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BCRA devuelve a los bancos $ 5.400 M y libera utilidades

Llegan como una nueva concesión a los bancos en un momento en que la liquidez empieza a hacerse más escurridiza y costosa para el sector: el Banco Central resolvió liberar este viernes el efectivo que las entidades tenían "congelado" para garantizar los depósitos de los ahorristas -y que de esta manera no podían destinar a inversiones más rentables- y flexibilizar el giro de dividendos que pueden hacer a sus casas matrices del exterior, después de una gestión que apuntó a trabarlos por completo.

Los bancos podrán disponer de alrededor de $ 5.400 millones anuales que, por una restricción que había dispuesto en 2014Alejandro Vanoli, debían colocar en el Sedesa, el fondo de garantía que cubre los depósitos del sistema financiero. Si bien la cantidad de efectivo ya aportado no regresará a las entidades, a partir de ahora la contribución bajará de los $ 600 millones a los $ 150 millones al mes (ó de $ 7.200 millones a sólo 1.800 millones al año).

Las entidades nacionales y extranjeras ya habían reclamado recuperar este fondeo en varias oportunidades al BCRA, a través de las cámaras que los representan. Les preocupaba que la regulación los obligara a mantener congelado un monto considerable de pesos que, en un contexto de alta inflación, podían disponer para otras inversiones. El sector entero pidió entonces que se desactivara la medida y que los valores de estos depósitos retornaran a los niveles que tenían previamente.

En rigor, la norma que impuso el exfuncionario había establecido aumentar el coeficiente que deben aplicar para respaldar cada peso de sus ahorristas del 0,015 al 0,060 mensual, e incrementar también el monto garantizado, de $ 120.000 a $ 350.000. Ahora, con la comunicación "A 5943", el Banco Central resolvió que el tamaño del aporte regresara a su nivel anterior (0,015) y el monto garantizado ascendiera a los $ 450.000.

La ampliación del aporte al Sedesa fue dispuesta por la gestión anterior para incrementar una fuente de financiamiento adicional que tenía a disposición el Tesoro. Esto porque la regulación oficial permite que hasta la mitad de este fondo pueda ser invertida en títulos públicos nacionales. La inmovilización de este fondeo que queda "encajado" hace afrontar a los bancos un costo de oportunidad, porque no puede ser colocado en créditos o inversiones con buen rendimiento (por ejemplo, las Lebac) y les impide protegerse de un encarecimiento de precios que ya avanza casi al 30% anual. Esta misma semana, la institución de Federico Sturzenegger resolvió además liberar a los bancos de una normativa que les impedía muchas veces estar en condiciones de distribuir utilidades al exterior. Esto porque, de acuerdo con una regulación de Vanoli, las entidades debían pasar a previsiones (considerar como "pérdida" en sus balances) el monto de las posibles multas o sanciones que les hubiera anunciado algún organismo regulador, como el BCRA, la Unidad de Información Financiera (UIF), la Comisión Nacional de Valores (CNV) o la Superintendencia de Seguros (SSN). Ahora, la comunicación "A 5940" determinó que las entidades deberán "previsionar" solamente las sanciones administrativas de "probable concreción" y cuyo monto fuera razonablemente calculado. Y que las previsiones que actualmente no cumplieran con los requisitos de previsionamiento fueran desafectadas. El resto deberá imputarse a una reserva que deberá crear la próxima asamblea del banco con resultados no asignados.