EL CRONISTA

 

De dónde venimos y hacia dónde vamos

3 septiembre 2023

Walter Brown Jefe de Redacción Marquesina para tres, el dilema Milei, la vela prendida a la FED y la imposición social que potencia tragedias Hola, ¿cómo estás? Que gusto reencontrarte por acá, el espacio que elegimos con los editores de El Cronista para revisar de dónde venimos y tratar de anticiparnos hacia dónde vamos, a partir de la información y el análisis. Llegamos a septiembre con algunas certezas que, curiosamente, mantienen muchos interrogantes. Y es que, por ejemplo, si bien quedó confirmado que las elecciones primarias dejaron la marquesina para Javier Milei, Patricia Bullrich y Sergio Massa, al dividir al electorado en tres tercios separados apenas por un puñado de votos, ese mismo resultado abrió especulaciones y dudas en los diferentes bunkers de campaña, que hoy analiza Mariano Beldyk.  Las preguntas se suceden en la medida en que la campaña gana temperatura ¿Se mantendrá la paridad? ¿Sostendrá la ventaja un Javier Milei con menos apariciones en los medios o la estirará y no habrá ballottage? ¿Podrá un Sergio Massa más dedicado a la campaña recortar la diferencia, aún con una inflación mensual que trepó a los dos dígitos en agosto? ¿Qué impacto tendrá la irrupción en el escenario electoral de Carlos Melconian como alfil económico de Patricia Bullrich? ¿Cambiará la opinión del electorado con los debates?... Difícil saberlo hoy. El primero de los debates se realizará recién el 1 de octubre, en la Universidad Nacional de Santiago del Estero. Y el segundo, se concretará una semana después, en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires.  Hasta entonces, y probablemente después también, estará dominado por la dolarización de Milei o el bimonetarismo de Melconian/Bullrich, que terciarán en una escena económica marcada por la falta de divisas. Una escasez que, si bien presiona la cotización de la divisa estadounidense, no afecta a bonos ni acciones. Por el contrario, se muestran subidos a una ola que espera encontrar mayor impulso desde Estados Unidos, más precisamente, desde la decisión de la Reserva Federal sobre las tasas que en el cierre de este envío analiza Leandro Dario. Pero la dura realidad, una vez más, mostró en los últimos días que no solo la economía domina las preocupaciones del electorado. Como ocurriera con el crimen de la pequeña Morena en Lanús o el del cirujano en Morón días antes de las PASO, la sociedad se conmovió con el asesinato de un ingeniero y fiscal de mesa de los libertarios, quien recibió una puñalada en Palermo para robarle un celular. Lo que le costó el cargo al ministro de Seguridad porteño, Eugenio Burzaco, ocupado viendo a los tenistas argentinos en el US Open mientras la inseguridad decía presente en la Ciudad.  También la trágica muerte de Silvina Luna sacudió a los argentinos. Porque el caso no solo puso sobre la superficie a la mala praxis en una cirugía, sino que también obliga a revisar las conductas y presiones sociales que llevan a la mujer a tomar riesgos por verse de determinada manera, como analiza hoy Florencia Pulla.  Te invito a revisarlo... ________________________ Milei, el dilema de una campaña caliente Por MARIANO BELDYK, editor de Política Finalmente se conocieron los resultados del escrutinio definitivo y el impacto fue más simbólico que real. Javier Milei quedó por debajo de ese horizonte del 30% que solo La Libertad Avanza (ahora en 29,8%) había conseguido superar. Juntos por el Cambio (28%) también retrocedió algunas décimas y el único que sumó votos fue Unión por la Patria (27,2%).  En términos concretos, el espectro del voto en Argentina se sigue dividiendo en tercios y entre el primero y el tercero median solo 633.202 votos. Son muchos menos los que hay entre UP y JxC, solo 176.899. El duelo del balotaje no tiene todavía contendientes claros.  El oficialismo se siente envalentonado aunque hace cálculos: se mide con Milei pero, a la vez, ignora a Bullrich porque esmerilarla demasiado puede jugarle en contra.  En la usina libertaria ya se adjudican unos 5 puntos arriba, si fiscalizan bien la elección. Los sondeos, con la confianza un tanto desacreditada (otra vez) sugieren una transferencia de votos del bullrichismo hacia el libertario tras las PASO. En las oficinas de la calle Huergo, donde cranean la campaña de Milei, lo atribuyen al afán de votar a ganador.  El dilema en el bunker de la calle Mitre, el centro de comandos del Gobierno, es que ese pase de votos no se acreciente de manera que Milei se despegue tanto que ensanche la diferencia con el segundo y termine ganando en primera vuelta. Hoy los cálculos lo ponen todavía lejos de eso. Debería superar la barrera siguiente del 40% y sacar una ventaja de diez puntos con su competidor inmediato. Pero falta aún mucho y las estrategias, a esta altura, mezclan un poco de focus group y segmentación con una cuota de prueba y error.  La incorporación de Carlos Melconian a la campaña de Juntos ya de modo oficial expone la preocupación en el tercer bunker. Sobre el escenario montado por la Fundación Mediterránea, el economista se movía como un pseudopresidenciable y no un simple ministeriable. Y es que su fichaje viene a cubrir esa falencia de la exministra de PRO que en un ring económico carece de una voz propia para hacer frente y ahora la alquiló junto a un programa de gobierno.  Arranca septiembre y la campaña se pone cada vez más caliente. ________________________ Antes muerta que sencilla Por FLORENCIA PULLA, editora general de Cronista.com  Un limpiador, un serum, una crema hidratante todas las noches antes de ir a dormir. Peluquería una vez al mes. Uñas cada 15 días. Cejas en casa. Maquillaje caro para ir a la oficina aplicado con precisión 30 minutos antes de que suene el despertador de tu pareja. Un poco de baby botox -ese que se recomienda antes de los 35 años- no viene mal para prevenir las arrugas del entrecejo. Billetes y billetes en el último blazer, esa remera tan linda, el pantalón que te queda divino, los zapatos más altos; un intento fugaz de perseguir a la última tendencia de la moda. Por último y no menos importante: una dieta milagrosa que te proponga llegar al verano 90-60-90. Todo eso que hacemos para sentirnos y vernos mejor es una imposición social severa, no una decisión libre y sin ataduras. Sin su absoluto consentimiento no queda sino el ostracismo o la burla. Toda esa presión ejercida sobre un cuerpo joven y sano llevó a Silvina Luna, modelo y vedette, a pasar por el cuchillo. Su decisión sería fatal por complicaciones derivadas de los activos que le inyectaron en el cuerpo. Pero no está sola. La coquetería es una especie de escudo protector ante un mundo que demanda cada vez más de nosotros en términos estéticos. Y los números atrás son alucinantes: en 2020, según Reuters, el negocio de las cirugías estéticas facturaba solo en Corea del Sur -la Meca de los procedimientos de belleza- un estimado de u$s 10.900 millones, un grueso de los u$s 67.000 millones que se llevó el mercado global ese mismo año. ¿La proyección? u$s 200.000 millones en 2030. La publicidad que muestra el pelo sedoso, el filtro de Instagram -70% de ellos, para mujeres- que auspicia una cara perfecta, o la influencer que con un té milagroso logra bajar de peso, son todos parte del mismo problema: crear una imagen poco real, un espejo difuso de la realidad. La ambición por verse de determinada manera es costosa y peligrosa. Y no se salva nadie. En la política, las calzas de Cristina y sus retoques estéticos fueron tapa de revistas. "Chiche" Duhalde tuvo que reconocer "una estiradita" en entrevistas radiales y Ofelia Fernández fue objeto de burla por la talla de su cuerpo que no la define. No debería extrañar, entonces, que la Argentina sea el segundo país con trastornos de la conducta alimentaria, según la Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia (ALUBA). Un 70% de las mujeres no están conformes con su cuerpo. No hay libertad posible con las ataduras de un sistema creado para oprimir los cuerpos. Una lección que, con tristeza, aprendemos rápido y a la fuerza. ________________________ ¿Se viene una Fed "dovish?: elijo creer Por LEANDRO DARIO, subeditor de Finanzas y Mercados Poco a poco, los traders en Wall Street van dejando atrás los fantasmas del bear market y empiecen a olfatear un cambio de rumbo en los mercados. Entusiasmados con la posibilidad de una Reserva Federal más laxa luego de una semana en la que los datos del mercado laboral confirmaron un crecimiento más lento del empleo, ya imaginan un Jerome Powell más "dovish" y una Fed que mantendría el 20 de septiembre las tasas de interés sin cambios. El temor latente estaba en el aire, tras pronunciar un ortodoxo discurso en Jackson Hole, en el que advirtió que la inflación "seguía siendo demasiada alta". Pero los últimos datos del mercado laboral calmaron las aguas. Según el Departamento de Trabajo de Estados Unidos, la economía añadió 187.000 puestos laborales en agosto, por encima de los 170.000 que esperaba el mercado. Los datos parecen alejar dos temores: la posibilidad de una recesión, pero también un recalentamiento de la economía que obligue a subir otra vez las tasas. El mercado ahora espera con un 93% de probabilidad que la tasa se mantenga sin cambios en septiembre y especula con una política monetaria más laxa a partir de marzo de 2024. Se trata de un cambio notable que no sólo genera optimismo en Estados Unidos, sino también en los emergentes. Argentina, con la perspectiva de una cosecha sin sequía el año que viene, más el empuje exportador de Vaca Muerta y un cambio de Gobierno que acometa las reformas estructurales tan postergadas, podría empezar a encarrilar sus distorsiones macroeconómicas. En ese caso, los bonos argentinos y el Merval, que en agosto registró una suba superior a la del dólar, podrían continuar un rally que hasta el momento no tiene drivers concretos. El camino está plagado de espinas, pero todas las señales son bienvenidas. Elijo creer.