Anualmente 1.728.371 kilos de productos frescos lácteos y aguas son donados por la fundación, impactando en más de 340 mil beneficiarios directos.
En Argentina el 13% de niños tienen hambre[1] y anualmente se desperdician más de 16 millones de toneladas de alimentos[2]. Sumado a ello, según datos de la ONU se ha estimado que un tercio (1/3) de los alimentos producidos en todo el mundo se pierde o desperdicia en las cadenas de producción, comercialización y consumo. En este contexto, el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación publicó recientemente una resolución que instituye al 29 de septiembre de cada año como “Día para la Concientización sobre la necesidad de reducir las pérdidas y el desperdicio de alimentos”.
En este sentido, desde 2010 Fundación Danone asume un fuerte compromiso para reducir el desperdicio de alimentos y junto a la Red Argentina de Banco de Alimentos y otras organizaciones sociales, lleva adelante el programa Desperdicio Cero, mediante el que se recuperan anualmente 1.728.371 kilos de productos frescos lácteos y aguas, que son distribuidos a diversas organizaciones, impactando en más de 340 mil personas.
Los productos que están fuera del circuito comercial y con fecha de vencimiento próxima, son rescatados de la cadena y redistribuidos. El 70% de la recuperación y entrega está a cargo de la compañía, respetando las normas de higiene y seguridad alimentaria.
Además, la compañía está adherida al programa Valoremos los Alimentos, del Ministerio de Agroindustria, Ganadería y Pesca del Gobierno de la Nación, que trabaja sobre la concientización del desperdicio de los alimentos, coordinando políticas públicas que atiendan las causas y los efectos de la pérdida y desperdicio de alimentos, a través de un trabajo colaborativo.
“Desde Fundación Danone llevamos adelante el recupero y distribución de alimentos a través de nuestro equipo de logística, permitiendo salvar una gran cantidad de productos que son destinados a las comunidades más vulnerables. Además, trabajamos en el fortalecimiento de los actores de la red para lograr mayor profesionalismo y optimización de procesos. Ante la preocupante situación que atraviesa la niñez argentina, todos los actores de la industria alimenticia deberíamos aunar esfuerzos para llegar hoy a los que más lo necesitan.”