Al igual que el deterioro de los principales indicadores de la economía, la morosidad del sistema creció a pasos agigantados en todos los rubros donde el crédito estaba presente, aumentando así los niveles de angustia y desesperación de los endeudados en cómodas cuotas.
En lo que refiere a los préstamos personales, la mora creció 59% en apenas un año. Pasó del 3,2% del total de los préstamos en 2017 al 5,1% en diciembre de 2018. En el universo de las tarjetas de crédito, la tendencia es similar: hubo un 48% más de morosos a fines del año pasado respecto de diciembre de 2017 y se pasó del 2,5% del total al 3,7%.
Pero hay un grupo de deudores que la está pasando aún peor. Hablamos de aquellos que soñaron con tener su coche nuevo y reluciente. Lamentablemente, recurrieron a los famosos planes de autoahorro y ahora se encuentran en medio de una pesadilla financiera sin poder despertar, con cuotas que se triplicaron en algunos casos y debiendo cumplir condiciones leoninas para cancelarlas.
Según Ricardo Marimon, subsecretario de Defensa del Consumidor de la provincia de Chaco, existen en la Argentina más de 2 millones de personas con serios problemas para hacer frente al pago de este tipo de cuotas, mientras hacen la vista gorda organismos de control como la Inspección General de Justicia de la Nación.
En la columna de hoy pondremos el ojo en esta situación y aportaremos conocimientos adquiridos para que las personas damnificadas tomen, de aquí en adelante, mejores decisiones.
Planes de autoahorro y desinformación intencionada
Los planes de autoahorro surgieron como una alternativa interesante para las personas que no contaban con todo el capital en el momento y deseaban adquirir un auto nuevo. Les daba la posibilidad de financiar la compra en 84 cuotas mensuales y consecutivas. Las automotrices organizaban grupos de personas interesadas en sus 0 km y realizaban sorteos o licitaciones para que los afortunados pudieran manejar su vehículo mientras seguían pagando, sin esperar a saldar la última de las cuotas. Por otra parte, ofrecían adelantar la entrega del coche mediante el pago de “cuotas puras” (sin tener en cuenta el seguro de vida y los gastos administrativos), a fin de cancelar de manera anticipada las obligaciones.
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