Han sido muchas las empresas que en estos primeros días de octubre han tomado la decisión, seguro que dolorosa, de marcharse de Cataluña. Los cambios de sede social tienen su lógica y un sentido económico. Por eso, Caixabank ha elegido Valencia; Sabadell, Alicante; Gas Natural Fenosa, Madrid, y Codorníu, La Rioja.
Eva Ruiz-Hidalgo / Invertia
El último registro (del viernes 20 de octubre) cifraba en casi 2.000 las empresas que habían trasladado su sede, un éxodo motivado por la escalada de tensiones políticas en la región por la deriva soberanista.
La lista incluye algunos nombres señeros como CaixaBank, Banco Sabadell, Gas Natural, Abertis, Codorniu, Gas Natural y Grupo Planeta.
El clima de nerviosismo puede enrarecerse aún más y el número de salidas podría aumentar. La expectación es máxima ante la respuesta del Gobierno catalán a la aplicación del artículo 155: la eventual votación de la independencia e el Parlamento regional tras las medidas que se aprueben con motivo del artículo 155 para intervenir la autonomía regional.
Muchos ciudadanos asisten atónitos a estos movimientos puesto que el Gobierno de Rajoy ha dicho por activa y por pasiva que Cataluña nunca va a ser una región independiente. Entonces, ¿por qué se van las empresas?
La prensa ha encontrado una explicación en el hecho de que han sido los fondos de inversión, pensiones y compañías de seguros, dueños en muchos casos de la deuda de estas empresas, los que han ordenado la estampida. El dinero huye de incertidumbres.
Las compañías que han trasladado su sede social fuera de Cataluña han elegido, en su mayoría, lugares con los que ya mantenían vínculos. Madrid, Alicante, Valencia, Córdoba, La Rioja… los nuevos destinos pueden ser permanentes para algunas compañías. Otras aprovechan la ocasión para hacer escala y continuar con su viaje más adelante.
En opinión de Gonzalo Bernardos, analista y Profesor Titular del Departamento de Teoría Económica de la Universidad de Barcelona. el traslado de sedes sociales claro que tiene un sentido económico. En el caso de los bancos su destino final será Madrid, sin embargo en este primer salto irse a la capital hubiera sido una “ofensa” a los catalanes.
Pero es lo que es innegable es que el centro financiero está en Madrid, ellos ya están en los mercados de capitales. Es normal que vayan incrementando su presencia poco a poco.
Para algunos expertos, Banco Sabadell más que pasos está dando zancadas. Ya ha dicho que tiene intención de trasladar la presidencia y la secretaría general del banco a Madrid en su próximo consejo de administración.
Desde hace años, Sabadell dispone de tres centros operativos en España ubicados en Las Tablas (Madrid), Alicante y Sant Cugat (Barcelona). En Madrid radica, por el momento, la Dirección General de Mercados y Banca Privada, así como importantes centros de las distintas direcciones horizontales.
En Alicante también tiene su domicilio social Solvia, la unidad inmobiliaria de la entidad, y se ubican distintas unidades tecnológicas, además del centro de recuperación de datos (back-up), mientras que en Barcelona se encuentra el centro corporativo principal del banco, donde están la mayor parte de las direcciones generales ejecutivas de Sabadell.
La Fundación Bancaria La Caixa ha acordado trasladar de Barcelona a Palma la sede social tanto de este organismo como de CriteriaCaixa, la sociedad de la que es accionista único y que gestiona el patrimonio de la entidad, “mientras se mantenga la actual situación en Catalunya”.
En un comunicado, la Fundación que preside Isidre Fainé ha informado de que el nuevo domicilio social de estas dos entidades estará situado en la Plaça Weyler, 3, de Palma, en la sede de CaixaForum, con el fin de “preservar sus intereses empresariales y sociales, así como su operativa normal”.

Es la empresa familiar más antigua de España. La historia de la productora de cava comienza a mediados del siglo XVI cuando Jaume Codorníu, propietario de viñas y aperos, se dedicó a la elaboración de vinos y funda en Sant Sadurní D’Anoia unas bodegas que, con el tiempo se han convertido símbolo y en parte de la historia de Cataluña: las bodegas del cava de Codorníu.
Propiedad de la familia Espona, el Grupo Gallo fue fundado en 1946 en Rubí (Barcelona) y se ha dedicado tradicionalmente a la producción de pasta, aunque en el inicio de este siglo empezó a fabricar también platos frescos precocinados.
La compañía cuenta con una planta en El Carpio, en Córdoba, especializada en pasta seca y otra en Esparreguera, en Barcelona, para la producción de multicereales sin gluten.
LAS EMPRESAS ENVÍAN CINCO MENSAJES
Desde la asociación Empresaris de Catalunya, su vicepresidente Carlos Rivadulla, cree que tras estos movimientos las empresas quieren enviar varios mensajes:
- Primer aviso público a la Generalitat. Aunque llevaban tiempo avisando, ahora lo han hecho públicamente puesto que el pánico ha llegado a los ciudadanos.
- De cara a los inversores había que transmitir el mensaje de que “yo no estoy con estos” (por los independentistas).
- No saco activos, por el momento. Me traslado por si hay un bloqueo o revueltas populares. Pero si sigue la incertidumbre y aumenta el riesgo, entonces trasladaré ejecutivos y activos.
- Calmar a los clientes
- Sin costes de traslado. Utilizan sedes, edificios que ya tenían en otras regiones.
“Es desmoralizante”, agrega, con graves repercusiones en la economía, que “empezaremos a notar en la inversión extranjera, en las balanzas fiscales, en el PIB (en una semana ha caído el 50% del PIB catalán)… además muchas de ellas no volverán.
CON SENTIDO ECONÓMICO, LEGAL Y FISCAL
El director económico de Fomento del Trabajo (Foment del Treball), Salvador Guillermo, cree que los movimientos de las empresas catalanas de trasladar su sede social tiene sentido económico, legal y fiscal. En la mayoría de los casos, el domicilio fiscal debe estar donde tienen la residencia habitual y, en caso contrario, el domicilio fiscal es el lugar donde esté efectivamente centralizada la gestión administrativa y la dirección de las actividades desarrolladas. Si no pudiera establecerse dicho lugar, prevalecerá aquel donde radique el mayor valor del inmovilizado en el que se realicen las actividades económicas.
Estas premisas se cumplen, en el caso de las grandes empresas. Por tanto, la elecciones de las nuevas sedes sociales tienen su lógica. Y en este contexto, “solo volverán cuando haya desaparecido el riesgo por el que están huyendo".