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Estados Unidos en problemas

Cuando hablamos de deuda externa abultada, rápidamente pensamos en países pocos desarrollados o en vía de desarrollo. La realidad nos muestra que también las superpotencias están hasta el cuello de compromisos externos. 
Ser la potencia número uno tiene sus costos y uno de ellos es su enorme deuda externa. Los compromisos de los Estados Unidos con el resto del mundo no son nuevos, simplemente que a partir de la década del 90´ viene creciendo a pasos agigantados.

Mientras el patrón oro estuvo vigente, es decir hasta agosto de 1971, la deuda acumulada era de tan solo USD 5 billones. A partir de allí, la misma se desbocó y hoy es mayor que su PBI.


Si bien la administración de Barack Obama trajo prosperidad para muchos norteamericanos, durante esos 8 años la deuda creció a un ritmo alarmante, casi se duplicó y llego a subir USD 9.3 billones durante su mandato.
La cosa ahora es un poco distinta. Si bien la deuda continúa subiendo, el ritmo con el que lo hace es un poco más lento. Haciendo un paralelismo entre la administración de Obama (línea azul) y la Trump (línea roja), se puede apreciar la diferencia.


Poniendo esto en contexto, la deuda total de los Estados Unidos ahora ha aumentado en más de $2 billones desde que Trump asumió el cargo, pero notablemente más lento que el ritmo de los préstamos de Obama.

Tomamos nota de esto porque la semana pasada el Tesoro de los EE. UU. informó que la deuda total de los EE. UU. ha aumentado por encima de los $22 billones por primera vez; o $22,012,840,891,685.32 para ser precisos (11 meses después de haber superado los $21 billones).

Para la Fundación Peter G. Peterson, “la deuda externa alcanzó un desafortunado hito rápidamente, el cual anticipa que es la última señal de que la situación fiscal no solo es insostenible sino también se está acelerando".

Del mismo modo, Margaret Kerins, jefa global de estrategia de BMO Capital Markets Corp., considera que "las necesidades de endeudamiento neto continuarán aumentando debido al aumento esperado en el déficit combinado con las necesidades de financiamiento provenientes de la deuda de la Fed".

Por último Jeffrey Gundlach, director de DoubleLine Capital LP, considera que en el corto y mediano plazo el mundo enfrenta grandes desafíos como son la desaceleración de la economía china y la resolución del Brexit, con lo cual los agentes seguirán apostando por la seguridad, la liquidez y calidad de los bonos del Tesoro de los Estados Unidos.

Sin embargo, en algún momento el mercado finalmente comenzará a centrarse en el panorama de la deuda a largo plazo de los Estados Unidos, y en gran medida insostenible. En cuanto eso suceda, los bonos ya no serán refugio de valor lo cual genera ventas masivas de títulos.

En síntesis, la deuda externa no es excluyente de los mercados emergentes y preocupa a países tanto ricos como pobres. Reducirla es un deber para lograr sustentabilidad macroeconómica de largo plazo.

Por un trade exitoso,

Germán Fuentes