Francia recaudará 7.200 millones de euros en nuevos impuestos este año, entre los cuales grandes cargas extraordinarias sobre las rentas altas y grandes corporaciones, para compensar la caída de los ingresos como consecuencia de la ralentización del crecimiento económico, según sus Presupuestos revisados para 2012. El gobierno socialista planea un impuesto extraordinario por importe de 2.300 millones de euros para aquellos con una riqueza superior a los 1,3 millones de euros, así como 1.100 millones de euros en otros impuestos extraordinarios para grandes bancos y firmas de energía, según un plan de gastos presentado el miércoles al Parlamento.