LA SEMANA EN POCAS PALABRAS
En la última semana se conocieron un importante número de datos económicos clave que profundizan tendencias previas y, alguna manera, dejan entrever hacia donde se dirige la economía en el 2011.
En primer lugar, se divulgaron las cifras de comercio exterior de abril, las cuales dieron cuenta de un superávit comercial 38% inferior al del mismo mes de 2010. Las ventas externas aumentaron un 12% interanual, explicado por completo por los mayores precios internacionales, algo que no alcanzó a compensar el crecimiento de 38% de las importaciones, que volvieron a acelerarse tras el impasse de marzo (28%).
Esta reducción del superávit se vincula tanto a un creciente déficit de manufacturas, como a la evaporación del histórico superávit de combustibles y energía, cuyas importaciones crecieron en abril un 120% (98% en cantidades), a pesar de estar transitándose un otoño sumamente benigno desde el punto de vista climatológico.
Esta dinámica del saldo comercial pone de manifiesto que, más allá de los conflictos que pueda acarrear la aplicación de medidas defensivas como las licencias no automáticas, su capacidad de “cuidar” los dólares comerciales se ve fuertemente menguada ante una demanda interna que avanza a toda marcha y choca con una oferta que está operando cerca de su techo productivo.
Según datos del Global Trade Alert (ente patrocinado por diversos organismos internacionales), Argentina es el segundo país del mundo con mayor cantidad de medidas comerciales discriminatorias en pie, después de Rusia, pero el primero en el número de países afectados. Para tener una idea de magnitudes, nuestro país cuenta con una mayor cantidad de medidas comerciales discriminatorias que la Unión Europea en su conjunto, a la vez que es responsable de casi la mitad de las trabas comerciales vigentes en Latinoamérica. Los principales destinos afectados por estas medidas son Brasil, China y Alemania, países con los cuales Argentina presenta un abultado y creciente déficit comercial de manufacturas.
En otro ámbito, se conoció el resultado fiscal de abril, que arrojó un superávit primario de $1.300 millones, sostenido parcialmente por un giro de utilidades del BCRA cercano a los $800 millones. El gasto continuó creciendo a un ritmo mayor que los ingresos (34% vs 32%), aunque todavía relativamente moderado respecto de la dinámica prevista para el segundo semestre, a media que avance el calendario electoral (los comicios en 8 de las 11 provincias en las cuales el oficialismo nacional apunta a retener el poder tienen lugar en octubre, junto con las elecciones presidenciales).
Por último, se divulgaron estimaciones privadas de actividad económica que muestran algunas señales incipientes de desaceleración. El Índice General de Actividad (IGA-OJF) creció en abril un 6,2%, ritmo todavía elevado, aunque casi dos puntos porcentuales inferior al evidenciado en enero (cercano al 8%).
Este avance del nivel de actividad se conjuga, a su vez, con una moderada creación de puestos de trabajo, que está dando lugar a que el desempleo presente ciertas dificultados para perforar el piso de 7,3% alcanzado previo a la crisis internacional. Según el INDEC, la tasa de desocupación ascendió al 7,4% en el primer trimestre de 2011, situándose una décima por encima del trimestre previo.
Informe Económico Semanal del Banco Ciudad
mayo 29, 2011