En una señal que muchos podrían interpretar como sarcástica, el magnate que lidera el fondo buitre NML, Paul Singer, que protagoniza una larga y dura lucha contra la Argentina por la deuda en default, habría viajado a Brasil el pasado julio para el Mundial de fútbol y fue a ver un partido de la Selección vestido con la camiseta celeste y blanca.
Así lo afirma la agencia de noticias estadounidense Bloomberg luego de un extenso perfil que publicó sobre el millonario incluyendo declaraciones de ex colaboradores que lo califican de no tolerar errores, de ser un tremendo inversor de deudas en problemas y un especulador a costa de otras personas, aunque aclaran que no es un “villano”.
La agencia se pregunta: “¿Cómo es que un ciudadano de Nueva York a poco de cumplir 70 ayudó a la segunda mayor economía de América del Sur a caer nuevamente en default?” y responde: “Por ser terco, demasiado estricto, inteligente y dispuesto a llevar su lucha de una década contra el país” en cualquier ámbito.
Según Ralph DellaCamera, que trabajó con Singer de 1986 a 1999 como su principal trader, el titular de NML califica el caso de la Argentina como “una lucha contra los charlatanes que se niegan a jugar con las reglas del mercado. Él tiene el derecho a que se le pague, y ¿por eso él es el malo de la película? No lo puedo creer”, señala. “Cuando él ve una oportunidad, va por ella” y “me encanta cuando gana, porque simplemente valida quién es él como persona. Es un luchador, no va a renunciar”, agrega. “Y él no es un villano: es un empresario puro y duro, y se aferra a lo que cree que es correcto. Más gente debería hacer eso”, opina DellaCamera sobre su ex jefe.
También, en lo personal, DellaCamera contó que Singer ofrece fiestas en su casa y toca el piano. Pero resaltó que en las reuniones semanales de trabajo, en su casa o en la oficina, Singer es muy riguroso en cada paso que decide tomar en torno a las inversiones. “No le gustan las sorpresas, y cuando siente que pueden haber, realmente se enoja". En las extensas reuniones, “a las dos horas uno está un poco cansado, pero va bien. Él no grita, por lo cual es bueno. Y llega el momento sobre la inversión, supongamos una mina de oro en Perú. Singer se detiene y recuerda un detalle poco importante sobre esa mina, como por ejemplo unos trabajos que debieron empezar y no sucedieron. Esta es una mina insignificante y tratás de explicárselo, pero sin decírselo. Cuando te das cuenta que te estás cavando tu propia fosa, el se abalanza sobre vos. Y ahí es cuando se pone furioso. Oh Dios. Porque en su pensamiento, todo se trata de conceptos básicos”, dice DellaCamera. “No te va a tirar cosas, pero te gritará: ‘¿Cómo pudiste no darte cuenta de eso?’. Te hará sentir muy incómodo”, describe.
Así lo afirma la agencia de noticias estadounidense Bloomberg luego de un extenso perfil que publicó sobre el millonario incluyendo declaraciones de ex colaboradores que lo califican de no tolerar errores, de ser un tremendo inversor de deudas en problemas y un especulador a costa de otras personas, aunque aclaran que no es un “villano”.
La agencia se pregunta: “¿Cómo es que un ciudadano de Nueva York a poco de cumplir 70 ayudó a la segunda mayor economía de América del Sur a caer nuevamente en default?” y responde: “Por ser terco, demasiado estricto, inteligente y dispuesto a llevar su lucha de una década contra el país” en cualquier ámbito.
Según Ralph DellaCamera, que trabajó con Singer de 1986 a 1999 como su principal trader, el titular de NML califica el caso de la Argentina como “una lucha contra los charlatanes que se niegan a jugar con las reglas del mercado. Él tiene el derecho a que se le pague, y ¿por eso él es el malo de la película? No lo puedo creer”, señala. “Cuando él ve una oportunidad, va por ella” y “me encanta cuando gana, porque simplemente valida quién es él como persona. Es un luchador, no va a renunciar”, agrega. “Y él no es un villano: es un empresario puro y duro, y se aferra a lo que cree que es correcto. Más gente debería hacer eso”, opina DellaCamera sobre su ex jefe.
También, en lo personal, DellaCamera contó que Singer ofrece fiestas en su casa y toca el piano. Pero resaltó que en las reuniones semanales de trabajo, en su casa o en la oficina, Singer es muy riguroso en cada paso que decide tomar en torno a las inversiones. “No le gustan las sorpresas, y cuando siente que pueden haber, realmente se enoja". En las extensas reuniones, “a las dos horas uno está un poco cansado, pero va bien. Él no grita, por lo cual es bueno. Y llega el momento sobre la inversión, supongamos una mina de oro en Perú. Singer se detiene y recuerda un detalle poco importante sobre esa mina, como por ejemplo unos trabajos que debieron empezar y no sucedieron. Esta es una mina insignificante y tratás de explicárselo, pero sin decírselo. Cuando te das cuenta que te estás cavando tu propia fosa, el se abalanza sobre vos. Y ahí es cuando se pone furioso. Oh Dios. Porque en su pensamiento, todo se trata de conceptos básicos”, dice DellaCamera. “No te va a tirar cosas, pero te gritará: ‘¿Cómo pudiste no darte cuenta de eso?’. Te hará sentir muy incómodo”, describe.