La Unión Europea tendrá que devolver unos 300 millones de euros a Estados Unidos, Japón y Taiwán, si se confirma el dictamen de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que da la razón a estos tres países que denunciaron los aranceles comunitarios a las importaciones de tres tipos de productos electrónicos. El caso se remonta a 2008, cuando Estados Unidos, Japón y Taiwán denunciaron que los impuestos aduaneros de la UE sobre las pantallas planas, impresoras multifunción y decodificadores violaban el tratado sobre tecnologías de la información (ITA, en sus siglas en inglés) de la OMC.