Cuando se le preguntó acerca de las soluciones a la crisis de la eurozona, King resumió brevemente las opciones que teníamos y sin la ataduras habituales que sufren las personas directamente involucradas en la crisis. Mervyn King cree que hay 4 soluciones:
- Una de ellas es continuar con el desempleo masivo en el sur, con el fin de rebajar los salarios y los precios hasta que se vuelvan de nuevo competitivos.
- La segunda, es decir; "Bueno, tenemos que deshacernos de este desequilibrio en la competitividad, por lo que necesitamos inflación en Alemania." Eso parece poco atractivo, sin duda, para los alemanes.
- La tercera es la de renunciar a la cuestión de restaurar la competitividad de forma rápida y aceptar que esto es una unión de transferencias indefinida. Esto requiere dos cosas: una es que la gente del norte dé dinero a la gente del sur y otra es que la gente del sur acepte las condiciones impuestas, lo que limitará el tamaño de la transferencia.
- La cuarta es cambiar el número de miembros.
"Ahora bien, yo no sé cuál es la respuesta correcta, y eso va a depender de sus objetivos políticos, pero la economía nos dice que tiene que ser una combinación de algunas de estas opciones", dice King.
Este es uno de los resúmenes más concisos y precisos que he leído en mucho tiempo. Es evidente que cada opción puede ser discutida y matizada, pero es todo lo que hay.
Sin embargo, los prestigiosos analistas del Think Tank independiente, Open Europe, van un poco más lejos y reducen aún más las opciones.
Parece poco probable que la primera opción (que bien sabemos en España que es la que está ocurriendo ahora) sea políticamente o socialmente aceptable - países como Grecia, Portugal y Chipre, en particular, tendrían dificultades para recuperar la competitividad de esta manera. Y tampoco arreglaría los defectos estructurales de la eurozona, dejándola increíblemente vulnerable a futuras crisis.
Tampoco parece probable que la segunda opción (la inflación en Alemania) sea suficiente, incluso si se tratara de una opción política. Probablemente sea necesaria en alguna medida, pero está lejos de ser suficiente para resolver la crisis. También podría crear una "unión no competitiva", que es lo que más teme Alemania, ya que aunque puede aliviar los desequilibrios internos de la eurozona, podría dañar la competitividad del bloque en su conjunto. Y, de nuevo, no aborda los problemas institucionales de la unión.
Por lo tanto, eso nos deja con las opciones tres y cuatro: aceptar las transferencias indefinidas y/o la salida de algún miembro de la eurozona.
Carlos Montero
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