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Tirios y troyanos Santander Private Banking

La situación en Grecia vuelve a centrar la atención del mercado: La Unión Europea estaría retrasando los desembolsos por la ayuda acordada (en parte previstos para los primeros meses de 2016) argumentando que el país no estaría cumpliendo con las condiciones exigidas para el tercer rescate. 

Mientras tanto, a medida que se aproxima la fecha de vencimientos importantes (400 millones euros al FMI el 13 de abril, 300 millones el 7 de junio, 400 millones el 13 de julio y 2.300 millones el 20 de abril, en su mayoría al BCE) es previsible que siga aumentando la tensión en mercado.

Las principales reformas pendientes serían la de las Administraciones Públicas (para mejorar la recaudación impositiva), un mayor ajuste fiscal (nuevos recortes de gasto) y, lo más debatido y que se estaría poniendo como condición para nuevos desembolsos, la reforma de las pensiones. Mientras que el Gobierno heleno aboga por aumentar los impuestos, la UE presiona para que se rebajen las pensiones. A nivel interno la situación es compleja, más allá de la resistencia del Gobierno a hacer mayores ajustes, Syriza mantendría la mayoría absoluta por 3 votos y sigue expuesto a la deserción de algún diputado.

Entre los acreedores tampoco hay consenso: el FMI exige una reestructuración de la deuda griega, mientras que la UE, liderada por Alemania, sigue oponiéndose a la misma (argumentando que equivaldría a una transferencia fiscal). Reestructurar la deuda sin reducir el nominal no parece posible considerando que la mayor parte de los vencimientos son ya a más de 30 años y rebajar aún más el tipo de interés llevaría al Mecanismo Europeo De Estabilidad a incurrir en pérdidas. Tampoco prevemos que en esta ocasión se llegue a una resolución definitiva sino más bien que se vuelva a alcanzar un acuerdo temporal in extremis.

En este sentido, aunque la tensión vaya en aumento, el mercado estaría más habituado a esta incertidumbre y no es previsible que se lleguen a alcanzar los niveles de estrés de 2015 (ni los de 2011).


Renta Variable. Neutral

Hoy comienza la temporada de resultados empresariales correspondientes al primer trimestre del año en EEUU. La expectativa del consenso de los analistas para la evolución de los beneficios en éste y los próximos ejercicios no es del todo negativa. Y ello, a pesar de que la ratio de revisiones de beneficios se encuentra en niveles de 0,5 -hay el doble de analistas revisando a la baja sus estimaciones para el crecimiento de los beneficios de los que lo hacen al alza- y de que las previsiones para 2016 han pasado de un crecimiento esperado del 12% (en junio de 2015) al 4% actual. En cualquier caso, lo esperado es que los resultados empresariales sean mejores este año que el anterior y que el crecimiento sea de doble digito en 2017 y 2018. Más allá de la magnitud, compartimos la visión de que los resultados deberían mejorar, especialmente en empresas de sectores como consumo, utilities o compañías tecnológicas e industriales.


Renta Fija. Negativo

El relativo deuda pública/crédito corporativo nos sigue pareciendo muy favorable para el segundo. La combinación de (i) acomodación de los bancos centrales, (ii) fundamentales no recesivos en EEUU y (iii) materias primas trazando suelo otorgaría recorrido adicional a este activo.


Divisas. Positivo

Seguimos previendo apreciación del USD vs EUR. Y es que, frente a las expectativas más moderadas del mercado, pensamos que las dos subidas de tipos previstas para este año por los miembros del Comité de Mercado Abierto de la Fed son el mínimo del tensionamiento monetario que veremos de aquí a final del ejercicio. Además, el efecto dilusivo para el EUR derivado de la implementación del renovado QE del BCE irá in crescendo. En el caso de la libra esterlina, nuestro escenario base contempla la permanencia del Reino Unido en la UE, escenario que, de producirse, debería permitir una apreciación de la moneda británica frente al euro hacia niveles de 0,72 en un horizonte de 6-12 meses. A nuestro juicio, el tono más negativo esgrimido por el Banco de Japón podría ser el preludio a una nueva flexibilización de su política monetaria antes del ecuador del ejercicio que introduciría presión bajista para el JPY en sus cruces frente a USD y EUR, en mayor medida en el primero.