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¡Huracán a la vista!

Varias señales nos alertan que vendrá un “ciclón” que arrasará las Bolsas del Mundo. Tranquilos: sería recién en 2019.
El sábado a la tarde mi mujer, mi hija y yo volvíamos de la plaza después de haber paseado durante un par de horas bajo el sol, disfrutando las agradables temperaturas de invierno.

Cerca de nuestro hogar pasamos por una agencia de viajes donde nos llamó la atención la cantidad de promociones que ofrecía en paquetes de pasajes y estadías para ir al Caribe y el sur de Estados Unidos entre agosto y noviembre.

Después, claro, dedujimos que se trataban de promociones por la temporada de huracanes, que azota esa región todos los años. E inmediatamente desistimos de armar todo tipo de plan de vacaciones que teníamos en mente para irnos a ese destino durante esos meses.

Luego me puse a pensar en los recaudos que año a año la población que vive en esa región tiene que tomar para, sobretodo preservar sus vidas, y además, evitar graves daños materiales. Resulta necesario realizar un intenso ejercicio de fuerza mental y psicológica para no caer ante el miedo que provoca que todos los años la vida propia y la de los familiares y amigos estén en peligro.

Con el correr del tiempo las zonas más desarrolladas de la región fueron empleando diferentes mecanismos de protección contra los huracanes. Desde la construcción de refugios especiales hasta la instalación de paneles antitormenta y persianas acordeón. Los habitantes de esa zona fueron rebuscándosela para poder convivir con los temporales.

También los servicios meteorológicos fueron mejorando los métodos de detección de los huracanes. Hoy son capaces de ver aquellos primeros momentos en los que estos fenómenos naturales se originan en las costas de África Occidental. 
La calma antes de la tormenta
En las Bolsas del Mundo las “grandes catástrofes” no suelen ocurrir con la misma frecuencia que presentan los huracanes del Caribe. Pueden pasar varios años desde la gestación de una crisis financiera hasta su contundente explosión.

El mercado norteamericano lleva más de nueve años subiendo. Está cerca de ser el mercado alcista más largo de la historia. Sólo las crisis europeas de 2010 y 2011 y la del petróleo y de los mercados emergentes en 2015 fueron capaces de interrumpir su escalada regular. Hay acciones que mes a mes baten récords históricos de cotización. La economía de los Estados Unidos está creciendo vigorosamente, con poca inflación y bajo desempleo.

Pero no todo es color de rosa. Hay varias señales que nos están alertando que en un tiempo no muy lejano puede desencadenarse una crisis económica y financiera mundial.

Tenemos que estar preparados para sobrellevarla de la mejor manera posible.

Nubes negras en el horizonte
Como venimos viendo en las últimas semanas, si Estados Unidos y China se pelean, la sangre nos salpica a todos.

Lo que en un principio es una disputa arancelaria después se transforma en una guerra de monedas para ver quién protege mejor sus productos. El comercio entre las dos potencias más grandes del mundo disminuye y el crecimiento económico de ambos países se resiente. Al final, China y Estados Unidos demandan menos alimentos, máquinas y productos industriales, y afectan así el crecimiento económico mundial.

Las tasas de los bonos de los Estados Unidos parecen querer reflejarnos este panorama.

Los bonos a 10 años están rindiendo prácticamente lo mismo que los títulos a dos años de plazo. No hay un premio extra por asumir un mayor riesgo por estirar el plazo. Los inversores parecen estar viendo que en los próximos años las empresas ganarían menos y el crecimiento económico y la inflación caerían en Estados Unidos.

Si los bonos a 2 años llegaran a rendir más que los títulos a 10 años, habría un incentivo para que se invierta más a corto plazo, y se destinen menos fondos a proyectos de mayor riesgo que involucren la compra de máquinas e inmuebles y la contratación de trabajadores. Si eso llegara a pasar, la recesión estaría a la vuelta de la esquina.



El gráfico nos muestra que en la segunda parte de 2006 la diferencia entre los rendimientos fue negativa: los bonos norteamericanos a dos años de plazo pasaron a rendir más que los de 10 años. Un año después Estados Unidos entró en recesión y estalló la crisis de las hipótecas subprime.

Todavía estamos lejos de que los rendimientos de corto plazo les ganen a los de largo plazo, pero vamos en esa dirección.

En la misma sintonía, el índice Skew VIX nos alerta que podría venirse una fuerte baja en las Bolsas del Mundo en el próximo tiempo. El Skew VIX es un índice que refleja cuán cubiertos están los inversores a una posible baja pronunciada de las acciones norteamericanas. Si se teme que se produzca una catastrófica caída bursátil, los inversores toman posiciones de cobertura al extremo y el índice aumenta. Hoy el Skew VIX está en valores máximos.

Para tranquilidad de todos, parecería que el huracán recién llegaría el año que viene. De todas maneras, tenemos que seguir de cerca la evolución de la mayor guerra comercial del siglo XXI, las tasas de Estados Unidos y los valores que tome el Skew VIX antes de que la crisis nos sorprenda.

A estar atentos,

Bruno Perinelli

Para CONTRAECONOMÍA