- Fuertes alzas del petróleo ante posibles sanciones a Irán
- El resto de firmantes del pacto con Irán se mantienen
- La temporada de resultados apoya nuevas subidas en bolsa
Pocos movimientos al cierre de las bolsas europeas, en una sesión en la que el foco de atención de los inversores se ha centrado en la decisión de ayer de Donald Trump de sacar a EE.UU. del tratado nuclear de Irán, y en la que sorpresivamente los inversores han ignorado este hecho.
Lo que ha pasado hoy en las bolsas lo resume muy bien Jasper Lawler, jefe de investigación de London Capital Group: "A pesar del gran revuelo que provocó el anuncio, los mercados casi se han encogido de hombros ante la noticia. La decisión de Trump es un nuevo golpe para los aliados en Europa que habían estado tratando de convencer al presidente de los Estados Unidos de que se mantuviera en el acuerdo”.
¿Y por qué ni las bolsas, ni el mercado de bonos o el de divisas se han visto afectados por la decisión de Trump?
Pues básicamente porque se apuesta por un escenario en el que el resto de países firmantes del acuerdo se mantenga en él, tal y como lo han declarado las partes, por lo que no haya efectos importantes en las posibles sanciones de EE.UU. De hecho, EE.UU. no es importador de crudo de Irán, por lo que este país podrá seguir vendiendo a países como China o la UE por ejemplo.
Otra derivada importante y probablemente imprevista de esta decisión, es la posibilidad de que se inicie un camino sin retorno en el que EE.UU. pierda cada vez más poder de influencia en el mundo. Si países como Rusia, China, el Reino Unido o el conjunto de la Unión Europea, se dan cuenta que pueden sacar adelante medidas globales sin la participación de EE.UU., lo seguirán haciendo y cada vez con más recurrencia. En ese caso EE.UU. será el que se aísle del resto del mundo bajo esta administración, que a la vista de las medidas proteccionistas de su presidente parece que es la opción elegida.
La política de Trump es parecida a la de Reagan, la de romper la baraja e ir a por todas.
Como decíamos, las bolsas europeas apenas han registrado cambios por la noticia. Sí en cambio el mercado de materias primas, principalmente el petróleo, que ha alcanzado máximos no vistos desde 2014. Los analistas de Goldman Sachs prevén que el brent podría situarse en los 82,50 dólares este verano, frente los cerca de 77$ que cotiza en la actualidad.
Por ahora la fuerte subida del precio del petróleo no está preocupando a los inversores. ¿Debería hacerlo? Pues no si se consolida por debajo de los 80 dólares, pero sí si los supera. En un escenario como el actual en el que los mercados financieros, sobre todo el de renta fija, se están viendo claramente influenciados por las tensiones inflacionistas, una subida adicional de los precios energéticos deberían tener un efecto negativo en el ánimo inversor.
Pero volvamos al tema principal del día. Los analistas de Link Securities lo resumían de esta manera: “La política de Trump es parecida a la de Reagan, la de romper la baraja e ir a por todas, que ayudó al desmantelamiento de la URSS por agotamiento económico y relanzó la economía estadounidense mediante la reducción de impuestos. Pero aunque lanzar un “¡A la mierda!” al aire pueda funcionar en ocasiones, no suele ayudar a cimentar buenas relaciones ni siquiera con los amigos y ahí podría haber un problema serio en el futuro”.
Otras referencias importantes de la sesión, una vez que la temporada de resultados está casi acabada, fueron los datos macroeconómicos. Destacaríamos las ventas minoristas italianas en marzo con una subida del 2,9% frente -0,6% anterior. El IPP mensual de EE.UU. en abril con una subida del 0,1% frente 0,2% esperado y +0,3% anterior. Los inventarios mayoristas de EE.UU. que en marzo subieron un 0,3% frente +0,6% esperado. Y finalmente la evolución semanal de los inventarios energéticos de la AIE que registraron una caída de más de 2 millones de barriles frente una subida esperada de un millón. Este dato llevó al crudo a subir por encima de los 77 dólares.
En resumen, una jornada más tranquila de lo que se esperaba en un principio, lo que valoramos de manera positiva y alcista para el corto plazo, porque motivos para bajar, si se quisiera bajar, se han tenido.
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