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Cuidemos nuestro capital con estas dos simples estrategias

Te sirven para aprovechar o protegerte de las caídas de las acciones.
Necesitamos vivir resguardados. En este mundo incierto un evento desafortunado nos puede generar un montón de problemas. El solo hecho de pensar en que un hecho así puede complicarnos la vida nos genera inquietud y estrés.

Por eso, contratamos una serie de seguros que nos permiten librarnos de esa angustia y cubrirnos de esos eventos desafortunados a cambio del pago de una prima o una cuota periódica.

Adquirimos seguros antirrobo y contra incendios. También aseguramos nuestros vehículos y embarcaciones contra daños y roturas eventuales que puedan sufrir. Mensualmente pagamos la cuota de la prepaga para tener acceso a un servicio de salud de mayor calidad y no tener que caer en los congestionados hospitales públicos.

Antes de irnos de viaje al extranjero, dejamos la adrenalina y el entusiasmo de lado para dedicarle unos minutos a la contratación de un seguro médico por si tenemos un accidente o “nos pasa algo”. Y cubrimos nuestras valijas con papel film y las cerramos con candado para evitar el maltrago de que nos puedan sustraer lo que llevamos dentro. 

Como en la vida real
En el mundo de las inversiones también buscamos cubrirnos de los eventos desafortunados. Más si invertimos en un país tan volátil como Argentina, donde es muy difícil hacer una proyección fiable y precisa acerca de cómo vamos a estar en un año.

Compramos inmuebles para mantener e incrementar el valor de nuestra riqueza y cubrirnos de una eventual devaluación. En los mercados financieros invertimos en bonos en dólares de corto plazo y bajo rendimiento para reducir el riesgo de que el emisor no nos lo pague. Y ahorramos en billetes de dólar y los guardamos en una caja de seguridad o debajo del colchón por miedo a que el banco nos confisque los fondos.

Esas son tres de las formas más tradicionales que adoptan los argentinos para cuidar su patrimonio.

Pero si invertís en acciones seguramente te interese lo que te voy a contar en esta nota. Se trata de dos formas de cuidar el capital de las eventuales y empinadas caídas de las acciones.

Ahora me dirás: ¿por qué voy a invertir en cuidar mi capital si las acciones no paran de subir en este 2019 y todavía les queda mucho por recuperar de lo que perdieron el año pasado?

Precisamente, en los momentos de euforia y optimismo es cuando las proyecciones se alejan de la realidad, arrastradas por la avaricia del mercado.

¿Oíste hablar de las opciones financieras?

Son instrumentos derivados que cotizan en las bolsas de valores. Quienes las poseen adquieren el derecho pero no la obligación, de comprar o vender ciertos activos (acciones, bonos, ETFs, etc) a un precio determinado (precio de ejercicio) hasta una fecha concreta. Hay dos tipos dos opciones: las de compra (calls) y las de venta (puts).

Las opciones tienen un precio al que se lo llama prima. En el caso de los calls, la prima aumenta cuando la acción de la que la opción deriva sube de precio. Esto es así porque con la suba aumentan las chances de que, al tener la opción, puedas comprar las acciones a un precio más bajo que el de mercado. En el caso de los puts, es a la inversa. La prima aumenta con la baja de las acciones ya que el put te permite eventualmente vender las acciones a un precio más alto que el de mercado.


Opciones para protegerte
Una de las estrategias de cobertura se la conoce en inglés con el nombre de Protective Put. Esta estrategia consiste en comprar opciones de venta de las acciones que tenés en cartera y en la misma cuantía. Si las acciones caen de precio, tus puts repuntan. Así, con cada put protegés cada acción en la que estás invertido de una eventual caída de precio.

Hasta puede pasar que el saldo de tu cuenta se incremente con la caída de precio de las acciones por la revalorización de los puts. Eventualmente podés llegar a ejercer el derecho de las opciones put y vender las acciones después de un sell-off a un precio mucho más alto que el de mercado.

En los momentos de euforia de mercado, las primas de los puts suelen estar por el piso. El mercado casi no considera la posibilidad de que las acciones caigan. Pero la tendencia eternamente alcista nunca se dio. Esos momentos son ideales para adquirir puts y cubrir tu capital a un bajo precio.

La otra estrategia de cobertura se denomina lanzamiento cubierto. Por si no la conocés, se trata de una operatoria que incluye en simultáneo la compra de acciones y la venta de opciones calls.

A diferencia de los puts, los precios de los calls vuelan por los aires en el pico de mercado. Si después de un rally, las acciones que tenés en tu cuenta se disponen a corregir de precio, podés implementar su lanzamiento cubierto. Vendés o lanzás calls de tus acciones con precio de ejercicio igual al de mercado de ese momento, y vencimiento a uno o dos meses. El que posee los calls puede comprarte las acciones que tenés en cartera al precio que figura en la opción. Si las acciones siguen subiendo, te asegurás las ganancias del rally hasta que vendés los calls y cobrás una prima por el lanzamiento. Y si las acciones caen de precio, amortiguás la caída del saldo de tu cuenta con el cobro de la prima de los calls.

Existen también otras estrategias de cobertura con el uso de derivados, pero implican una operatoria mucho más compleja. Por ahora, las dejaremos para otra ocasión.

Mientras tanto, te sugiero que adoptes estas dos sencillas técnicas de cobertura que le dan mayor estabilidad a tu cartera.

Hasta la semana que viene.

Bruno Perinelli
Para CONTRAECONOMÍA