Moderados ascensos al cierre de las bolsas europeas, en una sesión de escasas referencias macro y microeconómicas, y en la que el cierre por festivo de Wall Street ha reducido mucho el volumen de contratación.
Se mantienen los factores de incertidumbre de la semana pasada: Guerra comercial China vs EE.UU., miedo sobre una ralentización económica global, incertidumbres geopolíticas en Oriente Medio y Corea del Norte, a lo que habría que unir la valoración de los inversores a las elecciones en la Unión Europea.
De cualquier forma, y dado que hoy ha sido una jornada bastante tranquila, nos gustaría aprovechar este cierre de mercado para fijar el escenario actual de las bolsas europeas y española establecido por uno de los analistas nacionales que consideramos más acertados en sus análisis: Nicolás López de M&G A.V. Veamos:
La Bolsa europea se encuentra inmersa también en un mercado alcista de largo plazo
Podemos considerar que la Bolsa europea se encuentra inmersa también en un mercado alcista de largo plazo desde el año 2009. La gran diferencia con el de EEUU es la rentabilidad mucho más baja, especialmente si no tenemos en cuenta los dividendos que en Europa son más elevados que en EEUU. La pendiente de fondo del ciclo alcista bursátil europeo desde 2009 (representada por las líneas de tendencia del gráfico) es tan sólo del 5% anual, frente al 12% de la Bolsa americana (S&P 500). A esta baja rentabilidad se llega sobre todo a través de las profundas correcciones que han marcado el ciclo en Europa que tienen como consecuencia la suavización de la pendiente de subida. Para el inversor sólo queda asumir esta volatilidad y la menor rentabilidad a largo plazo, o bien tratar de anticipar las correcciones importantes.
La subida de los índices en los últimos meses ha chocado con las incertidumbres creadas por la guerra comercial/tecnológica coincidiendo con la vuelta a niveles de resistencia importantes. Los índices norteamericanos se han parado en los máximos históricos que le frenan desde hace un año mientras que en el caso de Europa las resistencias son todavía más importantes pues frenan al mercado desde 2015 al menos, e incluso desde el año 2000 en las estructuras de largo plazo de muchos índices. Creemos que los mercados pueden tomarse un respiro de unos meses antes de la eventual superación de esos niveles.

Ibex 35: veinte años atrapado en un movimiento lateral. El 31/12/1998 el Ibex cerraba en los 9.800 puntos. Veinte años después estamos sobre los 9.200 puntos lo que nos deja el desolador panorama de veinte años de rentabilidad cero en la Bolsa para un inversor que se haya mantenido en el mercado desde entonces. En el Ibex es particularmente patente la ausencia de una tendencia definida que se ha acentuado desde 2015 en que se mantiene en un movimiento entre los 8.000 y los 12.000 puntos aprox. El peor comportamiento relativo del Ibex se explica por un lado por el fuerte peso del sector bancario que ha tenido un comportamiento muy negativo en los últimos años. Por otra parte, también hay que tener en cuenta el elevado nivel de los dividendos que al descontarse de las cotizaciones penalizan en apariencia la rentabilidad de un índice. En este caso, sin embargo, esa rentabilidad se obtiene por una vía diferente por lo que a efectos de comprar a rentabilidades es conveniente utilizar índices de retorno total que incorporen los dividendos.

Si incluimos los dividendos la rentabilidad del Ibex desde 1998 habría sido del 3,3% anual, una rentabilidad modesta pero no despreciable teniendo en cuenta las crisis que hemos atravesado en estos años y el entorno de tipos de interés cero que hace que un 3% de rentabilidad sea relativamente atractivo. Una forma mejor de obtener una mayor rentabilidad además de disminuir la volatilidad de la cartera en estos años sería haber tenido una diversificación razonable entre bonos y acciones. En estos veinte años se ha dado la paradoja de que la renta fija ha dado una rentabilidad superior a la renta variable. En concreto una cesta de bonos del tesoro españoles a plazos diversos habría dado una rentabilidad del 5,7% anual, suavizando además en buena medida los retrocesos de la Cartera en las fases bajistas de la bolsa como se aprecia en el gráfico siguiente.
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