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CRISTINA INVIRTIÓ LAS REGLAS En el Día de la Industria, una noche a su manera...

A diferencia del año pasado, cuando la organización de la cena del Día de la Industria estuvo a cargo de la UIA y la presidente Cristina Fernández asistió como invitada, este año se revirtió la situación. Con un cubierto de $1.000 por persona, el dilema mayor se tornó, como en una boda, a quién poner más cerca de la mesa principal. El primer esquema diseñado por Guillermo Moreno prometió tantas ausencias, que cuando llegó a oídos de la Presidente que los industriales iban a vaciarlo de primeras figuras, corrieron a La Salada y lograron cumplir, aunque sea a medias, el primer objetivo. El otro, promete tornarlo un acto meramente político. Por eso, la UIA tendrá celebración propia el miércoles. Allí se escuchará más de un voz, y más de un crítica.


Después de varios ajustes, Cristina Fernández celebrará esta noche, a su manera, el Día de la Industria en una cena que, a diferencia del año pasado, cuando la organización estuvo a cargo de la UIA y la mandataria asistió como invitada, este año no sólo se revirtió la situación, sino que el evento incluirá a la mayoría de las entidades que representan a la industria y que, por otra parte, comulgan fervientemente con el kirchnerismo.
Así y pese a la insistencia oficial, algunas figuras decidieron no compartir la cena. Es el caso del CEO y dueño de Techint, Paolo Rocca, quien se excusó, y de Viktor Klima, presidente de Volkswagen y de Adefa, que cobija a las automotrices, que envía en su nombre al actual titular de Mercedes-Benz, Roland Zey. 
Tampoco será de la partida otro invitado de Cristina: Enrique Pescarmona avisó que se encuentra realizando inversiones en Colombia, según el sitio 'iEco'.
La intención inicial de la comida de $ 1.000 el cubierto en Tecnópolis fue diluir el rol de la Unión Industrial y por eso se invitó a casi todas las cámaras empresariales, sobre todo a las más afines al Gobierno, en una dilatada lista que incluyó hasta los representantes de la feria La Salada. 
Esa primera versión del acto fue obra del secretario de Comercio, Guillermo Moreno. Pero cuando llegó a oídos de la Presidente que los industriales iban a enviar a sus líneas gerenciales y vaciarlo de primeras figuras, corrieron a La Salada y ganaron para la mesa principal a algunas figuras de peso.
Estarán presentes dirigentes de la UIA, pero también de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), la Confederación General Empresaria (Cgera), la Confederación General Económica (CGE), la Cámara Argentina de la Construcción (CAC) y hasta representantes de la feria La Salada, entre otras entidades. 
En muchos casos, el Gobierno se comunicó con las cámaras para pedirles que compren determinada cantidad de mesas. En el caso de la UIA, por ejemplo, se le pidió que asista con 400 empresarios. A la CAC, en cambio, apenas dos mesas y –cada una es de 12 personas–.
De todas maneras, la amplia convocatoria generó un profundo malestar en la central que conduce José Ignacio de Mendiguren, donde creen que el Gobierno utilizará la convocatoria para hacer política. De hecho, están invitados gobernadores, intendentes y militantes K, como los jóvenes de la agrupación La Cámpora, muchos de los cuales ocupan cargos importantes en el gabinete.
Sin embargo, y aunque con pocas ganas, De Mendiguren asistirá y llevará consigo a los 400 referentes industriales que le pidió el oficialismo. 
El comité ejecutivo de la entidad compró dos mesas y habrá otras 30 para industriales del interior, según el diario 'El Cronista'. La Asociación de Industriales Metalúrgicos (Adimra), que dirige Juan Carlos Lascurain, llevará 100 personas.
Así las cosas, en un festejo que tendrá como única oradora a Cristina, en la mesa principal se sentarán José Ignacio de Mendiguren, el jefe de la UIA, Javier Madanes Quinatnilla, CEO y principal accionista de Aluar y de Fate; también Roberto Urquía, dueño de Aceitera General Deheza y Hugo Sigman, con negocios en laboratorios, la industria forestal y el cine, entre tantos otros.
El tradicional festejo industrial se desarrollará en la sede de la muestra de Tecnópolis, en la localidad bonaerense de Villa Martelli.
Las fuentes informaron que los industriales comenzarán a darse cita a última hora de la tarde para participar de un recorrido por la muestra, para luego asistir a un espectáculo artístico y posteriormente recibir a la Presidente.
La cena está prevista para las 20.30, hora en la que los invitados ingresarán al salón principal y luego de una recepción, ocuparán sus lugares. 
El discurso de Cristina estará dotado de un fuerte contenido industrialista. Hará hincapié en la necesidad de reforzar la sustitución de importaciones y defender las fuentes de trabajo. También valorará el haber reunido a todos los referentes industriales en una misma cena, pese a que son más las diferencias que los alejan que las similitudes que los unen. “"Se está tratando de mostrar un empresariado nacional unido, ya que nosotros no somos capaces de hacerlo”", manifestó el titular de Cgera, Marcelo Fernández.
La fecha de conmemoración responde al primer embarque para exportación de la historia Argentina, cuando, el 2 de septiembre de 1587 partió del Puerto de Buenos Aires la nave San Antonio rumbo a Brasil, llevando a bordo productos textiles como frazadas, lienzos, lana, cordobanes, costales, sobrecamas y sombreros.
# La UIA tendrá su propio acto
Pese a la celebración organizada por la mandataria, y la participación de la UIA, la entidad armó un acto propio para este miércoles en la escuela Otto Krause, donde se permitirá la crítica a las trabas a la importaciones. 
Allí, a diferencia de la noche de hoy se escuchará más de una voz. 
Ayer, De Mendiguren, insistió en que las trabas a las importaciones perjudicaron a la industria y afectaron el crecimiento de la actividad.
"La matriz productiva argentina “todavía es fuertemente dependiente de la importación de insumos”", remarcó De Mendiguren en diálogo con 'Radio 10'. Más tarde, explicó al matutino 'El Cronista' que "“siempre creí en las herramientas de administración de comercio, pero cuando no se aplican bien, se pone en discusión el instrumento” y que, por eso, “vuelven a aparecer los Cavallo"”, en alusión a Domingo Cavallo, el ex ministro de Economía.
El presidente de la UIA insistió en que la industria depende de las importaciones. "“Estamos con la mayor integración posible, pero lo que se destruyó en 20 años no se construye en una década"”, dijo. "“En todas las cadenas productivas los eslabones se cortaron y hoy por hoy, esta matriz productiva requiere de una alta proporción de insumos importados. Hay que avanzar en sustituirlos, pero si se cortan..."”. Y ejemplificó: “"La industria automotriz hoy tiene un 27% de integración nacional. Para producir, tenés que seguir importando. Para mantener un nivel de actividad fuerte tenemos que ser ágiles en diferenciar qué es insumo y qué es producto”". Y recordó que "por cada punto de crecimiento industrial, las importaciones crecen tres".
De Mendiguren había sido crítico con el nuevo régimen de importaciones a principios de año, cuando la AFIP instauró el nuevo sistema de Declaraciones Juradas Anticipadas (DJAI) y se armó un doble filtro, junto con la Secretaría de Comercio Exterior de Beatriz Paglieri. "“Están mejorando, pero planteamos desde el arranque que esto iba a traer problemas y que no se soluciona de un día para el otro”", dijo.
Así y todo, el presidente de la UIA negó enfrentamientos con el Gobierno y aseguró que la UIA se hará presente en el festejo oficial de hoy, en Tecnópolis. 
Aunque a los industriales no les cayó bien que, en el marco de una convocatoria más amplia, el Ejecutivo haya invitado a los feriantes del predio Punta Mogotes. “La Salada es como un límite para muchos. "No hay un proyecto nacional que se pueda consolidar sin la unión de otros sectores, como la CAME (por la Cámara de la Mediana Empresa). Pero La Salada es otra cosa"”, dijo el presidente de los industriales.
"“Nuestro acto, en el Otto Krause, es otra cosa; nosotros cumplimos 125 años como entidad y no es un tema menor. Es indisoluble un plan nacional de desarrollo junto con la educación industrial y el Otto Krausse es símbolo de eso”", dijo De Mendiguren. Al festejo, remarcó, fueron invitados los ministros de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, y de la Ciudad, Esteban Bullrich.
De Mendiguren repitió un concepto en el que insiste desde el año pasado: "“El tren del desarrollo está pasando otra vez para la Argentina. No podemos, o no queremos, que nos encuentre en el andén"”, dijo, aunque luego, rechazó confrontar con el Gobierno. “

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