A menos de 48 horas de las PASO, en Casa Rosada analizan cómo reaccionar y actuar ante cinco escenarios posteriores a la elección que se pueden dar dependiendo de los resultados del domingo, pero también con vistas a los comicios generales de octubre.
La tapa del lunes: en los despachos de muchos funcionarios del Gobierno hay una pregunta que se repite y que tendrá respuesta en las primeras horas del próximo lunes: ¿Cuál será la tapa de los diarios el día después de las PASO?
En Balcarce 50 hay convencimiento total de que la elección nacional va a ser favorable para Cambiemos, pero sigue la incertidumbre en relación a la elección bonaerense, que muestra paridad en las horas previas a los comicios y, por ende, un optimismo mayor del oficialismo comparado con las últimas semanas. La preocupación surge ante la posibilidad de que se produzca un triunfo holgado de Cristina Fernández de Kirchner sobre Esteban Bullrich en la Provincia. ¿Nacionalizarán la PASO los diarios, radios y canales de televisión , o se centrarán en lo que suceda en territorio bonaerense?
La reacción del dólar: los principales cráneos de la campaña de Cambiemos todavía no le perdonan al Banco Central la devaluación de alrededor del 15% del peso respecto al dólar en los últimos tres meses. Creen que la intervención de la última semana debió haber sido previa y que, con un dólar más dócil y una amenaza inflacionaria menos latente, Macri se hubiera ahorrado dolores de cabeza en la campaña.
En siete discursos en el último mes, el Presidente hizo referencia a la moneda estadounidense y el eje económico ganó terreno sobre el mensaje revisionista del Gobierno sobre el legado kirchnerista, donde Macri se siente más cómodo desde lo discursivo. El devenir de la PASO, coinciden economistas y analistas políticos, será determinante en el precio del dólar hacia octubre y, por consiguiente, en la expectativa de inflación.
La doble lectura de la “amenaza” Cristina: hasta el 24 de junio, cuando se oficializaron las listas de precandidatos para las PASO, en el Gobierno muchos funcionarios de primera línea descreían de la posibilidad de que Cristina encabezara la lista de Unidad Ciudadana. La confirmación de la ex presidenta trajo alerta por un lado y alivio por el otro. En Balcarce 50 reconocen el peso del voto duro que tiene Cristina y admiten que es un piso muy competitivo para una elección legislativa.
No tienen dudas de que en diciembre estará sentada en una banca en el Senado, lo que politizará en extremo la hoy templada Cámara Alta. Pero esa presencia constante y cotidiana conllevará también una posibilidad de mostrarle a la sociedad la “amenaza de que se instale otra vez un modelo con visión de pasado”. Ese efecto temor, sumado a la altísima imagen negativa de la ex mandataria, que estiman en 65%, le quita posibilidades de retorno al kirchnerismo en 2019 y lo obliga a consensuar un candidato con el PJ.
El tercer ojo, puesto en Massa y Randazzo: si bien la disputa electoral directa será en la provincia de Buenos Aires será con Cristina, hay dos actores del peronismo que no pasarán inadvertidos para el Gobierno en esta elección primaria.
El primero es Sergio Massa, el ganador de la legislativa bonaerense en 2013, que dos años después cosechó 5,3 millones de votos en todo el país en las presidenciales y que llega a 2017 presentándose como la alternativa intermedia a lo que, concibe, fueron los años de corrupción kirchnerista y estos 20 meses de ajuste feroz del macrismo.
Aquellos que plantearon un escenario de polarización al principio del año electoral hoy no se muestran tan convencidos. Massa sigue siendo un rival a considerar, que si termina el domingo en una posición expectante, puede condicionar la elección de octubre y, además, perfilarse como el candidato de un PJ unificado para 2019.
La suerte electoral de Florencio Randazzo marcará el futuro inmediato de su ex compañero de Gabinete en el kirchnerismo. En el Gobierno creen que si el ex ministro del Interior y Transporte redondea una elección sólida, el tigrense se verá debilitado y aumentarán las posibilidades de captar a parte de sus electores en octubre.
Cuatro provincias en foco: la elección intermedia será decisiva en la búsqueda oficial de seguir sumando adhesiones en las provincias con vistas hacia 2019. Son cuatro los distritos en los que Cambiemos, sustentado mayoritariamente en candidaturas radicales, considera que puede alcanzar las gobernaciones en dos años: Tucumán, La Rioja, Formosa y San Luis. Sin embargo, de conseguir buenos resultados en agosto y octubre en Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Santa Cruz y Chaco, en el Gobierno son optimistas en que pueden dar el zarpazo también en esos distritos, donde no sólo apuestas a dirigentes de la UCR sino que proyectan también a figuras surgidas del seno propio del PRO.
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