El escándalo que rodea al director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, y que según todos los indicios le costará el puesto en la institución, ha desatado las quinielas sobre su posible sucesor. El máximo puesto en el organismo ha ido a parar tradicionalmente a manos de un europeo en virtud de un pacto de caballeros forjado tras el final de la II Guerra Mundial y que asegura la presidencia del Banco Mundial (BM) a un estadounidense.