Al hablar en el cóctel de agasajo a la prensa especializada, el Presidente de la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA), Claudio Cesario, dijo: “Con una inversión de u$s 500.000 millones, en un plazo de 10 años, se podría tener un aumento de 55% del PBI per cápita, generar 3 millones de nuevos empleos y por ende mayor bienestar y calidad de vida”.
Hola, buenos días, bienvenidos al evento que siempre organizamos en reconocimiento de vuestro trabajo.
Quiero aprovechar la ocasión para recordar que el año pasado conversamos sobre las oportunidades o potencialidades de desarrollo de nuestro país en agro, energía, infraestructura, minería, industria, servicios, etc., las cuales transcurrido el año se encuentran intactas.
En ese momento, además expresé la importancia de:
i. Crear las condiciones necesarias para que el ahorro se vuelque a los bancos, para que con el crecimiento de los depósitos pudiéramos aspirar a tener, aproximadamente, una relación de préstamos al sector privado / PIB similar al promedio de la región;
ii. Desarrollar un mercado de capitales complementario para financiar a largo plazo las inversiones que el país requiere;
iii. Solucionar los problemas en el ámbito internacional.
En resumen, decía que debíamos trabajar para recuperar la confianza interna y externa necesarias para recrear las condiciones para seguir creciendo. Que en el plano interno o local interpretábamos como la necesidad de generar confianza mutua entre los distintos actores económicos, sean del sector público o privado.
¿Por qué hablaba de confianza? Porque creemos que es la clave para encarar seriamente el desarrollo del país y, como lo que hacemos en ABA es trabajar, trabajamos todo el año para ganárnosla conociéndonos e integrándonos con otros sectores de la economía, para crear capital social.
Por eso, transcurrido un año, podemos decir que distintos actores económicos, representados por 59 entidades empresarias y profesionales, hemos trabajado para delinear bases de políticas de estado que, en beneficio de todos los sectores, perduren en el tiempo, esfuerzo que se concretó en el evento que el Foro de Convergencia Empresarial realizó el 27 de noviembre pasado al cual asistieron más de 900 empresarios y dirigentes de empresas, legisladores, credos, organizaciones sindicales, universidades y los principales candidatos de las elecciones para presidente del año que viene.
En el evento, que constituyó un hecho inédito y muy importante para el país, se compartieron las bases de las políticas de estado y sus tres vectores institucional, económico y social, previamente presentadas a los candidatos, las opiniones de estos, la visión de futuro, las potencialidades de nuestro país y, la posibilidad de, cumplidas ciertas condiciones, generar en un plazo razonable, 3 millones de nuevos empleos.
Otro hito para resaltar fue que pudimos demostrar que parte importante de la sociedad argentina puede salir de la coyuntura, del día a día, y trabajar con visión de largo plazo.
Ahora bien, durante el año también pasaron otras cosas.
Como positivo podemos destacar los acuerdos alcanzados por el gobierno nacional con Repsol pagando con la emisión del BONAR 24 el 51% de las acciones de YPF y, posteriormente, con el Club de París, que constituyeron pasos adelante que apoyamos públicamente, al tiempo que expresamos la importancia de cerrar las cuestiones pendientes con los bonistas no reestructurados, como una manera de normalizar la relación con los mercados internacionales.
Por la misma razón, es positiva también la intención de volver al mercado efectuada la semana pasada con la ampliación del BONAR 24 y que el gobierno haya anunciado que seguirá analizando el momento adecuado para colocarlo y aliviar los vencimientos de deuda del 2015.
Lo apoyamos porque el mercado internacional financia en condiciones ventajosas a la mayoría de los países de la región. Financiamiento necesario para invertir en infraestructura y desarrollar los recursos en energía, minería y en el resto de los sectores productivos que permitan generar riqueza y desarrollo en nuestro país. Es importante destacar que Argentina cuenta con un ratio de deuda externa pública en moneda extranjera contra PBI del 12% que es de los más bajos de la región.
Hablando en números, la inversión a realizar, en un plazo de 10 años, podría ser de aproximadamente u$s500 mil millones, de acuerdo a la velocidad y grado de desarrollo que quisiéramos lograr, lo que permitiría alcanzar, en el mismo plazo, un aumento del 55% del PBI per cápita y, por ende, mayor bienestar y calidad de vida.
Velocidad, desarrollo y bienestar que, insisto, dependen de nosotros y de nuestra capacidad y forma de generar confianza.
En el sistema financiero, durante el año, los depósitos del sector privado crecieron 30% y los préstamos al mismo sector 20%, aproximadamente. No vemos capacidad prestable ociosa y el sistema continúa mostrando signos de solidez, liquidez, sin descalce de monedas y con baja exposición al riesgo crediticio.
En la actualidad, del total del crédito al sector privado, 47% está dirigido a empresas, 39% a préstamos personales y financiaciones con tarjetas de crédito y 14% a préstamos con garantía real (hipotecarios y prendarios).
Los resultados del año han sido influenciados por cuestiones puntuales más que por los ingresos provenientes de las operaciones habituales con el segmento de clientes.
Si comparamos resultados reales deflactados por inflación, se observa que el de nuestro país está por debajo de sus comparables latinoamericanos.
Considerando el promedio de los últimos cinco años, el resultado sobre patrimonio neto (ROE) en términos reales del sistema financiero de Argentina es del 3%, mientras que en Brasil alcanza al 9%, en México el 14%, en Chile el 17% y en Colombia el 21%.
Adicionalmente, un sistema financiero rentable genera empleo con buenos salarios respaldando al resto de la economía.
A futuro nos preocupan los reclamos que se escuchan referidos al nivel del costo del dinero por parte de sectores que por otra parte insisten con reclamar créditos bancarios con tasas subsidiadas, cuando este beneficio lo otorgan otros actores del sector privado, tales como los accionistas de los bancos o los mismos depositantes. Estos reclamos se contraponen con la responsabilidad que como administradores de recursos de terceros tienen los bancos.
La administración prudente del riesgo de sus activos (los créditos) es el principal respaldo de los depósitos que recibimos de nuestros clientes. La calidad crediticia es un activo para la macroeconomía en general y es nuestro objetivo mantener esa fortaleza en el tiempo.
Prueba ello, el ratio de mora sistémica inéditamente bajo aun frente la actual debilidad del ciclo económico.
Estos factores, que algunos sectores se empeñan en endilgarle al sistema cierta posición de privilegio, en realidad es el resultado del manejo responsable y profesional que sus directivos realizan de los ahorros que los argentinos les confían.
Como ya me habrán escuchado el desafío constante pasa por agrandar el tamaño del sistema. Meta que debe ser complementada con un mercado de capitales activo capaz de financiar proyectos de mayor magnitud.
Nos preocupa que algunos sectores no puedan imaginar un país realmente grande, sino otro donde la subsistencia resulte de la cercanía del poder de turno, por lo que redoblaremos esfuerzos para, con inteligencia, generar confianza y mayores consensos, crear y distribuir riqueza de manera adecuada.
ABA está seriamente comprometida con esta visión de futuro del país y está dispuesta a acompañar a todos los sectores y dirigentes que converjan en este sueño.
Nos anima una razón más que comprensible: los directivos, funcionarios y empleados que integran los bancos asociados son argentinos, con hijos y familias nacidas aquí, y por lo tanto les interesa que al país le vaya bien.
Si como sociedad en su conjunto, sin egoísmos ni mezquindades, pudiéramos consensuar estos objetivos a partir del diálogo maduro y civilizado, seguramente podríamos concretar este ideal.
Muchas gracias.