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LLAHUÉ HUARPE, MEMORIA EMOCIONAL DEL ANTIGUO PUEBLO DE LAVALLE SE PRESENTARÁ EN LA CASA DE LA HISTORIA Y LA CULTURA “JUANITA VERA” En rescate de un pueblo semi olvidado en la historia social de nuestro país.



El periodista Ricardo Sarmiento presentará, el próximo sábado 24 de mayo de 2014 a las 16:00, su libro “Llahué Huarpe, Memorias”, en la Casa de la Historia y la Cultura “Juanita Vera”, en la ciudad de Lavalle, provincia de Mendoza, en lo que será una jornada de visualización para la cultura antigua de esta tierra y un acontecimiento excepcional para el arte de la provincia porque jerarquizarán este encuentro figuras referenciales de la poesía, la música y el canto: Jorge Sosa, Damián Sánchez, Javier Rodríguez y Pedro Leopoldo Zalazar. La entrada será libre y se agradecerá llevar algún alimento no perecedero para destinar a las escuelas-hogar de las comunidades huarpes.
“Será una gran satisfacción presentar a Llahué Huarpe en Lavalle, la tierra huarpe donde nací y donde nacieron mis abuelos y los abuelos de mis abuelos. Llahué Huarpe es un pequeño esfuerzo por dar visualización a una de las culturas más antiguas del actual territorio argentino pero que está casi en el olvido de la conciencia social argentina por causa de siglos de aculturación. El Huarpe tiene derecho a su visualización y reconocimiento de la sociedad contemporánea porque es parte de la historia social de Argentina y de Chile”, sostiene Ricardo Sarmiento.
“El valor de Llahué Huarpe es que suma presencia del antiguo habitante de Cuyo en la literatura de Mendoza, de Cuyo y se erige como un desafío para que otras provincias argentinas recuerden a sus propios pueblos antiguos, la mayoría desaparecidos, con sus lenguas perdidas, y sumidos en el olvido de la historia. En los últimos 400 años escasamente se registra menos de una decena de libros sobre esta etnia cuyana”, explica el autor, un periodista mendocino, nacido en Lavalle, que creció en Luján de Cuyo, dos localidades de esta provincia que albergaron la presencia viva del pueblo huarpe por más de 13.000 años
Ricardo Sarmiento llegará a Lavalle, luego de presentar “Llahué Huarpe, Memorias” en el Stand oficial de la Provincia de Mendoza, en la 40º Feria Internacional del Libro de Buenos Aires en el espacio que el Ministerio de Cultura ha dedicado a un verdadero Padre de la Palabra en la poesía mendocina que, además, se reivindicaba como descendiente de esta antigua cultura del cuyum, el mayor poeta huarpe, Don Armando Tejada Gómez.
Llahué Huarpe es una reciente edición de Editorial Dunken, integrada al catálogo de numerosas librerías de distintas provincias argentinas, que ya ha sido traducida al portugués por el principal traductor literario brasileño de autores argentinos y latinoamericanos, el periodista Luis Carlos Cabral, quien lleva ya más de 50 obras traducidas entre las que se encuentran autores como Isabel Allende, Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares, Octavio Paz.
Durante la presentación se exhibirán esculturas del artista Apolinar Vargas Arenas y pinturas de la artista plástica Titina Contardi, ambos mendocinos.

Sobre Llahué Huarpe
Esta obra es un intento de rescate poético y emocional de un pueblo semi olvidado que habitó el antiguo desierto cuyano compartido por los actuales territorios de Mendoza, San Juan y San Luis.
“Llahué Huarpe” quiere decir “hijo del hombre del desierto” en lengua allentiak, una de las 3 lenguas de una Nación que ha marcado sus huellas en territorio argentino con anterioridad a la presencia, en la región, de las culturas del inca, del araucano y del europeo.
“Es una memoria poética y emocional de quien se reconoce con una identidad antigua que fue necesario recuperar después de más de 400 años de historia durante los cuales aquel antiguo pueblo, habitante del desierto y la pre cordillera cuyana, fue uno de los más dañados por la pérdida sistemática de vidas, de sus lenguas y su cultura”, dice Ricardo Sarmiento para sintetizar el origen de esta obra que bien puede considerarse el primer trabajo integral de poesía huarpe.
“Llahué Huarpe, Memorias” es la expresión de un hombre libre que entiende y refleja, desde su propia historia personal, el impacto social de la desaparición de lenguas y culturas antiguas del territorio argentino y del continente americano.
“Este trabajo no debe tomarse sin embargo como un simple lamento por la historia perdida. Pretende ser un eco de la dignidad de los antiguos. También se lo debe considerar un grito para llamar la atención de la sociedad contemporánea sobre un drama histórico: la desaparición, ya pasada, o en progreso, de decenas de pueblos originarios y el olvido o la pérdida de sus riquezas lingüísticas, culturales y sus sistemas productivos, además de sus creencias, sus mitos, sus costumbres”, define el autor.
La historia del Huarpe, el antiguo habitante del desierto en la región cuyana, dueño desposeído de un territorio recostado sobre la Cordillera de los Andes, es un caso típico de pérdida casi total del patrimonio social y de la identidad étnica y cultural de un pueblo.
Lamentablemente, esa historia del Huarpe no es nada distinta de lo ocurrido con el pueblo Querandí, del que parece que nadie habla, pero que habitó el suelo del actual territorio de la Ciudad de Buenos Aires y la región metropolitana, que marca el centro de la vida social y económica de los argentinos. O del pueblo Charrúa, nombre que sólo queda como una forma agradable de llamar a los hermanos uruguayos, aunque su dominio territorial incluyó Uruguay y parte del territorio argentino.
“Hay que recordar también al pueblo Timbú, al Mocoretá, Quiloaza, Calchín, en tierras actualmente de Santa Fe, por citar algunos otros pueblos olvidados en otras geografías de nuestro país. En 1894, Bartolomé Mitre citaba que en territorio argentino hubo familias lingüísticas de otros pueblos como el de los Lules, el Pilagá, el Chané, el Abipón, Noctén, Gës, Tehuelche, Yaghan, Guaycurú, Tonocote, Ona, Alacaluf, Huemul, Chono y otros virtualmente aún hoy desconocidos” explica Ricardo Sarmiento.
Afirma también que “es una curiosa ironía de la comunicación que muchos de nuestros centros urbanos se presentan en los medios virtuales por su nombre, flora, fauna, economía o atractivos turísticos, pero son pocos los que recuerdan a estos pueblos nombrados así, en estas pocas líneas, como un leve homenaje de la frugal memoria contemporánea”.