Todos los que vieron la serie brasileña "El Mecanismo" -que narrala investigación que puso al descubierto la operatoria corrupta del"Lava Jato"- se asombraron de ver cómo los policías reconstruyeronla trama del pago de sobornos: tras hurgar en los tachos de basurade empresas y oficinas públicas, recuperaron las largas tiras depapel que quedaban después que las hojas pasaban por la máquinatrituradora. Pacientemente, los policías hacían coincidir las tiritashasta reconstruir las páginas y las pegaban sobre un cartón.
Esa imagen potente sirvió como marca de identidad no sólo para laexitosa serie, sino que se transformó en un ícono de la corrupción: esos papeles desparejamente pegados simbolizaban el triunfo de lajusticia sobre las destrucciones de prueba de la corrupción.
Esa imagen potente sirvió como marca de identidad no sólo para laexitosa serie, sino que se transformó en un ícono de la corrupción: esos papeles desparejamente pegados simbolizaban el triunfo de lajusticia sobre las destrucciones de prueba de la corrupción.
Pero seguramente nunca estuvo en la imaginación de un guionistade series políticas que un escándalo de sobornos en la obra públicapudiera estar ligado a registros tan caseros y poco sofisticadoscomo un cuaderno Gloria o un documento de Excel en unacomputadora de escritorio. Y, menos probablemente, se podríaimaginar que en esos registros no figuraría la transferenciabancaria de dinero sino el traslado físico de billetes en bolsos.
Esas son, sin embargo, las marcas de la corrupción argentina: casicomo si esas prácticas toscas dieran la talla del grado denaturalización de las prácticas corruptas. Es, lo que ocurrió con elnuevo escándalo judicial por coimas en la obra pública. El centrodel caso es la aparición de ocho cuadernos donde el chofer deRoberto Baratta, ex número dos del ex ministro de Planificaciónfederal kirchnerista Julio de Vido, donde anotaba los recorridosque realizaba, pone el foco en los soportes donde se registran losmovimientos ligados a fondos de origen corrupto, por sobornos ofavores.
Esas son, sin embargo, las marcas de la corrupción argentina: casicomo si esas prácticas toscas dieran la talla del grado denaturalización de las prácticas corruptas. Es, lo que ocurrió con elnuevo escándalo judicial por coimas en la obra pública. El centrodel caso es la aparición de ocho cuadernos donde el chofer deRoberto Baratta, ex número dos del ex ministro de Planificaciónfederal kirchnerista Julio de Vido, donde anotaba los recorridosque realizaba, pone el foco en los soportes donde se registran losmovimientos ligados a fondos de origen corrupto, por sobornos ofavores.
De acuerdo a la investigación judicial, y a versiones periodísticasque nunca fueron confirmadas en Tribunales, el soporte papelresultaba el preferido durante los gobiernos de Néstor y CristinaKirchner, sin llegar a niveles más acordes al siglo XXI como laplanilla Excel donde un ex funcionario de Chubut anotó todos losmovimientos de una “caja negra” de fondos provenientes de lacorrupción en la obra pública de esa provincia patagónica durantelos gobiernos del ex mandatario fallecido Daniel Das Neves.
En el caso de los cuadernos de Oscar Centeno, el chofer de Baratta, ex secretario de Coordinación y Gestión del Ministerio dePlanificación durante los 12 años del kirchnerismo, están anotadasfechas, horas, nombres, apodos y direcciones. Esos trayectosmuestran cómo fue el camino de las coimas de empresas alMinisterio de Planificación durante la gestión kirchnerista.
Entre el 23 de marzo y el 16 de octubre de 2005, durante el gobiernode Néstor Kirchner, Centeno anotó los movimientos en una libretade hojas cuadriculadas pegadas por el borde superior, un formatoriesgoso porque las hojas se pueden desprender con facilidad.
Del 17 de octubre de 2005 al 29 de junio de 2006 prefirió seguir elregistro en un cuaderno de hojas espiraladas de la marca Gloria dela papelera Ledesma, también cuadriculado, un formato que tienesentido si se anotarán cifras en columnas y filas, aunque no tantopara los escritos de Centeno, que sólo daba cuenta de susmovimientos en oraciones, divididas por líneas horizontales.

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Ese mismo año eligió un cuaderno de la misma marca Américapero de tapa azul y blanco, siempre con hojas con cuadrados, donde anotó sus movimientos entre el 26 de enero hasta el 12 deabril de 2009.

El 14 de mayo de 2010 inició el último cuaderno mientras vivíaNéstor Kirchner, y donde anotó por última vez el 21 de diciembrede ese año, luego del fallecimiento del ex Presidente, el 27 deoctubre. En este caso el elegido fue un cuaderno América con elMachu Picchu peruano en la portada.

Losdos últimoscuadernos, escritosbajoelsegundogobiernodeFernándezdeKirchner, sedistinguendelrestoporqueCentenosepasó alashojasconrenglones. Unodeellosfueescritoentreel6demayoyel31deoctubrede2013, esunodela marca Rivadavia,una de las más tradicionales del mercado escolar. Esel únicocuaderno, juntoalalibretaqueinició laserie, quenosonconespiralesdemetal.
Centeno replicó posiblemente el ejemplo que se le atribuye aNéstor Kirchner, quien, según versiones periodísticas nuncademostradas hasta ahora en la Justicia, llevaba registros similaresde los fondos gubernamentales ligados a la corrupción en uncuaderno de la marca Arte… sí, adivinó, con espirales de metal.
Se desconoce el paradero de ese cuaderno luego de la muerte delex Presidente el 27 de octubre de 2010. Se supone que Kirchnerescribía en él con sus famosas biromes de la marca BIC. Deacuerdo a versiones periodísticas, y a diferencia de Centeno, Kirchner incluía en el cuaderno papeles con anotaciones, siempremanuscritas.
Una razón sencilla y concreta es la siguiente: un cuaderno no sepuede “hackear”, copiar o alterar o eliminar en forma remota, como puede ocurrir con un archivo informático.
Además, el cuaderno es fácil de eliminar si es necesario, mientrasque una planilla de cálculo se puede recuperar si no fue eliminadabajo un proceso técnico algo complejo para un usuario común decomputadoras. Se puede tener copia de un cuaderno en fotocopiaso tomándole fotos, aunque para ello hay que tener acceso físico alanotador.
La vía informática de Chubut
Los vecinos patagónicos de Santa Cruz, la patria natal política delos Kirchner y De Vido es Chubut que desde el año pasado viveconmocionada por una crisis política desatada por un archivoExcel.
En este caso, el protagonista es un ex funcionario que prefirió lacomodidad, la eficiencia y el orden en el registro de números quetiene el posiblemente programa más famoso de la empresaMicrosoft, luego de su sistema operativo Windows, y junto alpaquete Office y el procesador de texto Word.
El escándalo tiene hoy 12 detenidos, entre ministros, secretarios, valijeros y empresarios, vinculados a 12 causas y un gabinete, eldel fallecido gobernador Mario Das Neves, partido al medio.
El sucesor de Das Neves, Mariano Arcioni, está con la espada deDamocles encima suyo, todo por culpa de un botín negro que loscontadores de la corrupción habían registrado minuciosamente enplanillas de Excel, por un total de fondos que llegan a 800 millonesde pesos.
Das Neves, quien murió el 31 de octubre de 2017, tuvo un secretarioprivado, Diego Correa, quien ante los fiscales asentó su domicilioen el expediente: Velero Vesta 127, en la ciudad de Trelew.
El domicilio de Correa era el mismo de Dual Core, una de lasempresas constructoras contratadas para la emergencia enComodoro Rivadavia. Es decir, se contrataba a sí mismo y sepagaba en su domicilio. Dual Core llevaba meses como proveedorde la provincia. Lo mismo que Sepat SRL, otra proveedora delEstado. Ambas respondían a Correa a través de parientes ytestaferros.
Correa tenía su propio secretario privado Diego Luthers, un exempleado bancario, quien anotaba en planillas de Excel en formaminuciosa los ingresos y gastos de la caja negra de supuestossobornos. Fiel a su origen laboral, Luthers guardó fotocopias de loscheques con que pagaban las empresas.
En esa contabilidad informática, a la que accedió la Justicia, figuradesde la compra de un “gel Tío Nacho” por $300 hasta “pastillas” ($215) o los bifes de lomo que comían Correa y otros implicados.

Luthers llegó a asentar incluso los episodios derivados de lainvestigación judicial. “Diferencia sin anotar día allanamiento”, por $14.500, dice es uno de los ítems. Había otra lista en soporteinformático, donde figuran supuestos sobresueldos junto anombres de funcionarios o de sus parientes.
Aquí está incluido el gobernador Arcioni, que aparece anotado enmás de una oportunidad, con $100.000. También la viuda de DasNeves, con ingresos de hasta $500.000. En el podio aparecen Correay Gonzalo Carpintero, otro secretario de Das Neves, con un millónde pesos mensuales cada uno.

Las fotografías de las planillas del ex secretario de Correa fueronpublicadas originalmente por el diario digital La Tecla.
Por las dudas Correa tenía una libreta personal donde tambiénfigurarían pagos. Ese cuaderno está en manos de la Justiciaprovincial que deberá probar si esos pagos se realizan en formaefectiva.
iprofesional