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Informe Económico Semanal del Banco Ciudad

A pesar de la desaceleración reciente, la inflación sigue siendo el principal riesgo macroeconómico de corto plazo. Las complicaciones y contratiempos en el canje de la deuda y la consiguiente suba del costo de financiamiento obligarán al Tesoro a recostarse en el Banco Central para cerrar las cuentas fiscales en el futuro. Esto será particularmente cierto en el segundo semestre del año cuando los dólares provenientes del superávit comercial serán menores y las necesidades de financiamiento del fisco mayores.Esta lectura se hizo evidente con las medidas lanzadas para ajustar los controles cambiarios. La decisión muestra la voluntad de preservar las reservas internacionales para financiar al gobierno, en lugar de financiar la salida de capitales del sector privado.A la luz del fogonazo inflacionario del primer trimestre, los datos de mayo parecen benignos. El IPC-FIEL y el IPC-City mostraron alzas de 1,0% y 1,2% m/m, respectivamente, aunque ambos indicadores crecieron 21% respecto de mayo de 2009. El IPC-INDEC registró un aumento de 0,7% mensual y apenas 10,7% anual, manteniendo su clásica distancia respecto a los indicadores privados.La estacionalidad ayudó pero no explicó la desaceleración. La disminución de la tasa de inflación fue totalmente explicada por la desaceleración de “alimentos y bebidas” luego del fuerte incremento de principios de año. En el primer trimestre, este rubro aportó un promedio de 1,5 puntos porcentuales a la inflación mensual. En abril y mayo, su aporte cayó a 0,4. El resto de los rubros excluyendo “alimentos y bebidas” no muestran signos de desaceleración: su contribución al IPC fue de 1 punto porcentual promedio mensual en ambos trimestres.Cuando se excluyen los “servicios regulados”, la inflación de mayo fue 24% anual, según FIEL. El IPC-Resto, que es el más relevante para medir las tendencias subyacentes de la inflación, mostró un crecimiento desde el 15% anual en 2009 al 24% anual en mayo. Pero los precios y tarifas regulados por el gobierno presentan una desaceleración fuerte: pasaron de 30% anual a principios de 2009 a 12% anual actualmente. Este freno de los “regulados” permitió mantener el crecimiento promedio del IPC en torno al 21% a/a en mayo.La dinámica de la inflación mayorista señala que el freno en los precios minoristas de abril y mayo tiene algunos componentes transitorios. La inflación mayorista está marcando un piso en ascenso para la inflación minorista a futuro y crece a un ritmo similar al de principios de 2008 (15%) cuando el crecimiento del IPC superaba el 20% a/a.En este contexto, la política monetaria mantiene un sesgo extremadamente expansivo para todos los estándares regionales. Argentina es la economía con la tasa de inflación más elevada de la región (exceptuando a Venezuela) y, al mismo tiempo, tiene la política monetaria más laxa.Los datos muestran una convergencia de expansión monetaria, inflación, expectativas inflacionarias y salarios en torno al 25% anual. El “equilibrio inflacionario” en 25% es sostenible pero extremadamente sensible a nuevos shocks, que podrían elevar nuevamente el piso futuro de la inflación.