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Informe Económico Semanal del Banco Ciudad

LA SEMANA EN POCAS PALABRAS

La inflación y la pérdida de competitividad cambiaria se han convertido en los principales desvelos de la política económica. La tasa de inflación navega a un ritmo superior al 25% anual y el tipo de cambio apenas se ha movido en un año. Medidos en dólares, los salarios del sector privado registrado crecieron 22% en el último año y los costos laborales de la industria -ajustados por productividad e inflación- crecieron 7% en igual período.

Hacia adelante, todos los indicadores apuntan en la dirección de mayores presiones inflacionarias. Aquí presentamos un listado casi exhaustivo de los indicadores de precios, reales, laborales e inmobiliarios que son seguidos de cerca por los principales bancos centrales del mundo para detectar presiones inflacionarias subyacentes en sus economías. También repasamos los datos de actividad difundidos en la semana, que señalan que las limitaciones de la oferta comienzan a sentirse en muchos sectores.

El nivel de actividad económica mantiene su recuperación, aunque con señales de desaceleración en los últimos meses. En octubre, el IGA-OJF creció 6% interanual, pero retrocedió 1% respecto al mes previo. El EMAE-INDEC aumentó 7,7% interanual en septiembre y subió apenas 0,2% mensual.

La producción se recuperó totalmente de la recesión de fines de 2008 y se acerca a su nivel potencial. Así, la desaceleración del crecimiento luce como un resultado natural cuando la tasa de inversión resulta insuficiente para mantener el actual ritmo de expansión y se generan “cuellos de botella” en sectores clave de la estructura económica.

El crecimiento industrial, que lideró la recuperación general, muestra algunas señales de fatiga en los últimos meses. El IPI-OJF registró en octubre una suba de 9,4% interanual y el EMI-INDEC de 8,4%. El IPI-FIEL mostró un crecimiento de apenas 4,7% interanual. Pero lo más importante es la desaceleración observada en el margen, que tras responder a las restricciones energéticas en el tercer trimestre, se mantuvo en octubre. El IPI-OJF y el EMI-INDEC cayeron 0,4% mensual en octubre y el IPI-FIEL subió apenas 0,5%.

Una razón importante es que la mitad de la industria opera con un uso de capacidad instalada superior al 80% y bajos niveles de stocks, dos signos clásicos de limitaciones de la oferta para abastecer la demanda.

El mercado laboral muestra idénticas presiones y comienza a verse una rara combinación de menor creación de empleo privado y demanda laboral insatisfecha. El desempleo cayó a 7,5%, uno de los registros más bajos de los últimos 20 años.

El desempleo en descenso (una excelente noticia) y las expectativas inflacionarias en ascenso (una pésima noticia) están empujando los salarios y los costos empresarios al alza. Según INDEC, los salarios crecieron 25,5% interanual en septiembre, liderados por el sector privado registrado, cuyas remuneraciones subieron 28%. Esto comienza a impactar negativamente en la rentabilidad empresaria y, en aquellos sectores menos expuestos a la competencia, termina reflejado en mayores precios.