En su habitual licitación semanal de letras (LEBACs), el Banco Central volvió a bajar las tasas de interés alrededor de un punto porcentual a causa de "la magnitud de ofertas recibidas".
"En línea con su política de las últimas semanas, en la licitación de LEBACs del día de la fecha, elBanco Central continuó absorbiendo los excesos de liquidez acumulados en meses anteriores", informó la autoridad monetaria.
"En línea con su política de las últimas semanas, en la licitación de LEBACs del día de la fecha, elBanco Central continuó absorbiendo los excesos de liquidez acumulados en meses anteriores", informó la autoridad monetaria.
En el plazo más corto de las colocaciones, de 35 días, estos títulos fueron otorgados al 31% anual. Es decir, un punto inferior al 32% registrado la semana pasada.
También implica un retroceso de 7 puntos porcentuales respecto al 15 de diciembrepasado, cuando se efectuó la primera licitación de la gestión de Federico Sturzenegger, al frente del BCRA, cuando la tasa para dichas Lebacs fue de 38% anual.
De esta manera, Federico Sturzenegger, al frente del Banco Central continúa con su cruzadadestinada a encontrarle la vuelta a la ya mitológica disputa entre el dólar y la tasa de interés.
El tema es absolutamente relevante, pues de la relación entre ambas variables depende prácticamente la evolución futura de toda la actividad económica.
En su búsqueda de alcanzar cierto equilibrio, aunque sea inestable, el Banco Central modificó sustancialmente los mecanismos para fijar los valores de referencia.
En efecto, por el lado del tipo de cambio es sabido que se procedió a la liberación del mercado, por lo que su precio surge de la interacción de la oferta y la demanda, aunque la autoridad monetaria guarda para sí la potestad de intervención.
En cuanto a las tasas de interés de referencia, en la actualidad surgen de las licitaciones de Letras (Lebacs) que realiza en forma semanal el Banco Central.
En cada llamado se anuncia cuál es el monto que vence y que busca renovarse, a partir del cual las entidades financieras hacen sus ofertas, tanto de montos ofrecidos como de tasas solicitadas.
El sistema de adjudicación se denomina "holandés", en el que se establece un precio único, que en la práctica es la mayor tasa a pagar para todas las ofertas aceptadas. Esa tasa se denomina tasa de corte.
A través de este sistema, las ofertas recibidas son adjudicadas comenzando por aquellas que soliciten el menor rendimiento, continuando hasta agotar la totalidad de los títulos disponibles.
Esto significa que el precio definido en la licitación en el tramo competitivo se hace extensivo a todas las posturas que sean aceptadas.
En cuanto a las Lebacs, estas se constituyeron de un largo tiempo a esta parte en el instrumento financiero elegido por el Banco Central para tratar de regular la cantidad de dinero que da vueltas en el mercado.
A través de estas licitaciones, y mediante los movimientos de las tasas de interés, absorbe o expande el total de pesos en circulación.
Pero a esa condición regulatoria se sumó otra: las tasas de referencia para las letras a 90 días de plazo eran utilizadas como piso para los rendimientos de los plazos fijos que captan los bancos e indirectamente el techo a los créditos destinados a las personas físicas. Algo que quedó atrás recientemente, cuando se dispuso la liberación del mercado.
A partir de esta medida, los costos de los préstamos para consumo sufrieron en estos pocos días un ajuste de entre 7 y 10 puntos porcentuales.
Con la liberación del mercado, las líneas personales pasaron de tener una tasa nominal promedio del 37% anual a una del 47%; las prendarias, del 25% al 32%; mientras que el financiamiento a través de tarjetas de crédito se encareció desde el 41% hasta el 48% anual.
El encarecimiento de las diversas líneas hace prever que las colocaciones serán menores en los próximos meses y que habrá una contracción en el mercado.
Desde ya, los ejecutivos del sector consideran que la suba de tasas tendrá un efecto disuasivo sobre la demanda y esperan una reducción en el volumen de los desembolsos.
Antes y después del 10 de diciembre
Durante buena parte de la gestión Kicillof al frente del Ministerio de Economía, la decisión fue que las tasas fueran bajas pues se tenía como objetivo alentar permanentemente el consumo, ya que con rendimientos claramente negativos en términos de inflación, era muy poco atractivo ahorrar en pesos.
Claro está que en una economía altamente dolarizada como la argentina, la contracara de esta política fue que se mantuvo viva la demanda de billetes verdes.
Hoy la estrategia oficial va claramente en otra dirección, buscando que las tasas de interés sean rentables en términos reales y que el tipo de cambio atraiga a los exportadores.Bajo estas condiciones, el dilema que debe enfrentar el actual equipo económico es hallar el justo balance entre ambas.
La sintonía fina
A diferencia de lo que ocurría hasta el pasado 10 de diciembre, cuando las tasas de interés y el tipo de cambio oficial eran determinadas por el gobierno, a partir de la liberación del cepo cambiario y de las modificaciones adoptadas en las licitaciones de las Lebacs, ambas variables comenzaron a gozar de ciertos grados de libertad.
En tal sentido, la presencia del Banco Central adquiere un rol decisivo, pues debe tratar de cumplir con varios objetivos en forma casi simultánea.
Es por ello y ante lo trascendente de la tarea, que debe apelar a lo que se conoce como la "sintonía fina". Es decir, se ve obligado a monitorear y si es necesario retocar las variables en forma permanente para tratar de alcanzar algún tipo de equilibrio que no altere el normal desenvolvimiento de los mercados.
Prueba de ello es lo que está ocurriendo tanto en materia de tasas de interés como del tipo de cambio. Cabe recordar que apenas se liberó el cepo cambiario el dólar oficial se ubicó en torno a los $13, mientras que el rendimiento de las Lebacs saltó de golpe hasta el 38% anual.
En ese momento, fines de diciembre, muchos analistas consideraron que ambos indicadoresestaban lejos de sus respectivos puntos de equilibrio, lo cual se fue corroborando con el paso de los días.
Si bien el resultado de la licitación de las letras cumplió con su principal objetivo, que fue absorber buena parte de esa inmensa cantidad de dinero que se había emitido previamente, en ese momento advertían que de mantenerse ese porcentaje, sus efectos sobre el nivel de actividad y sobre el tipo de cambio serían francamente negativos.
A ello se sumó el hecho que a esos precios los exportadores dispuestos a liquidar sus divisas fueron en la práctica mucho menos que los que se esperaba. Y allí fue donde comenzó a funcionar la sintonía fina.
No por nada, en las siguientes licitaciones de Lebacs, las tasas bajaron primero en forma abrupta, para luego sufrir otra corrección, aunque sustancialmente menor, en tanto que el dólar oficial comenzó a subir en forma sostenida, ganando desde su reaparición cerca de un peso por unidad.
De esta manera, y pese a que aún no transcurrió un mes desde que asumieron las nuevas autoridades, el tipo de cambio oficial pasó de los $13 iniciales a los más de $14 de los primeros días de enero para descender algunos centavos en la actualidad, en tanto que las tasas de interés de referencia pasaron del 38% al 31% registrado en la última licitación.
Operadores de varias mesas de dinero de bancos de primera línea, afirmaron que las compañías que se dedican a la exportación que tienen como clientes siguen con mucha atención la forma en que evolucionan el precio del dólar y la tasa de interés que surge de las Lebacs.
"Si la mano venía como hasta fines de año pasado, con un dólar bajo según sus cálculo, lo menos que pedían era una tasa más alta. Pero en los últimos días la relación comenzó a cambiar, y ahora se acerca a lo que pretende Sturzenegger, que es un dólar más alto y una tasa más baja", sostienen las fuentes bancarias.
"Hoy la intervención oficial es a través de las tasas de interés, y hace dos martes que el Central viene bajando las de sus Lebac, que sirve de referencia al mercado, con la intención que el billete suba moderadamente, hasta que llegue el nivel en el que los exportadores vuelvan a sentirse cómodos para vender", afirmó el jefe de mesa de otra entidad.
Pese a los movimientos que impulsa el Banco Central, hasta el momento, algunos analistas consideran que la "sintonía fína" aún no ha llegado a su punto óptimo.
Desde ya, los ejecutivos del sector consideran que la suba de tasas tendrá un efecto disuasivo sobre la demanda y esperan una reducción en el volumen de los desembolsos.
Antes y después del 10 de diciembre
Durante buena parte de la gestión Kicillof al frente del Ministerio de Economía, la decisión fue que las tasas fueran bajas pues se tenía como objetivo alentar permanentemente el consumo, ya que con rendimientos claramente negativos en términos de inflación, era muy poco atractivo ahorrar en pesos.
Claro está que en una economía altamente dolarizada como la argentina, la contracara de esta política fue que se mantuvo viva la demanda de billetes verdes.
Hoy la estrategia oficial va claramente en otra dirección, buscando que las tasas de interés sean rentables en términos reales y que el tipo de cambio atraiga a los exportadores.Bajo estas condiciones, el dilema que debe enfrentar el actual equipo económico es hallar el justo balance entre ambas.
La sintonía fina
A diferencia de lo que ocurría hasta el pasado 10 de diciembre, cuando las tasas de interés y el tipo de cambio oficial eran determinadas por el gobierno, a partir de la liberación del cepo cambiario y de las modificaciones adoptadas en las licitaciones de las Lebacs, ambas variables comenzaron a gozar de ciertos grados de libertad.
En tal sentido, la presencia del Banco Central adquiere un rol decisivo, pues debe tratar de cumplir con varios objetivos en forma casi simultánea.
Es por ello y ante lo trascendente de la tarea, que debe apelar a lo que se conoce como la "sintonía fina". Es decir, se ve obligado a monitorear y si es necesario retocar las variables en forma permanente para tratar de alcanzar algún tipo de equilibrio que no altere el normal desenvolvimiento de los mercados.
Prueba de ello es lo que está ocurriendo tanto en materia de tasas de interés como del tipo de cambio. Cabe recordar que apenas se liberó el cepo cambiario el dólar oficial se ubicó en torno a los $13, mientras que el rendimiento de las Lebacs saltó de golpe hasta el 38% anual.
En ese momento, fines de diciembre, muchos analistas consideraron que ambos indicadoresestaban lejos de sus respectivos puntos de equilibrio, lo cual se fue corroborando con el paso de los días.
Si bien el resultado de la licitación de las letras cumplió con su principal objetivo, que fue absorber buena parte de esa inmensa cantidad de dinero que se había emitido previamente, en ese momento advertían que de mantenerse ese porcentaje, sus efectos sobre el nivel de actividad y sobre el tipo de cambio serían francamente negativos.
A ello se sumó el hecho que a esos precios los exportadores dispuestos a liquidar sus divisas fueron en la práctica mucho menos que los que se esperaba. Y allí fue donde comenzó a funcionar la sintonía fina.
No por nada, en las siguientes licitaciones de Lebacs, las tasas bajaron primero en forma abrupta, para luego sufrir otra corrección, aunque sustancialmente menor, en tanto que el dólar oficial comenzó a subir en forma sostenida, ganando desde su reaparición cerca de un peso por unidad.
De esta manera, y pese a que aún no transcurrió un mes desde que asumieron las nuevas autoridades, el tipo de cambio oficial pasó de los $13 iniciales a los más de $14 de los primeros días de enero para descender algunos centavos en la actualidad, en tanto que las tasas de interés de referencia pasaron del 38% al 31% registrado en la última licitación.
Operadores de varias mesas de dinero de bancos de primera línea, afirmaron que las compañías que se dedican a la exportación que tienen como clientes siguen con mucha atención la forma en que evolucionan el precio del dólar y la tasa de interés que surge de las Lebacs.
"Si la mano venía como hasta fines de año pasado, con un dólar bajo según sus cálculo, lo menos que pedían era una tasa más alta. Pero en los últimos días la relación comenzó a cambiar, y ahora se acerca a lo que pretende Sturzenegger, que es un dólar más alto y una tasa más baja", sostienen las fuentes bancarias.
"Hoy la intervención oficial es a través de las tasas de interés, y hace dos martes que el Central viene bajando las de sus Lebac, que sirve de referencia al mercado, con la intención que el billete suba moderadamente, hasta que llegue el nivel en el que los exportadores vuelvan a sentirse cómodos para vender", afirmó el jefe de mesa de otra entidad.
Pese a los movimientos que impulsa el Banco Central, hasta el momento, algunos analistas consideran que la "sintonía fína" aún no ha llegado a su punto óptimo.
Asi por ejemplo, según Andrés Azicri, director de la consultora Elypsis, "en medio de todo este dilema para el Banco Central, el organismo está haciendo prueba y error para poder dar un dato más certero de cuáles son las reglas de juego", resume a iProfesional Azicri.
"Si en las próximas licitaciones baja aún más la tasa, el tipo de cambio subirá y esto terminará afectado el nivel de precios. Es por ello, que se está ante un dilema complicado", agregó.
Por su parte, el extitular del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Aldo Pignanelli,se refirió a las medidas económicas del gobierno de Mauricio Macri y sostuvo que "un dólar a $14 es razonable" pero que "no le sobra nada".
"El dólar es una mercadería más en la Argentina, y si no acompaña la inflación, a la larga termina buscando su equilibrio", consideró el economista.
Según el licenciado en Finanzas Juan Manuel Palacio, el resultado del juego en el que intervienen el dólar y la tasa, "dependerá de cómo se lleve a cabo".
"Si el mismo se hiciese vendiendo divisas por parte del BCRA, sería preocupante, pero sin perder reservas y absorbiendo muchos pesos, como es la situación actual, no lo veo para nada mal", afirmó Palacio, quien agregó que "mientras el Gobierno logre captar pesos y mantenga esas tasas, el juego es positivo".
Los efectos que generan las tasas de interés
Una tasa de interés baja: alienta el consumo, y por lo tanto mejora el nivel de actividad,pero como contrapartida puede impactar en el nivel de precios. Adicionalmente, desalienta los depósitos bancarios, quita capacidad prestable a los bancos y en el caso argentino, induce a la compra de dólares, elevando su cotización.
Si la tasa es elevada, los efectos son inversos, pues alienta el ahorro, afectando el consumo,lo cual termina afectando la rentabilidad de las empresas por menores ventas. A ello se suma que puede llevar a un proceso recesivo.
En cuanto al lado positivo, en muchos países es un recurso que suele funcionar adecuadamente para lograr cierta reducir de la inflación.
Si existe libertad para el ingreso y salida de capitales, una tasa elevada capta fondos del exterior, atraídos por una mayor rentabilidad de corto plazo, lo cual suele resultar en una apreciación del tipo de cambio, al tiempo que puede darle al sistema bancario una dosis de liquidez adicional que bajo ciertas condiciones puede reducir el costo de financiación local.
Una tasa de interés baja: alienta el consumo, y por lo tanto mejora el nivel de actividad,pero como contrapartida puede impactar en el nivel de precios. Adicionalmente, desalienta los depósitos bancarios, quita capacidad prestable a los bancos y en el caso argentino, induce a la compra de dólares, elevando su cotización.
Si la tasa es elevada, los efectos son inversos, pues alienta el ahorro, afectando el consumo,lo cual termina afectando la rentabilidad de las empresas por menores ventas. A ello se suma que puede llevar a un proceso recesivo.
En cuanto al lado positivo, en muchos países es un recurso que suele funcionar adecuadamente para lograr cierta reducir de la inflación.
Si existe libertad para el ingreso y salida de capitales, una tasa elevada capta fondos del exterior, atraídos por una mayor rentabilidad de corto plazo, lo cual suele resultar en una apreciación del tipo de cambio, al tiempo que puede darle al sistema bancario una dosis de liquidez adicional que bajo ciertas condiciones puede reducir el costo de financiación local.
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