En teoría, conseguir designar jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación es un desafío imposible de alcanzar para una Administración en retirada. Sin embargo, el Pacto de Olivos también era imposible a fines de 1993, luego de comicios legislativos en los que Eduardo Duhalde había ratificado su poderío electoral... Además, hay beneficios diversos para el Frente para la Victoria si lleva adelante su ofensiva, ¿por qué autolimitaría su ambición ante una sociedad que hoy día afirma tener prioridades socioeconómicas pero no políticas? ¿Por qué no intentar nuevamente desconocer las consecuencias de la doble derrota electoral en 2013 ante una sociedad que ha decidido sintonizar otro canal?
(Urgente24). La agencia estatal de noticias Telam tiene en claro cuál es el punto de vista gubernamental: "Se abre el debate sobre la integración de la Corte Suprema de Justicia", tituló, aún cuando la Corte Suprema de Justicia de la Nación aclarase que esto no es necesario porque de todos modos puede desempeñar sus funciones.
“Después de 10 años se abre la posibilidad de generar una nueva conformación de la Corte Suprema de Justicia. Hoy debatir sobre el tema es algo prematuro, pero es un debate para el año próximo”,dijo en la noche del miércoles 14/10 el secretario de Justicia de la Nación, Julián Álvarez, integrante de la agrupación ultraverticalista La Cámpora, en una entrevista con el canal K CN23.
Según Álvarez, si bien la ley dispone que la Corte puede funcionar hasta con 5 miembros, si renunciara Eugenio Zaffaroni, tal como él mismo anunció, habrá que evaluar “si se completa la vacante o revisar cuál es el número que conforma toda la Corte”.
Es decir que Álvarez decidió hacer oídos sordos a la opinión de la propia Corte de que con 4 integrantes puede funcionar correctamente.
“Hay que estudiar el tema. La mayoría de las cortes del mundo tienen muchos miembros, a diferencia de la Argentina”, dijo Álvarez, y admitió que “hay muchas posiciones” y que, pese a que con 5 miembros bastaría, “muchos dicen que con 7 funcionaba muy bien”.
Ya para entonces se conocían las declaraciones del diputado nacional ex montonero Carlos Kunkelcontra la permanencia del anciano Carlos Fayt en el colegiado judicial.
Todo indica que o el Frente para la Victoria encuentra un nuevo motivo para hacer humo que oculte la crisis económica, o bien tiene delante una oportunidad de intentar ocupar espacio en la Corte Suprema durante su retirada del Ejecutivo Nacional.
Esto quiere decir que, en cualquier caso, es interesante para la Administración Cristina presionar por el número de la Corte Suprema.
Aparecen 2 posibilidad bien nítidas:
> una renuncia de Fayt más la renuncia de Zaffaroni, dejaría 2 vacantes en la Corte Suprema. Cristina negociaría con quienes pueden concederle los votos necesarios en el Senado de la Nación: 1 candidato del Frente para la Victoria y 1 candidato consensuado con esos aliados; o
> ya lo dijo Álvarez: regresar a la Corte Suprema de 7 jueces: sin necesidad de lograr la renuncia de Fayt, con la renuncia de Zaffaroni habría 3 jueces para distribuir en la negociación política. Si, además, consiguieran la renuncia de Fayt, serían 4 jueces, número suficiente para cualquier negociación parlamentaria.
Esta cuestión de la Corte se la menciona vinculada a otra idea que se elucubra en el laboratorio de la Quinta de Olivos: regresar con la posibilidad de que Cristina Fernández de Kirchner pueda ser candidata presidencial en 2015.
Y otra vez las opciones son las ya mencionadas: aún cuando no prospere, la máquina de hacer humo tendría una gran posibilidad de funcionar a pleno con el rédito de insistir en que Cristina es una proscripta de la democracia. Pero si prosperase... mejor.
Pero para que tenga oportunidad el bendito recurso de amparo que tiene previsto hace tiempo el diputado nacional y apoderado del Partido Justicialista, Jorge Landau, que invoca cuestiones delTratado de San José de Costa Rica, es necesario que prospere el plan sobre la Corte Suprema.
En el siguiente recorte, Joaquín Morales Solá, en el diario La Nación, intentó transmitirtranquilidad sobre el funcionamiento de la Corte y el protagonismo de quienes quedan en el colegiado:
"(...) Los ministros de la Corte y los funcionarios más importantes de esa institución debatieron en las últimas horas sobre el futuro del tribunal. La primera conclusión que sacaron es que pronto quedará expuesto lo que realmente ocurrió en los últimos siete años.
Todos los fallos importantes fueron trabajados en la vocalías del presidente del cuerpo, Ricardo Lorenzetti, y de los jueces Elena Highton de Nolasco y Juan Carlos Maqueda. "Todos sabemos que las sentencias que hicieron conocida a la Corte en los últimos años fueron elaboradas por esos jueces", dijo uno de los más importantes funcionarios del cuerpo.
En muchos casos, la fallecida jueza Carmen Argibay y el propio Fayt escribieron sentencias en disidencia con la mayoría. Sólo adhirieron al voto mayoritario en un diez por ciento de los casos. Petracchi generalmente adhería con voto propio o directamente sumándose. El caso de Zaffaroni es especial : es un jurista que participa siempre de congresos, seminarios y conferencias en el exterior del país. Viaja con mucha frecuencia. No existe un solo expediente en el que la Corte haya resuelto según la posición inicial de Zaffaroni. (...)".
Rubén Rabanal en el diario Ámbito Financiero, intentó dejar en claro que las piruetas K no pueden prosperar en la teórica integración del Senado de la Nación:
"(...) La realidad se impone: la Constitución dice que para otorgar acuerdo a un juez de la Corte Suprema deben lograrse, por el sí en el recinto, los dos tercios de los miembros presentes. En esto no hay posibilidad de equivocarse: con la actual constitución del Senado sólo un acuerdo por atrás de las cortinas entre oposición y kirchnerismo le permitiría a Miguel Pichetto lograr ese número. Elisa Carrió ya hace listas de los que deberán estar presentes en esa hipotética sesión para tomar nota.
De hecho, el Gobierno hasta podría proponer un candidato para reemplazar a Zaffaroni, debería ser un penalista para mantener el equilibrio profesional en el tribunal, requisito que dentro de quienes están en el espíritu de Cristina de Kirchner sólo lo cumple Alejandro Slokar. El trámite podría pasar por la Comisión de Acuerdos y obtener dictamen por mayoría simple, pero al llegar al recinto los números no alcanzarán. (...)".
Sin embargo, la web La Política Online expuso las dudas que se acumulan por estas horas entre quienes conocen las ambiciones K:
"El Gobierno puede conseguir los dos tercios del Senado para nombrar a un juez de la Corte Suprema sin el apoyo de la UCR, si consigue aliados como el PRO, el peronismo federal y los neuquinos.
Con la muerte de Enrique Petracchi la Corte quedó con 5 miembros, el número establecido por la ley de 2006. Pero Eugenio Zaffaroni confirmó que en marzo prevé retirarse por cumplir 75 años, el límite integrar el máximo tribunal.
El kirchnerismo anunció que buscará cubrir esa vacante y hasta pidió por otra más: Carlos Kunkel cuestionó la permanencia de Carlos Fayt, quien tiene 96 años de edad y se mantiene vía amparos.
Sólo el senador radical Ernesto Sanz exigió demorar hasta un nuevo Gobierno el nombramiento de un juez de la Corte, pero no aclaró que la resistencia de su bloque no alcanza para frenar un intento de Cristina Kirchner.
Los magistrados del máximo Tribunal requieren del voto de los dos tercios del Senado, o sea, 48 de los 72 votos posibles.
El Frente para la Victoria tiene un sólido bloque de 32 senadores, pero cuenta con 7 aliados casi permanentes.
Son los santiagueños Ada Itúrrez de Cappellini y Gerardo Zamora (Frente Cívico por Santiago) y Gerardo Montenegro (Frente Popular); la santafesina Roxana Latorre, María de los Ángeles Higonet (PJ La Pampa), y los correntinos José María Roldán (Frente de Todos) y Josefina Meabe (Partido Liberal).
Le restarían nueve votos para llegar a los 48 y puede buscarlos sin llamar a los 13 radicales, dos de ellos aliados (los catamarqueños Oscar Castillo y Blanca Monllau).
Alcanzaría con los 4 del peronismo federal (Roberto Basualdo, Liliana Negre de Alonso, Adolfo Rodríguez Saá y Juan Carlos Romero), los 3 del PRO (Gabriela Michetti, Diego Santilli y Alfredo De Angeli) y los 2 neuquinos (el sindicalista Guillermo Pereyra y Lucila Crexller, quienes no siempre votan juntos y aprobaron algunas leyes del Gobierno). (...)".