, Rick Perry, anunció su retiro de la carrera por la postulación e hizo público su apoyo a Gingrich.En este contexto, las encuestas indican que Gingrich se está acercando a Romney, con una diferencia de menos de diez puntos porcentuales, mientras que Santorum se mantiene en el tercer lugar y el representante por Texas Ron Paul en un lejano cuarto y último puesto.Loa analistas consideran que la carrera preelectoral está entrando en un momento que podría ser decisivo.Carolina del Sur forma parte del llamado “Cinturón de la Biblia” -los estados más conservadores, que se extienden desde Carolina hasta Texas-, donde los votantes cristianos son un verdadero bastión de la ultraderecha, razón por la que el mormón Romney podría perder su ahora mermada ventaja.

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