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Qué piensa de la economía actual el nuevo presidente del Banco Nación



¿Cómo ve la economía el flamante presidente del Banco Nación, Javier González Fraga?
En dos entrevistas recientes con El Cronista –una a fines de diciembre con el suplemento 3Días y otra en El Cronista TV, que se emite los lunes a las 23 por América 24- el también expresidente del Banco Central habló sobre la situación actual, los desafíos para 2017 y, también, los recientes cambios en el gabinete económico de Mauricio Macri que implicaron la salida de Alfonso Prat-Gay, de quien el mismo fue mentor y cuya gestión defendió en más de una oportunidad.
Las siguientes son algunas de las definiciones clave que dejó González Fraga en esas dos entrevistas.
Sobre la situación de la economía:
Las cosas van bien pero van a ser difíciles. Las dificultades que hay en la economía son mucho más fuertes de las que se estimaban porque hay un problema de competitividad. Nadie quiere resignar nada y empresarios y sindicatos quieren seguir como estábamos”.
“El populismo no es el kirchnerimo, el populismo estuvo en los últimos 70 años. El desafío de Macri no es la inflación, el desafío es no caer en ese esquema. Por eso a Macri lo critican por derecha y por izquierda. Eligió un camino en donde no va a satisfacer a nadie”.
“El Gobierno se apresuró al decir que en el segundo semestre (de 2016) iba a haber una reactivación”.
¿El 2017 será un año turbulento?
“Creo que sí, porque es un año político y hay un sector del peronismo que quiere debilitar ya a Mauricio Macri (…) Creo que ese sector va a tener coincidencias para obstaculizar, hacerle perder a Cambiemos las elecciones y quitarle a Macri la posibilidad de reelección. Entonces sí, va a ser un año virulento, va a ser complicado en los sindical”.
El contexto internacional:
“Va a ser difícil crecer porque el mundo está muy en contra. Quién iba a decir hace ocho meses que Inglaterra iba a votar a favor de irse de la Unión Europea, que en Colombia ganaba el no por la paz con las FARC, que en Estados Unidos iba a triunfar Donald Trump y que Brasil entraría en otra recesión porque Temer no se sostiene políticamente. Vamos a un dólar fuerte y a tasas de interés más alta, porque el mundo está más complicado”.
La deuda:
“Todavía no es un problema el endeudamiento. Si estás debiendo 13 o 14 puntos del producto, tenés para duplicarla”.
Impuestos:
“Hay que intentar bajar la presión tributaria ampliando la base de los que pagan. Es difícil. Obviamente no podés bajar los impuestos bajando el gasto porque generas un problema social muy grande”.
La salida de Prat-Gay:
“Es una pena que el gobierno prescinda de una persona tan valiosa por cuestiones de personalidad (…)  El Presidente y el jefe de Gabinete prefieren trabajar con un equipo donde no haya figuras predominantes. En Economía es importante que haya ministros convocantes y motivantes. No alcanza sólo con números, hay que generar entusiasmo, inversión, actitud positiva (…) Tengo una buena opinión de su gestión y lamento que no esté más”.
Nicolás Dujovne:
“Tiene muchas cualidades pero creo que van a tener que encontrar a alguien que tome a su cargo el convencer y comunicar cual es el camino para que se generen las inversiones”.
La división del Ministerio de Economía:
“Falta un jefe de orquesta, no importa el título que tenga, es más la personalidad que otra cosa. Pero tienen que permitirle a alguno en transformarse en el jefe de orquesta y ser el comunicador principal”.
El déficit fiscal y el gradualismo:
“Achicar el déficit lo puede hacer cualquiera (…) El tema acá son los problemas políticos. El déficit que tenemos es por las concesiones políticas que se han hecho, que nos permitieron terminar el año sin huelga general, sin piquetes, sin saqueos. (La paz social) costó 2,5 puntos del Producto Bruto Interno (…) Hay dos maneras de achicar el déficit. Una es bajando el gasto con el lápiz rojo. La otra es poner el dólar a 30 pesos. Como el Estado tiene mucho más ingresos en dólares que gastos en dólares, el déficit se achica solo, como pasó en 2002 con el 400% de devaluación. Pero eso implica una caída del salario real de la gente”.
“Hay que entender que el gradualismo no es simplemente hacer lento lo que se puede hacer rápido. El gradualismo parte de dos convicciones: ser fuerte políticamente para darle continuidad a un gobierno no peronista, teniendo en cuenta que todos los anteriores no lograron terminar su mandato en los últimos 70 años. Y lo segundo, más importante, es estar convencido de que el ajuste no lo tienen que pagar los más pobres. Hay maneras rápidas de bajar el déficit pero generan pobreza y debilidad política (…) Será un año complicado políticamente y espero que el Gobierno siga adhiriendo al gradualismo y entendiendo sus claves. Prat Gay lo tenía claro”.