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Exclusivo: Ribaya negocia arrepentirse y tiembla el banco Galicia

El banquero Luis María Ribaya, ex directivo del Galicia, Nación y el MAE, podría sumarse a la ola de empresarios "arrepentidos" de los casos de corrupción durante el kirchnerismo y amenaza con provocar un terremoto en el sistema financiero.
Según supo LPO, Ribaya estaría negociando una confesión que podría abrir la puerta a que el escándalo de corrupción que desataron los cuadernos del chofer Oscar Centeno amenace ahora a la conexión financiera y de los bancos con esos episodios.
El banquero fue mencionado por Centeno en los cuadernos por una reunión con Roberto Baratta el 9 de marzo de 2010 en la sede del Galicia en Perón 415. "Cuando regresó me dijo el lic que por fin va a tener su casa porque le daban un dinero en carácter de 'préstamo' y regresamos", escribió el chofer, según reveló Infobae. En su declaración jurada el ex funcionario asegura que compró (un mes después de la reunión) un departamento en Belgrano con un crédito del banco de Ribaya. La sospecha es que el préstamo podría haber sido una pantalla.
Esto podría marcar el nuevo rumbo de la causa que investigan Claudio Bonadio y Carlos Stornelli, que ahora apuntan a desentrañar la ruta financiera de las coimas. Para eso sumaron a la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y de la Unidad de Información Financiera (UIF), que investigarán el circuito del dinero que terminó en los bolsos que recolectó durante años Baratta.
Esto más la posible confesión de Ribaya son un escenario explosivo para el sistema financiero, que ya está provocando una gran inquietud en la City porteña.

Ribaya estaría negociando una confesión que podría abrir la puerta a que el escándalo de los cuadernos amenace ahora a la conexión financiera y de los bancos

Es que como en el caso de Aldo Roggio, el juez y el fiscal ya no aceptan que los empresarios repitan la versión de los aportes de campaña bajo extorsión para sumarse a la causa como arrepentidos y zafar de la prisión. Bonadio y Stornelli obligaron a Roggio a declarar tres veces y no lo aceptaron como colaborador hasta que dio datos verdaderamente nuevos, que no están en los cuadernos.
El dueño de Metrovías abrió el capítulo para investigar la corrupción en el transporte y los subsidios. Ribaya podría ser la llave para ir por el sistema financiero.
Ribaya
En sus tiempos de director del Banco Galicia (entidad en la que hizo toda su carrera, desde cajero hasta el directorio donde se retiró en 2015), Ribaya fue el mejor contacto de Julio De Vido con el mundo financiero. Íntimo del ex ministro de Planificación, Ribaya logró que el Galicia se convirtiera en una de las entidades más cercanas al gobierno de los Kirchner.
Ribaya fue el operador político del banco de la familia Escassany durante el kirchnerismo y su cercanía con De Vido llevó a la entidad a lograr esa cercanía. Y a participar en negocios vinculados a la energía. Su amistad quedó en evidencia cuando al principio del gobierno de Macri se trenzó en una discusión con Alejandro Macfarlane y otros empresarios en Punta del Este, a los que le reprochó que no salían a bancar al ex ministro. "Hay que ser leales a Julio, ustedes no pueden hacer esto", los increpó en un restaurant. Las versiones dieron cuenta de que Macfarlane, un ex hooker de Pucará, utilizó su robusta humanidad para calmarlo cuando la discusión se estaba desmadrando.

Además, tejió lazos con Osvaldo "Bochi" Sanfelice, el punto clave de todos los movimientos de dinero de la familia Kirchner, socio en la inmobiliaria de Máximo y complicado en la causa Hotesur. Otro personaje ilustre del kirchnerismo con el que hizo amistad fue el ahora arrepentido Claudio Uberti, a quien le consiguió un empleo para su hijo en el Galicia
Ribaya ya había sido mencionado en otras dos causas de corrupción: por la caja con 4 millones de dólares de Florencia Kirchner en el Galicia y por José López, que lo mencionó por un crédito que iba a obtener para comprar su casa en Dique Luján. Sobre el primer caso, Ribaya es señalado como el que les ofreció a los Kirchner la apertura de cajas de seguridad.
A pesar de estos antecedentes, el macrismo sumó a Ribaya a su gestión. El banquero fue hasta el año pasado director y uno de los vicepresidentes del Banco Nación, adonde llegó de la mano de Carlos Melconian. Tras su salida, Javier González Fraga echó al ex Galicia, que en ese momento también ocupaba la presidencia del MAE.