Los dirigentes de las mayores economías del mundo se aprestan a
ratificar sus promesas de realizar nuevos préstamos al Fondo Monetario
Internacional (FMI) destinados a luchar contra la crisis, aunque
algunos países emergentes están frustrados con el lento avance para
lograr más poder en el organismo multilateral. La cumbre del lunes y
martes del Grupo de los 20 (G-20) en México se celebra a la sombra de la
crisis de deuda en Europa, que pone en peligro los propios fondos de
rescate europeos y subraya la necesidad de más munición en el FMI.