Hace ya algunos años, en una cena familiar mi cuñada, con la que no me llevaba excesivamente bien, con una voz muy solemne, como es habitual, afirmó que los que trabajábamos en los mercados financieros mucho no deberíamos saber porque de lo contrario no necesitaríamos trabajar. La verdad es que en parte tenía razón.
Esta crítica la he escuchado muchas otras veces. “Si supieras tanto únicamente tendrías que seguir tus propias recomendaciones y hacerte rico”, me dijo un inversor particular en una conferencia.
Esta crítica la he escuchado muchas otras veces. “Si supieras tanto únicamente tendrías que seguir tus propias recomendaciones y hacerte rico”, me dijo un inversor particular en una conferencia.
Vayamos por partes.
Los analistas financieros no damos recomendaciones de inversión para que los inversores se hagan ricos. Desconfíe del que afirme lo contrario. Nuestro objetivo debería ser que estos inversores tengan la información y el análisis adecuado para que la rentabilidad que obtengan de sus inversiones compense el riesgo que están dispuestos a asumir. Los gestores profesionales tienen el mismo fin, pero con el dinero de sus clientes.
Ahora bien, es cierto que a veces los datos ponen en duda si realmente alguien sabe algo de este mundo, o si los resultados positivos de algunos gestores no es más fruto del azar que de su buen hacer.
Miremos por ejemplo el comportamiento de los gestores profesionales durante el primer trimestre del año. Como vemos en el siguiente gráfico elaborado por Goldman Sachs, las 50 acciones más infraponderadas por parte de los fondos de inversión tuvieron un comportamiento sensiblemente superior al de las 50 más sobreponderadas. Es decir, en la primera parte del año subieron las acciones que estos gestores no tenían en sus carteras, mientras que bajaron las que sí.
Las 50 acciones en las que los inversores habían invertido menos han subido un 5,3% en lo que va de año, mientras que la 50 más invertidas han caído un 3,1%. En el caso de EE.UU., únicamente el 19% de los fondos de inversión ha batido al S&P 500, el menor nivel desde 1998.
Podemos dar muchas causas para este mal comportamiento de la inversión profesional, y todas ellas valdrían, pero no creo que eso consolara excesivamente a los clientes. Me cuesta reconocerlo, pero ¿y si mi cuñada tenía razón?
Los analistas financieros no damos recomendaciones de inversión para que los inversores se hagan ricos. Desconfíe del que afirme lo contrario. Nuestro objetivo debería ser que estos inversores tengan la información y el análisis adecuado para que la rentabilidad que obtengan de sus inversiones compense el riesgo que están dispuestos a asumir. Los gestores profesionales tienen el mismo fin, pero con el dinero de sus clientes.
Ahora bien, es cierto que a veces los datos ponen en duda si realmente alguien sabe algo de este mundo, o si los resultados positivos de algunos gestores no es más fruto del azar que de su buen hacer.
Miremos por ejemplo el comportamiento de los gestores profesionales durante el primer trimestre del año. Como vemos en el siguiente gráfico elaborado por Goldman Sachs, las 50 acciones más infraponderadas por parte de los fondos de inversión tuvieron un comportamiento sensiblemente superior al de las 50 más sobreponderadas. Es decir, en la primera parte del año subieron las acciones que estos gestores no tenían en sus carteras, mientras que bajaron las que sí.
Las 50 acciones en las que los inversores habían invertido menos han subido un 5,3% en lo que va de año, mientras que la 50 más invertidas han caído un 3,1%. En el caso de EE.UU., únicamente el 19% de los fondos de inversión ha batido al S&P 500, el menor nivel desde 1998.
Podemos dar muchas causas para este mal comportamiento de la inversión profesional, y todas ellas valdrían, pero no creo que eso consolara excesivamente a los clientes. Me cuesta reconocerlo, pero ¿y si mi cuñada tenía razón?