El Banco Central de la República de Turquía compró en enero 23 toneladas de oro, convirtiéndose, así, en el mayor comprador de este metal precioso de entre todos los bancos centrales del mundo en ese mes.
La institución cuenta actualmente con unas reservas de 565 toneladas de oro, su mayor nivel de la historia, según el Consejo Mundial del Oro. El motivo por el que Ankara se ha embarcado en esta compra durante los últimos meses reside en que la nación euroasiática trata de apuntalar la confianza en su divisa, la lira turca, dañada por la alta inflación, que fue, en febrero, del 55,2% interanual.
Sin embargo, Turquía suspendió en febrero temporalmente algunas importaciones de este metal como parte del plan de contingencia desplegado para hacer frente a la catástrofe humanitaria y económica provocada por los terremotos sufridos en el sureste del país.
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