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Las visiones del futuro de los líderes de hoy

The Wall Street Journal cumple este 8 de julio 125 años. Para celebrarlo, hemos invitado a algunos de los más destacados pensadores y líderes empresariales de la actualidad a escribir sobre el futuro.

El gran problema económico de los milenios ha sido la escasez. La gente quiere mucho más de lo que se puede producir. El desafío ha sido producir la mayor cantidad posible y asegurar que todo mundo obtenga una participación justa.
En aspectos importantes, el problema ha cambiado. Por ejemplo, hay mucho más estadounidenses obesos que malnutridos. Pero eso es sólo un presagio de lo que está por venir. El desafío económico del futuro no consistirá en producir lo suficiente. Consistirá en proporcionar suficientes buenos empleos.
Lo que ha ocurrido en la agricultura en el último siglo es notable. La porción de trabajadores estadounidenses empleados en la agricultura ha disminuido de un tercio hace un siglo a entre 1% y 2% en la actualidad. ¿A qué se debe esto? Se debe a que la productividad agrícola ha aumentado de manera espectacular, y la mecanización está reduciendo la demanda por la mano de obra agrícola incluso cuando los alimentos son más abundantes que nunca.
Todo esto ha tenido vastas implicaciones. Decenas de millones de personas se han trasladado de zonas rurales a zonas urbanas para conseguir empleo en los sectores de manufactura y servicios. Para brindar apoyo a los que se han quedado atrás, el gobierno federal de EE.UU. ha gastado mucho más de US$100.000 millones en la última década. Aunque sin duda hay componentes globales, asegurar que haya comida disponible ya no es uno de los problemas en la agricultura estadounidense, como lo es asegurar el sustento de aquellos que antes trabajaron en la agricultura.
'El software se está comiendo al mundo'
Lo que ocurrió en la agricultura está ocurriéndole a gran parte del resto de la economía. En la frase de Marc Andreessen, "el software se está comiendo al mundo". La cantidad de estadounidenses que realizan trabajo de producción en la manufactura y los que tienen alguna discapacidad ya son parecidos. Hay buenos motivos para esperar en los próximos años un crecimiento de los empleos manufactureros. Pero la tendencia a largo plazo es inexorable y casi universal. Al igual que en la agricultura, la tecnología está permitiendo una producción mucho más abundante con mucho menos trabajadores. Ningún país puede aspirar a un mayor aumento en competitividad que China, pero incluso ese país ha sufrido un declive en los trabajos en la manufactura en las dos últimas décadas. Y las revoluciones de la robótica y de la impresión tridimensional apenas han comenzado.
¿Qué se puede decir de los servicios? En una generación hacia el futuro, los taxis ya no tendrán conductores; el proceso de pago en cualquier tienda minorista será automático; los servicios telefónicos de atención al cliente estarán automatizados con tecnología de reconocimiento de voz; los artículos de noticias rutinarios serán redactados por robots; el asesoramiento será transmitido por sistemas expertos; el análisis financiero se realizará por sistemas de software; un solo profesor podrá enseñar a miles de estudiantes, y el software les proveerá a los mismos tareas a la medida de sus cualidades, entre otras cosas.
Los que pierdan empleos debido al aumento en la productividad se verán liberados para asumir tareas en otros sectores. Pero existen muchos motivos para pensar que la revolución del software será incluso más profunda que la revolución agrícola. En esta ocasión, el cambio vendrá más rápido e impactará a un porcentaje mucho mayor de la economía. Los trabajadores que salían de la agricultura podían incorporarse a un amplio rango de trabajos en la manufactura y servicios. Ahora, sin embargo, hay más sectores que están perdiendo trabajos que creándolos. Y el aspecto de uso general que tiene la tecnología de software implica que incluso las industrias y los trabajos que crea no son para siempre. No hace mucho tiempo explicaban que la videocasetera perjudicaría a la industria de las salas de cine pero que Blockbuster crearía muchos empleos.
Tendencias inquietantes en el mercado laboral
La disponibilidad de empleo ya es un problema crónico en EE.UU. Considere lo que ha ocurrido con los hombres entre 25 y 54 años de edad, un grupo que es aleccionador considerar ya que está marcado por una fuerte expectativa de trabajo universal. Hace unos 50 años, uno de cada 20 hombres entre esas edades estaba desempleado. Desde entonces, la fuerza laboral se ha vuelto sustancialmente más sana y mejor educada. En efecto, la mejoras en la educación han superado cualquier cosa que pudiéramos esperar que suceda en las próximas dos generaciones. Sin embargo, es razonable estimar que entre uno y seis hombres de entre 25 y 54 años no estarán trabajando cuando la economía regrese a condiciones cíclicas normales.
Si las tendencias actuales continúan, bien podría ocurrir que en una generación un cuarto de los hombres de edad media estarán sin trabajo en un momento dado. En tal mundo, más de la mitad de los hombres podría experimentar un periodo de desempleo de más de un año en algún momento durante sus años más productivos. Aún no sabemos del todo cómo será la capacidad de regresar a trabajar después de una experiencia de este tipo, pero la experiencia de hombres sin empleo durante mucho tiempo a raíz de la Gran Recesión es sin lugar a duda inquietante.
Por tanto el reto para la política económica será cada vez más generar suficiente trabajo para todos los que necesitan ingresos, poder adquisitivo y dignidad. ¿Qué requerirá esto? El papel del gobierno fue transformado para atender las necesidades de la era industrial por Gladstone, Bismarck y los dos Roosevelt. Necesitaremos lo equivalente si queremos atender las necesidades de la era de la información.
Summers es el profesor Charles W. Eliot en la Universidad de Harvard y ex secretario del Tesoro




Al cumplirse el quincuagésimo aniversario de The Wall Street Journal, la Feria Mundial tenía lugar en Nueva York y su tema dominante era "El mundo del mañana". El presidente de Estados Unidos Franklin Roosevelt habló de la necesidad de romper las barreras entre las naciones. El centenario de The Wall Street Journal se celebró en 1989, un año marcado por la caída del Muro de Berlín, uno de los acontecimientos más icónicos de la historia moderna.
Cabe preguntarse, ¿qué tiene esto que ver con el futuro del dinero?
El futuro del dinero no tendrá que ver con el efectivo o la forma que adopte. El futuro del dinero y del comercio estará ligado a romper las barreras y ampliar el acceso a cada vez más personas, tanto a nivel geográfico como de ingresos. La razón es que con el sistema de pago adecuado y nuevas innovaciones, la forma en que pagamos por lo que consumimos impulsará una mayor igualdad de oportunidades en la sociedad.
El futuro del dinero ayudará a hacer realidad una mayor inclusión financiera y a levantar a quienes han quedado al margen. Es un futuro donde la mitad de la población adulta del planeta, unos 2.500 millones de personas, ya no está excluida de los servicios financieros y donde más personas tendrán un documento de identidad y podrán hacer lo que muchos de nosotros damos por descontado, pagar una cuenta, ahorrar para un imprevisto, endeudarse bajo condiciones razonables. Esto ocurrirá no porque tengan más, sino porque podrán acceder a más.
Más igualitario
Ya estamos observando un declive del uso del dinero en la forma de efectivo y cheques y un alza del uso de los pagos electrónicos. No hay que olvidar que recién estamos al comienzo de este camino y que 85% de las transacciones minoristas del mundo se siguen haciendo en efectivo y cheques. Es una trayectoria que nos conduce a un mundo de mayor igualdad e inclusión financiera.
Entonces, ¿qué nos depara el futuro?
La seguridad se ubica en pleno centro de cualquier solución. Hay algunas realidades ineludibles acerca de las personas y el dinero que nunca cambiarán. La gente quiere saber que su dinero está en un lugar seguro y accesible. No importa si el dinero en cuestión adopta la forma de un billete, una tarjeta o una billetera digital.
Otro factor imprescindible es la confianza de los consumidores y los comerciantes en la tecnología. Esto ya involucra innovaciones como tarjetas con chips, billeteras móviles y digitales además del uso de la biometría como escáneres de huellas digitales y retinas para aumentar la seguridad y reducir el fraude.
Esa tecnología también debe beneficiar a los consumidores y las empresas, transformando el comercio y los pagos desde el intercambio de valor a la creación de valor. No sólo se trata de impulsar el valor monetario, sino también el valor social.
Y eso representa una oportunidad significativa que tenemos enfrente: superar el desafío de la exclusión en todo el mundo, en los países desarrollados y en desarrollo por igual.
El cambio se lleva a cabo gracias al tránsito desde un mundo dominado por el efectivo a uno que va más allá del efectivo y ofrece acceso sin considerar el nivel de ingresos, el género o la ubicación. Un estudio realizado por la Fundación de Bill y Melinda Gates y McKinsey & Co. halló que en los países donde más de 70% de las personas pueden pagar en forma digital, la inclusión financiera supera 85%.
Las semillas del cambio
El futuro se construye sobre el uso de las tecnologías correctas adaptadas para el mercado local. La inclusión financiera es impulsada por una red que conecta estas tecnologías y plataformas con el fin de ayudar a que la economía crezca de maneras más equitativa, sostenible e inclusiva. Expande la clase media, genera igualdad de oportunidades, aumenta la movilidad social y económica y reduce la desigualdad en los ingresos.
Esto no pasará de la noche a la mañana ni será una solución rápida. Se concretará gracias la robusta alianza entre el sector público y el privado. El sector público aportará la regulación y creará un entorno propicio para los negocios. El sector privado se encargará de la ejecución.
Hoy ya estamos viendo las semillas de esto. En países como Kenia y Egipto, los teléfonos celulares son herramientas financieras invaluables que conectan a las personas al comercio y les permiten enviar y recibir dinero. Millones de sudafricanos reciben sus prestaciones sociales en tarjetas de débito con tecnología biométrica incorporada.
Así es como una sociedad cumplirá las promesas de la economía global.
Dinero y propósito
¿Cómo luce el futuro del dinero? Habrá mayores oportunidades porque se han eliminado los límites de la moneda física. Los adelantos tecnológicos abrirán la puerta a un potencial sin precedentes para el crecimiento económico y la productividad. Tendremos una economía global más digna de ese nombre porque estaremos más conectados en forma digital y dependeremos menos del efectivo. Los consumidores contarán con el acceso y la capacidad de comprar lo que quieran y cuando lo quieran. Las cadenas minoristas y los comerciantes podrán personalizar sus bienes y servicios, mejorar sus relaciones con los clientes y expandir sus negocios.
El dramaturgo griego Sófocles escribió que "hay muchas maravillas en el mundo, pero nada es más admirable que el hombre". Lo que era válido entonces, lo sigue siendo hoy y lo seguirá siendo en los próximos 125 años. El futuro del dinero, sin importar su forma, debe tener un propósito humano, un propósito vinculado a un mayor acceso y menores barreras para más personas.
Ajay Banga es el presidente ejecutivo de MasterCard



Cuando pensamos hoy emprendedores, solemos pensar en los grandes triunfos: las enormes rondas de financiación, las gigantescas salidas a bolsa. Facebook FB -0.64%y otros fenómenos recientes se han convertido en nuestras historias de éxito de cabecera.
Pero, ¿sucederá lo mismos en el futuro? No apostaría por eso.
Con el aumento de la cantidad de empresas nuevas en los últimos cinco años, ingresamos en la edad en la que el carácter emprendedor está democratizado. Prácticamente cualquier persona tiene los recursos para lanzar una empresa ahora, como también es posible acceder a la información necesaria para tener cierto éxito. Muchos de estos nuevos ingresantes al mercado son empresas de aplicaciones móviles. En el futuro, habrá mucho más.
En realidad, la mayoría de las pequeñas empresas hoy en día no son las atractivasstartups de tecnología sobre las que leemos. Son las tiendas pequeñas en nuestras comunidades locales. En el futuro todas estas compañías funcionarán con tecnología, y ejecutarán su modelo de negocios de algún modo o forma (ventas, distribución, etc.) que aproveche la tecnología. Las pequeñas empresas con las que crecimos se convertirán en firmas basadas en plataformas de tecnología exponencial, lo cual no es distinto a la forma en que los emprendedores están aprovechando actualmente las plataformas sociales ( TwitterTWTR -3.83% Facebook, etc.) para generar negocios.
A continuación, un puñado de las tecnologías exponenciales clave que transformarán el escenario de la actividad emprendedora.
Tecnologías de drones
Aunque habitualmente se las asocia más con los militares, la tecnología de drones se transformará eventualmente en una plataforma abierta que permitirá una entrega más rápida de bienes en todo el mundo. Esto se convertirá en una opción de entrega viable para que pequeñas empresas cumplan pedidos, ya sea una tienda pequeña o un minorista multimillonario. Esto no sólo cambiará la forma en que compiten las compañías entre sí (cualquiera que sea el fabricante o creador de algo puede establecer un negocio con entrega casi instantánea), sino que además abrirá una gama de oportunidades para que los emprendedores desarrollen complejas redes de drones para su ejecución.
La Internet de las cosas
No es sorprendente cuán conectados podemos prever que estaremos en el futuro. En la llamada Internet de las cosas, donde todos y todo llevarán una etiqueta para ser identificados en la web, casi todas las facetas de nuestra vida serán registradas, rastreadas o monitoreadas de algún modo a través de sensores. Allí está la oportunidad para los nacientes emprendedores del futuro de acceder a los datos de un individuo y obtener una visión de 360 grados de esa persona. Si usted cree que los actuales motores de recomendación son buenos, espere a ver lo que traerá el futuro. Todas las empresas y startups competirán por llegar a un cliente en el momento perfecto y con el producto perfecto que sea tan "únicamente" para ellos. Cuando eso se vuelva habitual, los emprendedores se verán forzados a hacer lo que los hizo conocidos: pensar de forma creativa para envasar soluciones que llegan justo cuando alguien las necesita. ¿Se le pinchó un neumático cuando volvía a casa? No hay problema. El sensor en su auto llamará al remolque y también a un taxi para asegurarse de que llegue a casa a tiempo para recibir su pedido de comida china (sin dudas entregado por un dron).
Impresión 3-D
¿Alguna vez tuvo una idea para...? Todos tenemos momentos de inspiración. Aunque sitios como Quirky existen hoy para ayudar a los inversionistas y emprendedores a desarrollar productos físicos, imagínese lo que será cuando uno pueda tener una idea, crear un molde, y simplemente imprimirla. en la sala de su propia casa. En el futuro este tipo de accesibilidad generará no sólo "aparatos" nuevos para vender sino también economías nuevas basadas en compartir, intercambiar y quizás hasta desarrollar nuevas monedas impresas. El nuevo Warren Buffett está entre nosotros.
El futuro traerá oportunidades emocionantes e interesantes para los emprendedores, en especial cuando se toman en cuenta estas tecnologías exponenciales y cuánto crecimiento se producirá en esas áreas. Más allá de eso, ser un emprendedor será un estilo de vida y un lugar común. Todos venderán algo. Les dará a los individuos la libertad de lanzar una empresa donde trabajen un día por semana desde su casa, vendiendo un producto que se imprime en 3-D o desarrollando la mayor red de entrega por drones que jamás hayamos imaginado.
Nos vemos en el futuro.
Angela Benton es fundadora y presidenta ejecutiva de NewME Accelerator, una plataforma aceleradora para 'startups' liderada por emprendedores pertenecientes a minorías étnicas.


En 1956, el año en que abrió Disneyland, le pidieron a Walt Disney DIS -0.54% que imaginara cómo sería el entretenimiento medio siglo más adelante.
Como uno de los grandes innovadores del mundo, Walt acababa de presentar una nueva forma de entretenimiento: el parque temático. Sin embargo, a la hora de predecir el futuro, dijo eso que estaba más allá de su capacidad, dado el rápido ritmo del cambio en la industria del entretenimiento.
Una cosa era segura, dijo Walt: la antigua necesidad humana de una gran narrativa durará por generaciones, y será mejorada por nuevas tecnologías que darán vida a esos cuentos en formas extraordinarias.
Walt era mejor de lo que pensaba para predecir el futuro. Seis décadas más tarde, la tecnología está elevando los límites de la creatividad y transformando las posibilidades del entretenimiento y el ocio. La actual era digital ha desatado una innovación sin precedentes y ha dado lugar a una variedad de nuevas opciones de entretenimiento que compiten por nuestro tiempo y atención.
Como también vaticinó Walt, la necesidad de la gente de entretenerse con la narrativa sigue vigente: nos sentimos atraídos por las historias universales que nos unen, cuentos de aventura, heroísmo y amor, relatos que nos reconfortan y nos sirven de escapatoria. Una gran narrativa sigue siendo el pilar de un gran entretenimiento.
En los próximos años, esta fusión entre tecnología y creatividad nos permitirá producir experiencias antes inimaginables. ¿Cómo será ese futuro? Al igual que Walt, no me atrevo a hacer predicciones. Pero algunas cosas me parecen seguras.
Experiencias personalizadas
Para empezar, el concepto del siglo XX de "un tamaño para todos" ya no es válido, conforme innovadores en todo el mundo crean herramientas que nos permiten personalizar las experiencias de entretenimiento y ocio para adaptarlas a nuestros gustos y horarios, y compartirlas de forma instantánea con familiares, amigos y una creciente comunidad global digitalmente conectada. En resumen, estamos creando lo que me gusta llamar ocio impulsado por la tecnología.
La narrativa móvil, y el entretenimiento móvil, dominarán nuestras vidas, y nos ofrecerán experiencias ricas y fascinantes más allá de lo que está disponible hoy en día. El lugar donde se encuentre alguien ya no será un obstáculo para entretenerse; la geografía del ocio no tendrá límites.
Una de las novedades más emocionantes que veo en el horizonte es la tecnología que nos sumergirá en mundos de entretenimiento, o que proyectará esos mundos y experiencias en nuestras vidas. En esencia, el entretenimiento será inmensurablemente mejorado con experiencias tanto de realidad virtual como de realidad aumentada. Trasladarnos a mundos creados y trasladar mundos creados a nuestro mundo hará estallar los límites de la narrativa, aligerando al narrador de formas que aún no podemos imaginar.
¿Los desafíos? La tecnología puede ser una fuerza invasiva, al competir por nuestra atención y reducir el tiempo que tenemos para nosotros mismos y nuestras familias. Pocos de nosotros renunciaríamos a las herramientas tecnológicas que nos mantienen productivos e informados; incluso menos personas podemos recordar la última vez que nos desconectamos completamente durante las vacaciones. Mientras más omnipresente se vuelva la tecnología en nuestras vidas, más diligentes debemos ser para asegurarnos de que no nos agobie o disminuya nuestro tiempo de ocio.
Romper el cascarón
En última instancia, la tecnología es para conectarse, no encerrarse; es una herramienta que debería permitirnos llegar a más personas y formar vínculos más estrechos, en lugar de desconectarnos entre nosotros. A pesar de que usamos la tecnología para crear experiencias más individualizadas, la interacción social sigue siendo una necesidad básica, una parte fundamental de nuestra humanidad.
Por eso valoramos los "eventos" de entretenimiento que crean recuerdos entrañables, fortalecen conexiones personales y producen experiencias compartidas, ya sea en los cines, en un parque de diversiones o en un estadio deportivo. Es entretenimiento que no puede ponerse en pausa o duplicarse; uno tiene que estar allí, inmerso en el momento.
Una experiencia mejora cuando se comparte con alguien, al convertirse en algo que se disfrutará y recordará mucho tiempo después de que haya terminado. Estos eventos sociales enriquecen nuestras vidas, y nunca dejaremos de necesitarlos.
El amor humano a la narrativa, ya sea individualizada o compartida, también será una constante. Si bien no puedo predecir el futuro exacto del entretenimiento, comparto el optimismo de Walt Disney y su creencia de que más allá de lo que nos traiga el futuro, estará definido por una gran narrativa. Como ha sido siempre.
Robert A. Iger es presidente ejecutivo de Walt Disney & Co.

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