El impopular Gobierno de Irlanda finalmente explicará el miércoles cómo piensa ahorrar 15.000 millones de euros durante los próximos cuatro años, infligiendo más dolor a los votantes para demostrar que puede encarar el problema de la deuda del país. La erosión que sufrió esta semana el respaldo de sus socios en la coalición gubernamental significa que el primer ministro Brian Cowen posiblemente no sobreviva mucho más allá de Año Nuevo para poner en marcha las propuestas. Pero su sucesor probablemente deba atenerse al plan diseñado por el actual Gobierno, dado que la crisis financiera irlandesa dejará poco margen para revisarlo.