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Doble piso y rebote del Merval: ¿nos ilusionamos?

Tarde o temprano terminamos pagando los malos hábitos

Si nos movemos en ambientes cerrados, con poca circulación de aire, y no tenemos la costumbre de lavarnos las manos cada vez que volvemos de la calle, a la larga o a la corta nos pescamos una gripe. 

Si habitualmente fumamos, comemos alimentos procesados y ricos en azúcares y grasas saturadas, llevamos una vida sedentaria y estresante, y dormimos menos de ocho horas por día, es muy probable que tengamos problemas coronarios o que desarrollemos algún tipo de diabetes. 

También sucede que si no corregimos a tiempo los malos hábitos, las consecuencias terminan siendo peores. Una infección menor puede derivar en una afección complicada por no tratarla oportunamente. 

En economía sucede algo similar. Si persistentemente gastamos más de lo que producimos, tarde o temprano tendremos que achicar nuestros egresos y moldearlos de acuerdo a nuestros ingresos. Consumiendo las líneas de crédito que tengamos podremos prolongar la vida de excesos económicos por un tiempo, pero si no adecuamos nuestros gastos a lo que generamos, en algún momento tendremos que hacerlo brusca y dolorosamente. 

En 2016-2017 el mercado compró el plan gradualista de Cambiemos. Pagó y pagó con la expectativa de que el Gobierno iba a corregir a tiempo los desequilibrios heredados de la gestión anterior. En ese entusiasmo, el Merval fue desde los US$ 1000 a los US$ 1800 en un viaje espacial. 

Hasta abril del año pasado, el plan gradualista empeoró la mayor parte de los desequilibrios heredados. El mercado dejó de creerle y, por tanto, de prestar al Gobierno, y lo obligó a acudir al FMI y a ajustar a una mayor velocidad. Una brutal liquidación de posiciones en pesos y una feroz dolarización llevaron al dólar de $20 a $40 en cuatro meses y destruyeron las cotizaciones de las acciones. El Merval en moneda dura se desplomó un 64% desde los máximos de enero de 2018. 



Fuente: Trading View 

Con un dólar más alto, mejoraron las cuentas externas y se licuó la deuda del Banco Central. En medio de la corrida, la economía se paralizó. El crecimiento económico devino en la más profunda recesión desde 2002. Y la inflación aceleró su velocidad a un ritmo alarmante no visto en 27 años. 

Para frenar la inflación, el Gobierno avalado por el FMI se propuso controlar la cantidad de billetes e implementó el frágil esquema de las Leliq, cuyas consecuencias pueden ser aún peores que los hechos que recientemente vivimos. El éxito del esquema depende de su capacidad para devolver la confianza, anclar precios y dólar y recuperar la demanda de pesos. 

El esquema de las Leliq tuvo éxito al comienzo. Durante cuatro meses el dólar estuvo contenido y las acciones argentinas volaron después de la sobreventa de los meses pasados, apenas vieron un poco de estabilidad del tipo de cambio. 

Pero el programa empezó a tambalear con el repunte de la inflación en el trimestre febrero-abril, que llenó de desconfianza la plaza. Nuevamente el dólar se dirigió hacia nuevos máximos y las acciones volvieron a hacer piso. 


¿Cómo estamos hoy? 

Para saber dónde estamos parados en el presente, te propongo que analicemos el gráfico del Merval en dólares. 



Fuente: Trading View 

El jueves 25 de abril el pánico en los mercados hizo que el índice emblema de la bolsa local medido en moneda dura tocara los mínimos de agosto pasado. Al reconocer el piso de los 647 dólares salió disparado hacia arriba y rompió la tendencia bajista del último trimestre

Ubicado en la zona de los 745 dólares, el S&P Merval se encontraría en la fase de corrección a la caída de febrero-abril, que tendría como primer objetivo los 800 dólares

Lo mejor es que parte de la recuperación se dio en la semana en la que los principales índices del mundo bajaron. Luego de que volvieran a tensarse las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China, el índice S&P 500 cayó cerca de un 3%. Al mismo tiempo, el índice Shanghai Composite derrapó un 4,5% y el DAX alemán tropezó un 2,7%. 

Aparentemente la recuperación de las acciones nacionales estaría vinculada a la vuelta de Argentina al índice de MSCI de mercados emergentes. Si bien el retorno se concretaría el 29 de mayo, fondos de inversión que replican el índice ya estarían destinando 1.130 millones de dólares en la compra de papeles argentinos. El hecho le estaría dando impulso a las acciones argentinas y les habría permitido desacoplarse de la caída de la renta variable a nivel global. 

Un bear market suele tumbar los precios entre un 60% y un 80%. Gran parte de la caída (si no es toda) ya la habríamos visto. En la medida en que se logre la estabilización de precios y dólar y caigan las chances del retorno de un gobierno populista, la recuperación de las acciones podría prolongarse. De lo contrario, el rebote que estamos viendo sería efímero

Hasta la semana que viene, 

Bruno Perinelli 

Para CONTRAECONOMÍA