La fijación por el Gobierno francés de una tarifa elevada para la energía producida por las centrales nucleares de EDF desencadenó la protesta de los competidores de la eléctrica estatal y el temor a una escalada de precios para los consumidores. El ministro de Energía, Éric Besson, trató hoy de calmar las protestas de las asociaciones de consumidores y de los operadores alternativos, al asegurar que el Ejecutivo ejercerá un control sobre los precios hasta 2015, y que si sigue en el poder hasta entonces no habrá fuertes subidas de la electricidad en ese tiempo.