El empresario (ex) K investigado por presunto lavado de dinero dejó una larga lista de licitaciones ganadas cuyas obras nunca fueron terminadas. A Santa Cruz y Chaco ahora se suma Formosa.
De acuerdo a la periodista Lucía Salinas, de Clarín, también en Formosa Báez fue beneficiado con la adjudicación de una serie de obras que no fueron terminadas, aunque se pagó la mayoría del monto. La provincia norteña es gobernada por Gildo Insfrán desde manera ininterrumpida desde 1995.
Tal como pudo constatar el matutino citado, la empresa de Báez Sucesión Biancalani quedó a cargo de las obras en la ruta 86, que tenían un costo de 500 millones de pesos. Menos de la mitad fue terminada y quedó paralizada desde el encarcelamiento del empresario.
Otro empresario K que operó en Formosa fue Cristóbal López, quien ganó una obra vial por $ 378 millones que tampoco fue terminada. Y la familia amiga de los Kirchner, los Relats (quienes administraron uno de los hoteles de Cristina en El Calafate), recibió $ 2.800 millones en adjudicaciones de obra pública, aunque sí cumplieron con la mayoría de los contratos.
“Sucesión Adelmo Biancalani” fue la empresa mediante la cual Báez también operó en Chaco, provincia donde fue adquirida. Allí, el empresario ganó varias obras, como la pavimentación de la Ruta 7, que nunca se realizó y por la que cobró $224 millones.
También obtuvo tres licitaciones vinculadas a la misma obra en la ruta nacional 86, por la que recibió $372 millones de un total de $500.264.450, que nunca fue terminada. Por este fraude, el diputado nacional de la UCR, Martín Hernández, realizó una denuncia penal ante el juez Julián Ercolini. La misma apuntó a los sobreprecios pagados, $ 4.248.429 por kilómetro de enripiado que, en comparación con otras obras, eran muy superiores.
Al igual que sucedió en Santa Cruz, los contratos firmados con los empresarios allegados a los Kirchner se concretaron mediante acuerdos entre Vialidad Nacional y Provincial. La primera financiaba las obras mientras que la segunda estaba a cargo de corroborar su ejecución.
Así, quedan complicados los gobernadores Jorge Capitanich e Infrán, de Chaco y Formosa respectivamente, por haber participado de la estructura ya investigada por la Justicia, para desviar fondos de la obra pública y recibir los retornos correspondientes. De momento la causa no avanzó en investigar a los funcionarios, aunque es probable que se tome ese camino.
Capitanich consiguió para su provincia unos $586,4 millones en contratos viales, financiados por el Estado Nacional. La Justicia sospecha que la situación sería la misma que la de Santa Cruz.
La mano derecha de Báez en el Norte Argentino era Julio Mendoza, un ingeniero oriundo de Resistencia, socio del empresario, presidente de Austral Construcciones SA (ACSA) desde 2003, quien mantenía una comunicación directa y fluida con el ex secretario de obras Públicas José López y las autoridades de Vialidad Nacional del gobierno kirchnerista. Hoy alejado de Lázaro, se encuentra procesado por la Justicia
Fue por sugerencia de Mendoza que Báez decidió la compra de Sucesión Biancalani, a través de Austral. El administrador de la empresa norteña es su yerno, Luciano Donaire. Curiosamente, también ganó dos licitaciones en Santa Cruz por $102 millones, de las que sólo concluyó una.
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