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Carlos Slim y un Kennedy quieren ayudar a personas con discapacidad que buscan empleo

Hombres y mujeres con discapacidades intelectuales y de desarrollo como dislexia y síndrome de Down han batallado para encontrar un lugar en el mundo empresarial: 85% de estos adultos no tenía un trabajo rentado en 2012 y 2013, según un estudio reciente.
Anthony Kennedy Shriver ha unido fuerzas con el multimillonario mexicano de las telecomunicaciones Carlos Slim para alentar a empresas a considerar a personas con discapacidades intelectuales como contrataciones acertadas.
Slim, uno de los hombres más ricos del mundo, está exhortando a otros ejecutivos a unirse a la campaña y junto a Shriver están intentando concienciar sobre la falta de empleos para adultos con discapacidades. Shriver, quien fundó Best Buddies International en 1989, es sobrino del ex presidente estadounidense John F. Kennedy y su madre Eunice ayudó a fundar los Juegos Paralímpicos.
Carlos Slim. The Wall Street Journal
El programa —llamado “I’m in to Hire” (algo así como “Estoy dispuesto a contratar”)— difiere de la visión más amplia de Best Buddies de ayudar a personas con discapacidad a través de miles de filiales en todo el mundo.
En su campaña más reciente, Best Buddies está trabajando con empresas para aceptar a personas con habilidades distintas en la fuerza laboral, y haciendo que líderes como Slim pongan el ejemplo desde la cúspide de las organizaciones. Ambos visitaron la sala de redacción de The Wall Street Journal el martes.
WSJ: ¿Dónde trabajan las personas con discapacidad intelectual en sus empresas?
Carlos Slim: El lugar más fácil son los centros telefónicos de atención al cliente. Sé que son trabajadores muy dedicados y benefician el ánimo de toda la compañía. (Un estudio reciente del Institute for Corporate Productivity halló que estos trabajadores tenía buen desempeño en áreas como asistencia y productividad).
Además, hay personas con dislexia que tienen habilidades sobresalientes. La experiencia inicial ha sido positiva.
Anthony Shriver: Dentro de sus empresas hay mucho trabajo de oficina y mucha gente con discapacidad intelectual sobresale en las tareas de oficina. Trabajan en la sala de correspondencia, entregas, ingreso de datos en computadoras, y como recepcionistas en oficinas.
Lo hemos expandido al negocio de juegos en casinos, donde trabajan como encargados de piscina (y) en spas. Está tomando 150 o 180 días llenar vacantes en este tipo de empleos, ya que (los empleadores) no pueden encontrar gente.
WSJ: Entonces, ¿las empresas no están creando puestos o buscando trabajos específicos para estas personas?
AS: Creo que es parte del desafío. Está cambiando la percepción de la gente de que estamos ayudando porque es una obra de caridad o estamos regalando dinero. Es precisamente lo opuesto. (Nuestra propuesta a los empleadores es que) estamos ofreciendo a alguien que es mejor que cualquier otro que puedan encontrar para realizar este trabajo específico. Le estamos dando un empleado sólido en la fuerza laboral que nunca antes ha considerado.
WSJ: ¿Por qué las empresas no han estado considerando a este grupo para empleos?
AS: La gente no tiene una relación directa ni exposición a personas con discapacidad intelectual. Realmente no los conocen bien. Los ven desde lejos o los ven a cierta distancia. A lo largo de la historia, han sido percibidos como incompetentes y (como personas) que no operan a un nivel intelectual alto, y siempre fueron considerados como casos de caridad.
Para el mundo corporativo de Estados Unidos uno tiene que demostrarles que tiene lógica económica invertir en estas personas ya que ayudarán con los retornos en el balance.
WSJ: ¿Cómo hablan con otros líderes empresariales sobre esto?
CS: Se habla con ellos en general. Se habla con los líderes de organizaciones empresariales y también con los gobiernos. Les beneficiaría políticamente, a los alcaldes o los líderes de los estados, decir que están otorgando empleos a personas con habilidades distintas.
No sólo aporta al ánimo de la organización sino que políticamente sería muy interesante convertir algo que es una deuda en un activo. Puede cambiar la ecuación.
WSJ: ¿Están preocupadas las empresas o los departamentos de recursos humanos sobre problemas legales o riesgos de tener a gente con discapacidad intelectual en el trabajo?
AS: No hay problemas legales. Algunas los abogados veces levantan la cabeza porque les preocupan varias cosas, pero no es real. No existe un mayor riesgo por contratar a alguien con discapacidad intelectual.
Se trata de interpretaciones erróneas y de educación. Si puedes lograr que la persona a cargo diga que cree en la diversidad y en una fuerza laboral integrada, entonces todos harán lo mismo.