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Por Lucio Canievsky, CEO de Moscú Agencia + Moscú Gaming & eSports
Las nuevas tecnologías continúan avanzando y la comunicación es una de las industrias que más ha sabido adaptarse a los cambios. Desde la aparición de nuevos canales de comunicación hasta el metaverso, el avance no tiene límites y propone un universo de nuevas posibilidades para quienes se animen a ir por más.
Adentrarse en estos novedosos caminos implica para quienes trabajamos en comunicación hace mucho tiempo un esfuerzo continuo, expandir los conocimientos, salir de los límites conocidos y de la zona de confort. Pero las ganancias de hacerlo son, a su vez, más satisfactorias que el esfuerzo que conlleva. Esta expansión no solo permite conocer nuevas herramientas y canales, sino también posibilita la llegada a todo un segmento de millones de personas que, paradójicamente y a pesar de la sobreinformación, aún no es del todo receptora de los mensajes que las empresas pretenden hacer llegar a ellos.
En nuestra experiencia trabajando con marcas y corporaciones globales hemos visto el proceso desde vivenciar el nacimiento de nuevas vertientes de comunicación, la intriga y ansiedad que eso podía generar, hasta el momento en el que las marcas se animaron a dar los primeros pasos y sorprenderse con los resultados obtenidos, tanto a nivel cualitativo como cuantitativo. Pero esta exploración de las nuevas formas de comunicación continúa siendo un gran desafío para las marcas que quieren ser parte y nosotros como comunicadores, ligando nuestros planes de comunicación a la tecnología y los nuevos usos y costumbres de los consumidores, somos responsables de lograr ese cometido.
Desde nuestro lugar, hemos identificado algunos aspectos que deben tenerse en cuenta para poder integrarse a las nuevas comunicaciones exitosamente:
El gaming es mucho más que un entretenimiento, se ha convertido en el último tiempo en un gigante dentro del negocio digital. Bien aprovechado, puede ser el lugar donde muchas marcas encuentren una conexión con un público nuevo al que no habían accedido a través de otros canales sumamente potentes pero ineficaces para este nicho. Poder acercarse a esta comunidad tiene un valor enorme porque no solo permite hablarle al público objetivo que juega sino también a quienes lo rodean. El potencial no tiene límites. Actualmente desde Moscú Gaming & eSports estamos desarrollando la segunda edición de eSports Food League (EFL) en el país para acercar a las marcas que participan al ecosistema de los deportes electrónicos en la escena local y regional. Generamos un formato de competencia innovador en el mundo, con un sello de creatividad clásico de nuestro país.
Los públicos de las nuevas tecnologías son nativos digitales, forzar la comunicación con ellos es muy notorio y genera resultados negativos. Para evitar esto es vital integrarse de manera natural en estos entornos. En nuestro caso para poder amalgamar a las marcas al mundo digital, elegimos al gaming como canal y a los influgamers (terminología creada desde Moscú Gaming & eSports) como aliados, ellos son influenciadores que surgen de esta arena y la conocen como nadie más, saben exactamente cómo hablarle a su público y tienen una conexión con ellos que es auténtica. Conocen sus anhelos y comparten ADN. Esto genera que la conexión entre la marca y el público, teniendo como intermediario a una figura que genera absoluta confianza, se dé de manera natural y tenga una recepción positiva y no forzada.
La conexión del mundo de las criptomonedas con las nuevas tecnologías es muy cercana, en el mundo gaming está moneda se vuelve de uso corriente. Entender de qué manera sacar provecho de está proximidad es clave. En la eSports Food League hemos sacado provecho de esta conexión entre el gaming y las criptomonedas teniendo a CriptoCountry como principal sponsor.
Las nuevas tecnologías dan posibilidades ilimitadas, es nuestra responsabilidad estar siempre actualizados para poder sacarle el máximo provecho y no quedarse atrasado, porque en esta industria quien no se actualiza, queda obsoleto. Y es que en el gaming todo sucede muy rápido. El próximo desafío del mundo corporativo es tratar de asimilarse en sus planes de comunicación y presupuestos al dinamismo, flexibilidad y velocidad que implica pertenecer a este mundo del cual ya nadie puede quedar exento para lograr sus objetivos comunicacionales.
