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Informe Económico Semanal del Banco Ciudad

LA SEMANA EN POCAS PALABRAS

En la última semana se conocieron datos clave vinculados a dos temas que vienen desvelando al gobierno. El primero corresponde al comercio exterior, sobre el cual pesa una férrea administración oficial. El segundo se vincula a las cuentas fiscales, cuyo deterioro fue clave en la decisión de recurrir al Banco Central como fuente de financiamiento.

En lo que respecta al comercio exterior, los datos de febrero arrojaron un superávit de USD 1.341 millones, más del doble que un año atrás, justamente en el mes del debut de la Declaración Jurada Anticipada de Importación (DJAI) de la AFIP y de la nota de pedido de la Secretaría de Comercio. En este sentido, el salto en el superávit fue resultado de una caída interanual de las importaciones (-1%), la primera desde la crisis global de 2009, combinada con un incremento de las exportaciones (13%), el cual volvió a descansar plenamente en los mayores despachos del complejo agroindustrial.

Posando la lupa sobre las compras externas, es posible inferir cuáles segmentos están siendo el principal blanco de los controles oficiales. La caída de las importaciones se concentró en los insumos industriales (-4% a/a), en los bienes de consumo (-5%) y, particularmente, en los bienes de capital (-19%), cuyas menores compras estarían reflejando tanto los efectos de las restricciones comerciales como un menor apetito inversor, en un escenario de mayor incertidumbre y crecientes regulaciones.

Sólo el ingreso de piezas de bienes de capital (incluyendo autopartes, necesarias para sostener en funcionamiento la industria automotriz) y las compras de combustibles (indispensables para compensar la declinante producción interna de hidrocarburos), son las que continuaron en ascenso en febrero. Este último rubro volvió a ser el más dinámico, con un alza de 19% a/a, insumiendo en el primer bimestre USD 840 millones, a pesar de ser éste un período del año en el que la demanda de energía resulta estacionalmente baja.

En lo que respecta a las variables fiscales, el resultado primario volvió a caer, sumando $698 millones en febrero, un 52% menos que un año atrás. Por otra parte, el pago de intereses de la deuda pública insumió $603 millones, con lo cual el resultado financiero fue positivo en sólo $96 millones, marcando un fuerte deterioro con respecto a igual mes del 2011 ($877 millones).

La clave en el persistente deterioro de los números del fisco no radica en una desaceleración de los ingresos, sino justamente en las dificultades que está enfrentando el gobierno para moderar el crecimiento del gasto, el cual se mantiene firme en un 30% anual desde fines de 2011.

Con la vista puesta en esta dinámica, esta semana el oficialismo logró la aprobación de la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central, pieza clave en la cobertura de la brecha financiera del Sector Público. Con la flamante reforma, el BCRA tendrá vía libre para financiar con Reservas Internacionales vencimientos de deuda por una cifra que rondará los USD 8.300 millones, conjuntamente con una ampliación de los límites de asistencia vía Adelantos Transitorios al Tesoro por $50.000 millones. Según nuestros cálculos, estas cifras son consistentes con un crecimiento de la Base Monetaria en un rango del 25-30% en el año, situación que permite anticipar un escenario de push fiscal y monetario para mantener a flote la economía, aún a costa de una inflación en ascenso.