v Psicólogo Santiago Gómez
Director de Decidir Vivir Mejor
y del Centro de Psicología Cognitiva
Cuando
las personas por diferentes razones no pueden expresar sus emociones, lo que
piensan y lo que sienten, y sobre todo reprimen las emociones negativas-enojo,
ansiedad, angustia, disconformidad, etc -las mismas comienzan a expresarse en
el cuerpo mediante dolores y enfermedades psicosomáticas.
Las
emociones en el cuerpo se manifiestan cuando la persona frente a situaciones de
la vida cotidiana, como un conflicto o un problema a resolver, no puede
afrontarlo producto de una conducta pasiva. El sujeto “traga” lo que le molesta
y no puede decir lo que piensa y lo que siente, por causa de la ansiedad
excesiva que provoca la inhibición conductual, en donde el sujeto termina
somatizando las emociones que no puede expresar; por lo tanto, lo que no se
puede decir o poner en palabras, se termina manifestando en el cuerpo. Esto
significa, que son los órganos los que terminan “hablando” a través de los
síntomas, diciendo lo que el sujeto no pudo expresar.
Veámoslo
con un ejemplo:
María
está en la fila del supermercado esperando su turno, en un descuido, otra mujer
se le adelanta y le saca su lugar. Frente a esta situación a resolver,
-defender su lugar- comienzan las auto charlas, “y si el otro se enoja”; “tengo
miedo a que reaccione mal”; “voy a pasar vergüenza en público”. Estos diálogos
internos generan emociones de temor, que van a activar al Sistemas de Alarmas,
-Sistema Autónomo Simpático- como señal de peligro, provocando un estado de
ansiedad excesiva, que al no poder utilizarse para la resolución del problema,
producto de los miedos irracionales, la persona reprime lo que piensa y lo que
siente, provocando problemáticas psicosomáticas.
Cuando
el sujeto “traga” y no expresa sus emociones, existen diferentes consecuencias
que repercuten en las aéreas de la persona ocasionando diversas problemáticas.
Algunas
de ellas pueden ser:
- A nivel físico: enfermedades psicosomáticas
- En el plano psicológico: estrés; trastornos de ansiedad; crisis de angustia; trastornos del ánimo.
- Baja la Autoestima: ya que la persona siente que los otros “lo pasan por arriba”, producto de no poder defender sus derechos, y darse su lugar. El principal enojo es consigo mismo por no poder expresar lo que piensa y siente.
¿Qué
tratamiento se puede implementar?
El
entrenamiento en asertividad y en habilidades sociales resulta muy efectivo
para aquellas personas que tienen una conducta pasiva, para que el sujeto
aprenda a resolver los diferentes problemas que se le presentan en la
interacción con otras personas, para poder expresar lo que piensa y siente de
buena manera, defendiendo sus derechos y respetando los delos otros.