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MACRI, EN EL COMIENZO Pregunta para los 15 días que vienen: ¿Quién pagará el costo político del ajuste inevitable?

Que hay desequilibrios muy fuertes en un país en quiebra, no hay duda alguna. Sólo falta conocer la profundidad del descalabro. Y si hay desequilibrios importantes, habrá que corregir. A la corrección se le llama 'ajuste', un concepto que los absurdos K estigmatizaron, tal como hicieron con 'orden', 'represión del delito', 'moderación', 'armonía', etc. Muchísimo habrá que trabajar para recuperar lo que ha perdido la Argentina. De paso, aquí algunos fragmentos para compartir, comenzando por un tema que Mauricio Macri tiene que resolver (Urgente24 ya lo advirtió días atrás) porque es el tema preferido de sus críticos actuales y futuros para embestir contra él:

Rosendo Fraga desliza la pregunta: "¿Es culpa de Macri -como ya dice el kirchnerismo- o es el inicio del inevitable sinceramiento de los problemas postergados deliberadamente para el nuevo gobierno?"

(Urgente24). Lo habitual en estos casos: comienza una gestión presidencial y los analistas tienen que ser más moderados que en otras ocasiones, tomar precauciones en sus comentarios. En el caso de Mauricio Macri, el asunto es más complejo aún porque la herencia que recibe es realmente muy pero muy compleja, y porque la mayoría de los periodistas terminó cuestionando a Cristina Fernández de Kirchner.
 
Aclarada esa limitación inicial, vale la pena reflexionar sobre algunos fragmentos dominicales.
 
Por ejemplo, una cuestión que Macri y su gente no pueden subestimar porque es el flanco de ataque obvio, y por eso lo utiliza Horacio Verbitsky en el diario Página/12:
 
"(...) Tanto el alegado combate contra la corrupción como las promesas de honestidad y sinceridad parecen una broma de mal gusto. Durante la campaña electoral, Macrì dijo que le había pedido a su amigo y socio Nicolás Caputo que no licitara una sola obra en la Ciudad y que las que terminó eran las licitadas cuando el jefe de gobierno era Jorge Telerman. Es un deliberado engaño: no ganó licitaciones Caputo S.A. pero sí SES SA, en la que el testigo de boda de Macrì tiene la mitad de las acciones y cuyos contratos con el gobierno porteño se multiplicaron por diez. El ex diputado bonaerense de la Coalición Cívica Libertadora, Walter Martello, reprodujo una frase significativa del balance del Grupo Caputo: “Se aguarda para el 2015 una solución rápida del conflicto con los holdouts que permita revertir la actual tendencia negativa en el nivel de actividad”. Martello sostiene que Caputo le aconsejó a Macrì pagar a los fondos buitre todo lo que ordenara Griesa porque tenía entonces en ejecución una cartera de obras para la Ciudad y la Nación por 1500 millones de pesos. Desde que asumió en 2007, el gobierno de Macrì en la CABA acumuló más de doscientas denuncias por delitos tan variados como estafa, asociación ilícita, abuso de autoridad, violación de deberes de funcionario público, enriquecimiento ilícito, falsificación de documentos públicos, amenazas, abandono de personas, omisión maliciosa y falsedad ideológica en su declaración jurada patrimonial ante la Oficina Anticorrupción, lavado de activos y peculado.
 
Así como Sebastián Piñera aprovechaba cada contacto bilateral con CFK para plantear los reclamos de la línea aérea LAN en la Argentina, Macrì utilizó su primer encuentro con Dilma Rousseff para solicitar que se reviviera el crédito del banco brasileño de desarrollo para el soterramiento del Ferrocarril Sarmiento. Piñera era el principal accionista de LAN y aunque había colocado esas acciones en un fideicomiso, seguía gestionando a favor de la compañía chileno-estadounidense. Del mismo modo, Macrì tiene interés directo en las obras del Sarmiento, que están a cargo de un consorcio integrado por la constructora brasileña Odebrecht, la española Comsa, la italiana Ghella y la argentina Iecsa. Las dos últimas forman parte del grupo que conduce el nuevo jefe de la famiglia Macrì, el primo Angelo Calcaterra, hijo de la hermana de Franco y Tonino Macrì, María Pía."
 
 
 
"(...) el hecho es que al abrir la caja Macri se encontró sin reservas, con una inflación que se disparó al 3% mensual en los últimos 20 días, un déficit del 7% del PBI y para coronar sus problemas el cepo. No puede eliminarlo sin dólares para defender el peso. Si lo hiciera en las actuales condiciones, el golpe inflacionario resultaría demoledor para los ingresos del 80% de la población y el malestar social tendría derivaciones imprevisibles.
 
Entre los desastres que le dejó CFK, uno estalló rápidamente. El gobierno anticipó que no estaba dispuesto a convalidar el turbio negocio de los dólares vendidos a futuro a 10 pesos cuando la cotización ya era de 14. Las ventas las hizo el ex titular del BCRA, Alejandro Vanoli, y deben pagarse en enero.
 
Cuando su reemplazante, Federico Sturzenegger, les anticipó a los bancos que revisaría los contratos,los empresarios pusieron el grito en los medios y lo acusaron de "defaulteador". Se trata de los mismos intermediarios que deberían conseguir los dólares para que Alfonso Prat Gay levante el cepo. Amenazaron con no comprarle más Lebac al Central, es decir, prestarle dinero.
 
Como se ve el problema no es únicamente el comportamiento del gobierno que se fue, sino el de los jugadores económicos que quedan. En ese grupo están además los empresarios que realizaron una monumental remarcación preventiva de precios. A esa conducta seguirá la lógica réplica de los sindicalistas que quieren un piso del 30% para las negociaciones paritarias. Y como todos quieren sacar, pero nadie pone el ingreso de dólares sigue bastante verde. La típica puja sectorial que habitualmente ha llevado al desastre.
 
Los empresarios del campo iban a liquidar 8 mil millones de dólares, pero esa cifra en las últimas horas parece haberse encogido a 3 mil. La diferencia habrá que conseguirla de los bancos que ya empezaron a arrastrar los pies. A lo que debe agregarse que inyectar dólares en la plaza sin hacer un ajuste fiscal y monetario adecuado derivaría en que las reservas se esfumen en el corto plazo.
 
Las pruebas en ese sentido son abrumadoras. El último en tener esa mala experiencia fue Kicillof en el verano de 2014. (...)".
 
 
Ya que estamos con la economía, el capítulo que muchos esperan para definir su posición inicial ante Macri, escribió sobre el tema Rosendo Fraga, director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría, en el diario Los Andes, de la ciudad de Mendoza:
 
"Cómo se resuelvan dos preguntas clave, una en lo económico y otra en lo político, serán determinantes para el éxito de la gestión que inicia Mauricio Macri.
 
En lo económico: ¿quién será el culpable del sinceramiento económico?
 
El kirchnerismo ha hecho campaña electoral diciendo que con Mauricio Macri viene un “ajuste” de la economía. Por su parte Hugo Moyano ha preferido decir que tendrá lugar un “sinceramiento” de las variables económicas.
 
Sea en forma gradual o más drástica, la nueva administración -y lo mismo si hubiera sido electo Daniel Scioli- tendrá que pagar los costos de una política económica que, conducida por Axel Kicillof, logró posponer hasta el nuevo gobierno la resolución de cuestiones económicas como: devaluación, aumento de tarifas, reducción de la inflación, acuerdo con los holdouts, etc., que tiene costo, sobre todo para los sectores de menores ingresos. 
 
Es lo que anticipa la discusión sobre la tasa de inflación que se ha incrementado en noviembre: ¿es culpa de Macri -como ya dice el kirchnerismo- o es el inicio del inevitable sinceramiento de los problemas postergados deliberadamente para el nuevo gobierno?
 
El gobierno de Cambiemos enfrenta un dilema al respecto; si asume la gravedad de la situación económica corre el riego de afectar las expectativas favorables que despierta la nueva administración en materia de decisiones económicas. Pero si no lo hace puede terminar haciéndose cargo ante los ojos de la gente del costo social del “sinceramiento” de la economía al que alude Moyano. (...)
 
En lo político: ¿cuándo se reorganiza el peronismo?
 
La experiencia contemporánea muestra que el peronismo se reorganiza a partir de los resultados de la siguiente elección, a la que entra en crisis. (...)".
 
 
 
"(...) Como cualquier gobierno que se precie de serlo, la administración macrista ya dio señales de estar interesada en “formatear” una oposición para la etapa que se abre. Así como el kirchnerismo lo eligió al propio Macri como su “enemigo público número uno”, en su lógica de confrontación, el PRO prefiere una oposición moderada, con la que pueda dialogar y concertar.
 
Así se entiende que ya hayan desfilado por la Casa Rosada los ex candidatos a Presidente Daniel Scioli, Sergio Massa, Margarita Stolbizer y Adolfo Rodríguez Saá. Con todos ellos, especialmente con el líder del Frente Renovador, el nuevo gobierno tendrá que tener una buena sintonía en el Congreso, donde está lejos de contar con mayorías propias.
 
En el Senado, donde el Frente para la Victoria ostenta una mayoría absoluta, la bancada que conduce el rionegrino Miguel Angel Pichetto hizo un gesto de buena voluntad cuando aceptó apoyar a Federico Pinedo para la presidencia provisional del cuerpo, una designación que a la postre le sirvió para quedar a cargo del país en esas 12 horas de vacío entre Cristina y Macri.
 
Pero la “buena onda” de Pichetto se acabaría en días. El jefe del bloque del FpV ya anticipó que hará valer el peso de la mayoría para que su bancada se quede con la presidencia de las comisiones clave, como Presupuesto y Asuntos Constitucionales. Pichetto es naturalmente un negociador, pero bajo la influencia de Cristina Kirchner puede llegar a endurecer posiciones.
 
(...) La división del peronismo entre los ultra K, los gobernadores y el PJ ortodoxo; y los seguidores de Massa y De la Sota, es pura ganancia para el nuevo Presidente. De hecho, el salteño Urtubey reclamó (...) desde la puerta de la quinta de Olivos que el Partido Justicialista haga una interna abierta en marzo próximo, para renovarse con la elección de sus autoridades.
 
El joven mandatario parece estar un paso adelante que el kirchnerismo duro, más preocupado por estas horas con la continuidad de los canales Encuentro y Paka Paka o el programa 678. También, por la necesidad de reubicar a cientos (quizá miles) de funcionarios y militantes que quedaron en el llano. Todas preocupaciones que están alejadas de la realidad cotidiana de los argentinos."
 
 
 
"(...) El paréntesis estival en el Congreso podrá servirle a Macri para articular las alianzas necesarias que lo sustraigan de futuros sobresaltos. Al principio no tendrá más remedio que recurrir a los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) para gobernar. Se trataría de una excepción. Sobre todo para una administración que arribó prometiendo una normalización.
 
Los objetivos serían dos en la búsqueda por neutralizar la primera minoría del Frente para la Victoria (FpV). El Frente Renovador, por un lado. Los posibles desgajamientos en el peronismo, por otro. Massa dispone de 40 diputados. Pero esa trama no resultaría sencilla de hilvanar: el macrismo no querría quedar dependiendo de una fuerza que podría plantearle un desafío electoral en las legislativas del 2017. En el peronismo, la situación no termina de definirse pese a que existió cierto desafío al pedido de Cristina para que los legisladores vaciaran la asunción de Macri. Sólo dos provincias (Chaco y Entre Ríos, de los ultra K) no tuvieron representantes el jueves en el Congreso. Hubo cinco gobernadores, diputados y senadores dispersos, que se las ingeniaron para no dejar al peronismo en el desierto.
 
El macrismo se moviliza también para captar voluntades en los bloques más pequeños. Hasta unipersonales. El ex massista Darío Giustozzi, que terminó en el FpV pero integra un grupo de dos, fue sondeado para una sociedad táctica con el PRO. Por ahora dio su negativa. Emilio Monzó, el titular de Diputados, trabaja en ese plano como un orfebre.
 
Macri desea arrancar el año parlamentario teniendo la seguridad de que no sufriría derrotas con sus primeros proyectos. También posee conciencia que debe pactar con el sindicalismo para sortear los sacudones que detonarán, inevitablemente, algunas decisiones económicas. Espera que la Corte Suprema no lo vuelva a sorprender como en las vísperas de su asunción, con el fallo que dio la razón a tres provincias por coparticipación mal liquidadas desde el 2006.
 
Esa novedad habría dejado alguna secuela. Macri debe cubrir dos vacantes en la Corte, luego de la salida de Carlos Fayt, el viernes. ¿Serán dos o podrían ser cuatro, al final? Es un tema que el Presidente ha comenzado a cavilar."
 
 
 
"(...) Macri necesita darle un alivio a la clase media, el principal arquitecto de su triunfo electoral. Debería comenzar por firmar una decisión clara y definitiva sobre el mínimo no imponible, que se convirtió, para estupor de la ciencia política, en un impuesto al trabajo en los tiempos revolucionarios del cristinismo. Debería terminar, en fin, con el Estado administrando la economía de cada argentino, dando y sacando según el gusto del que manda. Dando energía barata y sacando una parte sustancial del salario. ¿Por qué no dejar que los argentinos cobren por el valor de su trabajo y administren su economía sin intermediarios? Eso ya sería una revolución en serio.
 
Otra deuda comenzó a ser saldada (...), cuando Macri les anunció a los gobernadores una importante modificación en el sistema de retenciones a las exportaciones agropecuarias. Trigo y maíz no tendrán ese impuesto, y disminuirá el de la soja. Los productores rurales necesitan saber el precio del dólar tanto como el nivel definitivo de las retenciones para empezar a liquidar sus cosechas. Las retenciones, sobre todo las de la soja, fueron una larga venganza de Cristina Kirchner por la derrota política que sufrió en 2008 a manos del campo. Tampoco le importó al final de su gobierno que las economías regionales se destruyeran por la acción de un dólar oficial que sólo existía para agravar los problemas y para no resolver ninguno.
 
La epifanía inaugural tiene sus sombras. Una de ellas es la del control de la calle, es decir, la de cierto orden en el espacio público. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, está especialmente precavida sobre ese potencial conflicto. Detestaría que las fiestas de fin de año fueran empañadas por un festival de protestas en la Capital y sus accesos más cercanos. La ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, es más optimista; no vio en sus diálogos con las organizaciones sociales un espíritu combativo contra Macri. Un informe parecido sobre los gremios pasó el ministro de Trabajo, Jorge Triaca.
 
Tal vez no están hablando de lo mismo. Hay organizaciones que se dicen sociales pero que son kirchneristas (Movimiento Evita, la agrupación de Luis D'Elía, el propio Quebracho, entre otras), que no están defendiendo necesidades sociales, sino un objetivo político. El objetivo que marcó Cristina antes de irse: "resistir" al gobierno de Macri, que no significa otra cosa que desestabilizarlo. Triaca hace mención a los dirigentes nacionales de los gremios. Otra cosa son las comisiones internas de los sindicatos, muchas de ellas adscriptas a una izquierda inmanejable que, por lo general, no controlan aquellos dirigentes. Todos descartan que en las próximas fiestas haya disturbios en los supermercados. Como dijo públicamente Hugo Moyano, esas cosas nunca suceden sin que alguien las instigue. Y todos quedaron notificados.
 
A Macri le queda una carta importante por jugar todavía: difundir el balance del país que recibió. Sólo podrá hacerlo cuando tenga una idea cabal del grado de destrucción, déficit y pobreza que existe en el Estado que heredó. Siempre será mucho peor que lo que pronosticaron los analistas más sombríos. (...)".