El gigante siderúrgico ArcelorMittal mostró hoy su oposición a que otro inversor industrial adquiera las instalaciones que tiene previsto cerrar en Lieja (este de Bélgica), tal y como pretenden el Ejecutivo federal belga y el Gobierno de la región de Valonia.Las instalaciones que ArcelorMittal pretende cerrar no están a la venta, aseguró una portavoz del grupo al diario flamenco De Standaard.El Gobierno federal, que preside el socialista Elio di Rupo, y el Ejecutivo regional valón, han advertido a la dirección de la siderúrgica que no aceptan el cierre de varias instalaciones de la fase de fabricación en frío en la planta en Lieja, que supondrá el despido de unos 1.300 trabajadores.