Agustín Rossi, entrevistado por Eduardo Aliverti, analizó algunos aspectos de la derrota del FPV y cómo será la etapa que viene, el rol de Cristina y la militancia.
Agustín Rossi señala en primer término, que se viene de "un proceso histórico que cambió radicalmente la Argentina" y que no hay una vuelta atrás, fundamentalmente porque ahora "tenemos cosas para defender".
Analiza que "el neoliberalismo se montó sobre la hiperinflación de Alfonsín; sobre la frustración que todos tuvimos de la primavera democrática; sobre los siete años de la dictadura y la última referencia del peronismo que no era buena".
"Acá hay cosas para defender que sucedieron hace 20 días atrás".
"Estos 12 años no fueron en vano, como tampoco fueron en vano los 10 años de neoliberalismo que le cambiaron la cabeza a muchas personas".
Consultado sobre si Cristina es la líder de este espacio que va a defender lo conseguido; Rossi dice que "el liderazgo de Cristina es incuestionable" y comenta que él no siente demasiadas contradicciones entre su identidad de peronista y de kirchnerista.
Y respecto del liderazgo de Cristina, pone como ejemplo la histórica movilización del 9 de diciembre.
Pero señala que "el tránsito de ser oficialismo a ser oposición implica una cantidad de modificaciones, con un peronismo y un kirchnerismo mucho más horizontal, con mucho más debate en donde los matices que siempre existieron se acentúen más".
Y agrega que el kirchnerismo fue "el oficialismo más agredido de la historia política argentina, y dando respuesta permanentemente a la coyuntura", lo cual quitó posibilidades de miradas introspectivas.
Respecto de lo que el kirchnerismo no pudo ver, señala la crítica de las formas que hicieron muchas personas. Y que si bien lo importante es el fondo, si eso de las formas hizo perder dos puntos, que eran los que podían revertir la elección, era algo a tener en cuenta.
Y hace un análisis sobre la historia del kirchnerismo señalando que "hubo un pico de agresión que fue el debate de la 125, que nos achicó y nos dejó en lo que llamamos una minoría intensa, que perdió las elecciones del 2009 pero que se mantenía como una fuerza muy fortalecida ideológicamente".
Luego agrega que "construimos un modo de expresarnos, de presentarnos ante la sociedad que nos permitió producir muchas transformaciones entre 2008 y 2012. Y ese modo tuvo su última legitimación en 2011 con el 54% de Cristina. No lo legitimó en 2013 ni en 2015".
"Siento que en estos últimos tiempos tuvimos un ejercicio muy endógeno donde nos hablamos mucho entre nosotros, aplaudiéndonos mucho entre nosotros, discutiendo también y no teniendo las aperturas necesarias para el resto de la sociedad".
Y da como ejemplo que habiendo ganado la elección de 2007 por el 46% de los votos, Néstor Kirchner habló con Lavagna que había salido tercero.
Por eso señala que "siempre un espacio político tiene que ver de qué manera se amplía" y que en la oposición es aún más necesario porque "la estrategia del macrismo va a ser aislarnos; convertirnos en una secta".
Y dice que "el riesgo más grande para nosotros es aislarnos".
"En estos últimos años nuestros militantes pusieron su energía en fidelizar en el territorio las políticas públicas que diseñaban Néstor y Cristina, es decir, estabamos acostumbrados a trabajar como polea de transmisión. Y ahora eso no va más, porque las políticas la diseñan otros. Entonces los militantes ahora tienen que estar insertados en lo que son las organizaciones libres del pueblo, las organizaciones intermedias".
"El ejercicio de la oposición exige de que uno explique pero también exige mucho de escuchar"
Agustín Rossi señala en primer término, que se viene de "un proceso histórico que cambió radicalmente la Argentina" y que no hay una vuelta atrás, fundamentalmente porque ahora "tenemos cosas para defender".
Analiza que "el neoliberalismo se montó sobre la hiperinflación de Alfonsín; sobre la frustración que todos tuvimos de la primavera democrática; sobre los siete años de la dictadura y la última referencia del peronismo que no era buena".
"Acá hay cosas para defender que sucedieron hace 20 días atrás".
"Estos 12 años no fueron en vano, como tampoco fueron en vano los 10 años de neoliberalismo que le cambiaron la cabeza a muchas personas".
Consultado sobre si Cristina es la líder de este espacio que va a defender lo conseguido; Rossi dice que "el liderazgo de Cristina es incuestionable" y comenta que él no siente demasiadas contradicciones entre su identidad de peronista y de kirchnerista.
Y respecto del liderazgo de Cristina, pone como ejemplo la histórica movilización del 9 de diciembre.
Pero señala que "el tránsito de ser oficialismo a ser oposición implica una cantidad de modificaciones, con un peronismo y un kirchnerismo mucho más horizontal, con mucho más debate en donde los matices que siempre existieron se acentúen más".
Y agrega que el kirchnerismo fue "el oficialismo más agredido de la historia política argentina, y dando respuesta permanentemente a la coyuntura", lo cual quitó posibilidades de miradas introspectivas.
Respecto de lo que el kirchnerismo no pudo ver, señala la crítica de las formas que hicieron muchas personas. Y que si bien lo importante es el fondo, si eso de las formas hizo perder dos puntos, que eran los que podían revertir la elección, era algo a tener en cuenta.
Y hace un análisis sobre la historia del kirchnerismo señalando que "hubo un pico de agresión que fue el debate de la 125, que nos achicó y nos dejó en lo que llamamos una minoría intensa, que perdió las elecciones del 2009 pero que se mantenía como una fuerza muy fortalecida ideológicamente".
Luego agrega que "construimos un modo de expresarnos, de presentarnos ante la sociedad que nos permitió producir muchas transformaciones entre 2008 y 2012. Y ese modo tuvo su última legitimación en 2011 con el 54% de Cristina. No lo legitimó en 2013 ni en 2015".
"Siento que en estos últimos tiempos tuvimos un ejercicio muy endógeno donde nos hablamos mucho entre nosotros, aplaudiéndonos mucho entre nosotros, discutiendo también y no teniendo las aperturas necesarias para el resto de la sociedad".
Y da como ejemplo que habiendo ganado la elección de 2007 por el 46% de los votos, Néstor Kirchner habló con Lavagna que había salido tercero.
Por eso señala que "siempre un espacio político tiene que ver de qué manera se amplía" y que en la oposición es aún más necesario porque "la estrategia del macrismo va a ser aislarnos; convertirnos en una secta".
Y dice que "el riesgo más grande para nosotros es aislarnos".
"En estos últimos años nuestros militantes pusieron su energía en fidelizar en el territorio las políticas públicas que diseñaban Néstor y Cristina, es decir, estabamos acostumbrados a trabajar como polea de transmisión. Y ahora eso no va más, porque las políticas la diseñan otros. Entonces los militantes ahora tienen que estar insertados en lo que son las organizaciones libres del pueblo, las organizaciones intermedias".
"El ejercicio de la oposición exige de que uno explique pero también exige mucho de escuchar"