https://mail.google.com/mail/u/0/?ui=2&ik=3ab76eea9c&view=att&th=1648a6d4d6c2fa40&attid=0.1&disp=safe&zw
BYMADATA - Cotizaciones en Tiempo Real | BYMA Bolsas y Mercados Argentinos

Túnez y Egipto, ¿se expandirá la revolución y qué coste económico tendrá para Occidente?

Gonzalo Perez-Seoane, Presidente WM

Las incipientes revoluciones sociales de Túnez y Egipto constituyen para Occidente un serio contratiempo por aspectos importantes y bien conocidos como: la estrecha relación bancaria con Occidente, la concentración de producción de petróleo o el papel del Canal de Suez como vía rápida y segura para el comercio transcontinental. Pero ¿trascenderá más allá de su propio origen la revolución social ahora iniciada en estos países?. Lo que está ocurriendo en Túnez y Egipto, soy de la opinión, es semilla, que como el espíritu de la Revolución Francesa, esta llamado a propagarse. Si así fuera, o simplemente como precaución ante la posibilidad de que ello ocurra, el mundo Occidental no puede ni debe quedarse ausente del proceso pues los riesgos intrínsecos y extrínsecos son y serán muy elevados. (El mundo no debe caer dos veces en la terrible falacia socialista y/o comunista). Así la primera consideración que cabe hacerse es de naturaleza política y relativa a “la dobla retórica internacional” actual de USA y de otras potencias. La dobla retórica política, hoy tan evidente, tal vez tiene sus días contados. Es verdad que USA, en beneficio propio y en beneficio de la paz mundial ha mantenido regímenes arcaicos allí donde geo-políticamente o geo-económicamente le ha convenido, si bien, y como ha puesto de manifiesto la población civil de Túnez y Egipto, la factura ha sido pagada por las propias poblaciones locales que han visto perpetuarse en el tiempo estructuras políticas no democráticas y económicamente injustas. Pero esta doble retórica esta agotada, y los políticos Occidentales que la practiquen serán fácil presa electoral atrapados públicamente en su doble juego.La segunda consideración es de naturaleza económica. La revolución social que ha iniciado Túnez y Egipto, viene a agitar un problema más amplio y profundo, la desconvergencia económica mundial. Tema no nuevo, ya enquistado, y que constituye sin duda el más serio agujero negro del paradigma económico neoclásico y del Sistema Capitalista. No menos de la mitad de la población mundial mal sobrevive con una ínfima renta per capita relativa. Pero el ciudadano de hoy es “un ciudadano global” que comparte, juzga y aspira a los mismo e idénticos grados de libertad, dignidad y de desarrollo y bienestar que cualquier otro vecino del planeta. Esta convergencia en aspiraciones y derechos humanos esenciales es y será irrefrenable, y, es evidente forzará el cambio de toda situación económica injusta que exista. La revolución social de Túnez y Egipto ha abierto un nuevo e inmenso reto mundial: llevar la justicia social y el verdadero desarrollo económico hasta los más recónditos rincones del planeta. No es “inclusión” lo que necesitan los países pobres del mundo, como concluía de manera elegante el reciente Foro Económico Mundial. La solución es más sencilla y antigua y se le conoce con las palabras de “libertad e igualdad (de oportunidades)” y/o en términos económicos, “convergencia”. Pero para que el mundo económico converja o funcione en términos de sana equidad competitiva y alcance un justo equilibrio y desarrollo en beneficio de todos, el Sistema Financiero Mundial, con crisis o sin crisis, deberá ser reformado pues de él nace parte respetable del desajuste macroeconómico que desde hace más de cien años aflige y distorsiona al sistema económico mundial, en beneficio de unos y en perjuicio de otros, concretándose finalmente en la falta de ahorro, inversión (desarrollo humano y tecnológico) de muchas naciones y en definitiva en la pérdida creciente y acumulada de crecimiento económico relativo, o inconvergencia económica mundial. La espoleta para un mayor equilibrio mundial, social y económico, ha saltado y aunque, no cabe duda, los acontecimientos presentes son serios difusores de incertidumbre internacional, junto a ello, es seguro, que una nueva esperanza hoy brilla en la vida de millones y millones de personas.