Ya se conocen los resultados de las elecciones presidenciales en EE.UU., que han deparado una victoria del candidato republicano Donald Trump. ¿Qué consecuencias tiene esto para Estados Unidos y la economía mundial, y cuáles son las implicaciones para los inversores? Los expertos de Fidelity explican las repercusiones de la victoria de Trump en los mercados.
Dominic Rossi – Director mundial de inversiones en renta variable
Nos adentramos en un mundo con un riesgo político sin precedentes que pone en tela de juicio los pilares del orden posterior a la Segunda Guerra Mundial. No sorprende, por tanto, que los inversores estén buscando refugio. La probabilidad de subida de los tipos de interés en diciembre, seguida de dos subidas más en 2017, ha caído con fuerza. El dólar, que venía manteniendo una tendencia alcista en previsión de esta evolución, ha girado a la baja. Estos dos factores eran amenazas para el mercado alcista y ahora se han alejado. La política monetaria seguirá siendo expansiva.
Sin embargo, estos riesgos financieros conocidos se han visto desplazados por un nivel sin precedentes de riesgos políticos desconocidos. Los inversores, en especial los extranjeros, darán un paso atrás y esperarán. El control republicano de las dos Cámaras ofrece una oportunidad para romper el bloqueo político de los últimos años en las áreas de política interna. Pero nada de eso va a convencer a los inversores a corto plazo.
Nos adentramos en un mundo con un riesgo político sin precedentes que pone en tela de juicio los pilares del orden posterior a la Segunda Guerra Mundial. No sorprende, por tanto, que los inversores estén buscando refugio. La probabilidad de subida de los tipos de interés en diciembre, seguida de dos subidas más en 2017, ha caído con fuerza. El dólar, que venía manteniendo una tendencia alcista en previsión de esta evolución, ha girado a la baja. Estos dos factores eran amenazas para el mercado alcista y ahora se han alejado. La política monetaria seguirá siendo expansiva.
Sin embargo, estos riesgos financieros conocidos se han visto desplazados por un nivel sin precedentes de riesgos políticos desconocidos. Los inversores, en especial los extranjeros, darán un paso atrás y esperarán. El control republicano de las dos Cámaras ofrece una oportunidad para romper el bloqueo político de los últimos años en las áreas de política interna. Pero nada de eso va a convencer a los inversores a corto plazo.
Ángel Agudo ‐ Gestor de fondos de renta variable estadounidense
Se han publicado numerosos estudios que han demostrado que el resultado de las elecciones presidenciales tiene un efecto limitado en el comportamiento de la bolsa estadounidense. Por tanto, los inversores no deben dejarse llevar por el ruido/volatilidad que creen estos acontecimientos.
A Donald Trump se la ha considerado, en general, como un candidato que podía suscitar una incertidumbre sin precedentes en áreas como el gasto público, la política monetaria, el comercio y la legislación. Por consiguiente, los bonos del Tesoro de EE.UU. y el oro podrían beneficiarse inicialmente de los movimientos que desencadenen unos inversores en busca de seguridad. A corto plazo, también espero mayores fluctuaciones del dólar estadounidense debido a las incertidumbres que rodean a la política comercial.
En las bolsas, tras una racha inicial de volatilidad, la rebaja del tipo del impuesto de sociedades (si se aplica tal y como se ha propuesto) sería positiva a corto‐medio plazo.
En unas elecciones marcadas por los fuertes contrastes en las políticas de los candidatos, hubo un ámbito de inusual acuerdo entre Clinton y Trump: el gasto público. Tanto Clinton como Trump han estado de acuerdo aumentar la inversión en infraestructuras y armamento, por lo que el mercado ya lo descuenta en parte, pero en las dos áreas existen oportunidades de inversión muy interesantes.
De cara a 2017, la economía estadounidense sigue gozando de buena salud y debería seguir avanzando a un ritmo moderado apoyado en la fortaleza del mercado laboral, el dinamismo del consumo y la recuperación continua del mercado de la vivienda.
Dierk Brandenburg ‐ Analista Senior de renta fija pública
El mantra proteccionista del nuevo gobierno pondrá palos en las ruedas de algunos acuerdos comerciales clave que EE.UU. ya ha suscrito. La posibilidad de que suban los aranceles no será bien acogida en algunos países, especialmente de los mercados emergentes, que tienen en el comercio mundial su mayor fuente de crecimiento. Sin embargo, más allá de eso, Donald Trump tendrá dificultades para sacar adelante todas sus promesas electorales, especialmente en las áreas donde necesitará el apoyo de lo que parece un partido republicano dividido y un Congreso bloqueado.
Probablemente veamos una huida de todo lo relacionado con EE.UU. en el periodo inmediatamente posterior a las elecciones, pero no son todo malas noticias para los activos estadounidenses. El presidente republicano ha abogado firmemente por rebajar los impuestos a las empresas y familias, lo que, de aplicarse, sería beneficioso para el sector empresarial del país.
El aumento de la volatilidad y la incertidumbre podría llevar a la Reserva Federal a mantener los tipos sin cambios en la reunión de diciembre, en contra de lo que el mercado había previsto hasta hace muy poco. Sin embargo, más adelante el mercado descontará pronto una postura más favorable a las subidas de tipos por parte del FOMC, aunque solo sea en respuesta a la fuerte dosis de estímulos presupuestarios que el nuevo gobierno va a administrar. En definitiva, no es una buena coyuntura para unos bonos del Tesoro de EE.UU. que probablemente sufrirán presiones, a consecuencia de las cuales la curva seguirá elevándose.
El mantra proteccionista del nuevo gobierno pondrá palos en las ruedas de algunos acuerdos comerciales clave que EE.UU. ya ha suscrito. La posibilidad de que suban los aranceles no será bien acogida en algunos países, especialmente de los mercados emergentes, que tienen en el comercio mundial su mayor fuente de crecimiento. Sin embargo, más allá de eso, Donald Trump tendrá dificultades para sacar adelante todas sus promesas electorales, especialmente en las áreas donde necesitará el apoyo de lo que parece un partido republicano dividido y un Congreso bloqueado.
Probablemente veamos una huida de todo lo relacionado con EE.UU. en el periodo inmediatamente posterior a las elecciones, pero no son todo malas noticias para los activos estadounidenses. El presidente republicano ha abogado firmemente por rebajar los impuestos a las empresas y familias, lo que, de aplicarse, sería beneficioso para el sector empresarial del país.
El aumento de la volatilidad y la incertidumbre podría llevar a la Reserva Federal a mantener los tipos sin cambios en la reunión de diciembre, en contra de lo que el mercado había previsto hasta hace muy poco. Sin embargo, más adelante el mercado descontará pronto una postura más favorable a las subidas de tipos por parte del FOMC, aunque solo sea en respuesta a la fuerte dosis de estímulos presupuestarios que el nuevo gobierno va a administrar. En definitiva, no es una buena coyuntura para unos bonos del Tesoro de EE.UU. que probablemente sufrirán presiones, a consecuencia de las cuales la curva seguirá elevándose.
Nick Peters ‐ Gestor de fondos multiactivos
Esta victoria probablemente sea mal acogida por los mercados, ya que las políticas restrictivas de Trump en materia de inmigración y libre comercio podrían ser perjudiciales para el crecimiento estadounidense.
Para los mercados emergentes los riesgos son significativos. La presidencia de EE.UU. tiene una influencia sustancial en políticas que afectan directamente a los mercados emergentes, como los aranceles y barreras comerciales, la renegociación del NAFTA o la designación de manipuladores cambiarios (¡atención, China y Corea!). Aunque el buen momento económico podría limitar las consecuencias negativas, el sentimiento probablemente se resienta de forma inmediata, especialmente en México.
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