La fuga de depósitos sufrida por los bancos griegos ha agudizado su dependencia de la financiación del banco central y hace muy probable que se acaben imponiendo controles de capital y congelación de los depósitos, según la agencia de calificación Moody´s. "Es improbable que estas presiones se alivien durante los próximos 12 a 18 meses y hay una elevada probabilidad de que se impongan controles de capital y se congelen los depósitos", señala la calificadora de riesgos.